Rafael Argullol
Rafael Argullol: Por tanto Edipo sería por un lado un problema de distancia, por otro lado el del paso de un tipo de sabiduría mistérica y enigmática a otra sabiduría que es la filosófica.
Delfín Agudelo: En esta medida, ¿cómo funciona el paso de la sabiduría enigmática a la filosófica? ¿A través de qué géneros o manifestaciones?
R.A.: Pienso que uno de los grandes atractivos de la cultura griega, y que quizás es lo que ha producido el impacto enorme que ha tenido con posterioridad, es que dibuja con notable claridad este paso. Diría que al menos desde nuestra perspectiva histórica actual con mayor claridad que en otras culturas. Por ejemplo, incluso la otra gran cultura escrita de la humanidad, que es la cultura de la India, no plantea con tanta claridad ese dibujo. En el caso de Grecia me da la impresión de que el mecanismo que preparó el traslado de la sabiduría enigmática a la filosófica fue la escritura porque la escritura, que fue la conjunción del alfabeto fenicio, la lengua griega y el papiro egipcio como sostén para realizar esta escritura, facilitó un progresivo rigor y una progresiva fijación de aquello que en la memoria oral circulaba a través de distintos afluentes. La escritura fue, pues, recoger en un río lo que antes eran una multiplicidad enorme de afluentes.
Dentro de ese contexto es evidente que lo que he llamado sabiduría enigmática tiene sobre todo su terreno abonado en la épica, que es la consecuencia inmediata de toda la tradición oral. Cuando nosotros leemos a Hesíodo y a Homero estamos leyendo una fijación escrita de un enorme territorio oral que procedía de siglos y milenios anteriores, en el cual el mito era la piedra angular de esa sabiduría enigmática. Entonces el mundo de Hesíodo y de Homero es claramente la cabeza del iceberg de toda esa inmensa montaña sumergida que es la memoria oral y plural de los distintos pueblos que luego convergieron en Grecia, y probablemente también de los pueblos adyacentes de medio y extremo oriente o del norte de la África actual. Lo que ocurre es que la épica, al recoger esa gran e irregular y múltiple tradición oral, esa sabiduría enigmática que se presenta como un rompecabezas en fragmento, empieza también a sintetizarla, como es el caso muy claro de Hesíodo. Un libro como la Teogonía es la depuración, la destilación de ese mundo desbordado e irregular de los mitos a través del cual se manifestaba la sabiduría enigmática. Por tanto Hesíodo y Homero serían el punto de inflexión donde la sabiduría enigmática llega a su formulación más pura y donde se está preparando ya el camino para la sabiduría y escritura filosófica.