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Mi cabeza juega al Tutti Frutti

Por 19 de febrero de 2007 Sin comentarios

Marcelo Figueras

La cabeza funciona del modo más raro. La noche del viernes, por ejemplo -mi última noche en Alemania, después de la presentación de Kamchatka en Hamburgo-, estábamos a punto de cenar cuando tuve la sensación de "dejá vu" más poderosa que haya experimentado nunca. Mi cabeza me juraba que yo ya había vivido esa escena de alguna manera, aunque más no fuese con el disfraz de un sueño; sólo que en el sueño, que es fragmentario por definición, yo no sabía aún que el hombre que cenaba a mi izquierda, y que en esa visión original sólo identificaba por su parecido con un actor inglés de talento, era Juan Carlos Benavente, profesor de español en el Instituto Cervantes, así como tampoco sabía que el lugar de la escena -un edificio hermoso, llamado Casa de Chile- era Hamburgo. Durante un instante creí que la lectura del primer capítulo de Kamchatka se me había subido a la cabeza, y que el tiempo, como mi personaje Harry sostiene allí, ocurre todo junto, del mismo modo en que tantas emisoras de radio coexisten a la vez. ¿Será verdad que podemos espiar el futuro, cuando nos detenemos un instante en nuestra loca carrera para espiar por la cerradura de alguna de sus puertas?

El sábado por la noche, mientras hacía tiempo para entrar al cine, mi hija y yo jugábamos a un juego que en la Argentina se llama Tutti Frutti. (Mi amiga Lulú sostiene que en Venezuela se llama Stop; los juegos se repiten en todas partes con mínimas variantes.) Se trata de elegir algunas categorías -sitios del mundo, actores, películas, cantantes o bandas musicales-, optar por una letra del abecedario y llenar cada casillero de la forma más rápida posible. La letra que había tocado en suerte era la hache. Yo completé la mayor parte de las categorías de forma convencional (Holanda, Hugh Grant, Henry Rollins), pero cuando llegué a película, todo lo que acudió a mi mente fue Había una vez un circo, una vieja comedia con Gaby, Fofó y Miliki. ¿Por qué, pudiendo haber elegido películas tan decorosas como Hiroshima mon amour, Hatari y Haz lo correcto, sólo pude pensar en Gaby, Fofó y Miliki? Entré al cine silbando la cancioncita, que ya no se me despegaba: "Había una vez un circo, que alegraba siempre el corazón…"

Cada vez que bajamos la guardia, la cabeza nos demuestra que por más que intentemos controlarla, ella sólo se atiene a sus propios códigos. Ya sea para recordarme a unos payasos a los que amé de niño, o para sugerirme extrañas nociones sobre la naturaleza del tiempo (en el fondo nunca dejamos de ser del todo quienes fuimos, ni siquiera en el amor por Gaby, Fofó y Miliki), nuestro cerebro nos demuestra a cada paso que sabe mucho más de lo que creemos sobre todo lo que necesitamos para vivir en plenitud.

Si tan sólo lo escuchásemos más a menudo.

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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