Ficha técnica
Título: Ese extraño que se me parece | Autor: Jean Daniel | Entrevistas con Martine de Rabaudy | Traducción: María Cordón Vergara y Malika Embarek López | Editorial: Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores | ISBN: 9788481098822 | Páginas: 224 | Encuadernación: Tapa dura | PVP: 26,65 € | Publicación: 2011
Ese extraño que se me parece
Jean Daniel
El protagonista de este libro no sospecha, en 1964, cuando funda Le Nouvel Observateur, que está añadiendo una institución a la vida intelectual francesa. Ni que su revista se convertirá en el lugar de encuentro de la literatura y de la política, en caja de resonancia de los movimientos sociales y de todas las corrientes de pensamiento. Y hoy el escritor observa sin la menor indulgencia, inmerso en esa historia, a un periodista cándido y distante, a un extraño que se siente seguro en la acción y escéptico en las ideas, perentorio y desengañado, esteta y comprometido, laico y místico, ferviente admirador de André Gide, Albert Camus y mendès France, fiel a una determinada idea de la izquierda, y que intenta sobrevivir a la muerte de las utopías y a los fracasos de la descolonización.
«Cuando vemos pasar ante nosotros algunas escenas de nuestra vida, nos decimos: ¿cómo pude yo…? Y ante otras: pero ¿quién es ese hombre…?» Son dos reacciones que Martine de Rabaudy ha querido provocar en Jean Daniel, y que al periodista y escritor le hacen tomar distancia y rememorar sus recuerdos íntimos desde una nueva perspectiva. En cada período, a veces en cada frase, surge un hecho o un sentimiento que no reconoce. Un escritor observa vivir a un periodista y se sorprende: éste, a pesar de las duras pruebas por las que ha pasado, ha tenido una suerte que aquél no siempre considera justificada. Ha vivido rodeado y ayudado por los más grandes, y, a veces, se enfrentó a ellos…
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El editorialista
Mona ozouf: «Jean es el editorial y el editorial es Jean».
Pour Jean Daniel
Con el paso del tiempo, el editorial se convirtió en mi impronta en la revista y mi vínculo con los lectores, un vínculo bastante excepcional. Nunca pensé que iba a tener tal longevidad editorial. ¡Cuarenta años! He cumplido con mi papel de editorialista, que, por tradición, es el director del periódico. Pero para mí la auténtica grandeza del periodismo se halla en el reportaje. En él es donde he sentido la voluptiosidad de ser escritor periodista, mientras que cuando releo mis editoriales me veo con frecuencia gris y tajante, nadie podría adivinar que considero que el humor es una cualidad indispensable. Mi mayor temor era sacrificar lo que más valoro en el pensamiento y su transmisión: la complejidad. el editorial es un género delicado pues expone a la impostura cuando uno trata un tema en el que, como ocurre con frecuencia, sólo es relativamente competente. Enseguida fui consciente de ello, pero tuve que trabajar duro para no estar demasido descontento de mí. Recuerdo que, cuando De Gaulle decidió abandonar el Pacto Atlántico, llegué incluso a llamar por teléfono a Raymond Aron, que entonces no estaba muy cercano a mi mundo y no era nada indulgente conmigo, para que me ilustrara sobre la filosofía de la guerra y sobre la estrategia estadounidense. Pido opinión a profesores universitarios y a científicos.