
Eder. Óleo de Irene Gracia
Marcelo Figueras
The Given Day, de Dennis Lehane. El autor de Mystic River se pone épico y narra la historia de dos hombres buenos en una sociedad -se habla de Boston a comienzos del siglo XX, pero bien podría ser Boston hoy, o cualquiera de nuestras ciudades-, en una sociedad, insisto, que se niega a cambiar.
The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, de Junot Díaz. La historia del gordo Oscar, que soñaba con ser ‘el Tolkien dominicano’, condensa el trágico derrotero de su país durante el siglo XX al tiempo que lo trasciende, mediante un gesto tan heroico como inútil.
Lush Life, de Richard Price. El Lower East Side neoyorquino como Aleph del mundo de hoy: multiétnico, concentracional y siempre al borde del crimen. Uno de los grandes narradores contemporáneos, al que suele subestimarse por creer que escribe (tan sólo) ‘policiales’.
Los amantes de Todos los Santos. Una colección de cuentos de uno de los mejores escritores hispanoamericanos de hoy, con destino manifiesto de grande del mañana: Juan Gabriel Vásquez.
Mi nombre es Rufus. La historia de una banda punk sirve de excusa para mirar de refilón la historia argentina de los últimos años y cagarse en la autoindulgencia de la mayoría de nuestros escritores. Juan Terranova fue para mí una revelación durante el año 2008.
Y otros que son de épocas diversas, pero me hicieron disfrutar mucho durante estos meses: The Adventures of Augie March y Henderson the Rain King, de Saul Bellow; The Old Curiosity Shop, de Charles Dickens; Bariloche de Andrés Neuman; el Tarzán de Harold Foster y las relecturas de Watchmen y The Killing Joke, escritas por Alan Moore.