Skip to main content
Blogs de autor

Un ramillete de historias en flor

Por 11 de mayo de 2007 Sin comentarios

Marcelo Figueras

¿A qué género pertenecen sus historias familiares? Imagino que, de verse obligados a escribirlas, tendrían entre manos un ramillete de opciones –lo que los franceses saben llamar bouquet. En casi toda familia hay alguna historia trágica, o al menos muy triste. (Pienso en mi padre abandonado por su padre. En mi madre muerta joven, de un cáncer de pulmón que funcionó como las consunciones de antaño.) En todas, también, hay pasos de comedia o personajes bufonescos. (La prima de mi madre, que en todas las reuniones repite las mismas anécdotas: “¿Te acordás, Marce, cuando la tía Gorda se ponía esos vestidos con corbata y ustedes la usaban como servilleta?” O mi abuela paterna, a quien se le torcía siempre la peluca como a Tootsie cuando se acuesta con Jessica Lange.) En todas las familias hay algún misterio. (El padre de mi padre. ¿La vida privada de mi tío, el del Opus Dei?) En todas hay furibundas historias de amor y también momentos de desesperación sorda, como en una obra de Edward Albee. Y vueltas de tuerca, y golpes de efecto, y reveses de fortuna dignas de novela dickensiana. E instantes épicos, por cierto. Los que vivimos en países que han sufrido hecatombes una y otra vez sabemos que la Historia, en su versión con mayúsculas, suele jugar con nuestra minúscula historia como Dios a los dados. En la Argentina no hay muchas familias cuyos relatos no estén cruzados por desaparecidos, quiebras económicas y otras variantes de la violencia urbana.

Ojalá todo el mundo escribiese la historia de los suyos. No sería una cuestión de talento, sino un ejercicio de la crónica. Facilitaríamos mucho la tarea de historiadores, sociólogos y demás científicos. Durante el proceso de escritura, nos veríamos obligados a salir de nosotros mismos y ponernos en el lugar del otro (esto es lo que ocurre, aunque más no sea de modo inconsciente, cuando se convierte al otro en personaje propio), y eso ayudaría a que lo viésemos bajo una luz nueva, siempre más tolerante. Y al hacer circular los textos se haría evidente que cada familia es un mundo, y que todos nos parecemos bastante más allá de diferencias circunstanciales –lo cual también contribuiría, y mucho, al entendimiento y a la concordia.

No existe máquina narrativa más rica ni más poderosa que la familia. Sin ella no habría melodrama, ni romance, ni comedia, ni misterio, ni drama. Y conste que cuando hablo de familia no me refiero tan sólo a los lazos de sangre. Como buen fan de Dickens, soy de los que creen en las familias del corazón. Porque a veces nos tocan familias de esas que mejor olvidar, pero aun así nos las arreglamos para encontrar sucedáneos, reemplazando padres, abuelos y hermanos por versiones putativas que se vuelven tan fuertes, o incluso más, que las refrendadas por la sangre. 

Como dice la canción: no podemos vivir con ellas, y tampoco sin ellas.

profile avatar

Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

Obras asociadas
Close Menu