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Encuentros oníricos con hombres notables

Por 3 de febrero de 2006 Sin comentarios

Marcelo Figueras

Hace algunos días dije que los sueños de los artistas son iguales a los del común de la gente. Debe ser por eso que mi inconsciente salió a refutarme. Anoche, por ejemplo, soñé con Marlon Brando. Estaba vivo, por cierto, lo cual evitó que mi sueño se convirtiese en pesadilla. Pero no lo vi en su apogeo juvenil circa Un tranvía llamado deseo, ni tampoco en la gloria madura de Último tango en París. Estaba más bien gordo y decadente. (Creo, si el recuerdo no me engaña, que se lo veía despeinado y con una camiseta sin mangas, así que imagínense.) Y de manera inexplicable, visitaba la habitación de servicio de mi vieja casa paterna. Con el tiempo esa vieja habitación fue reformada y se convirtió en mi cuarto de adolescente, pero en el sueño se veía todavía como era cuando funcionaba como depósito de trastos, herramientas y cubos de pintura.
¿Qué hacía el pobre Brando en un sitio tan indigno? No sé la razón que lo había llevado allí, pero sí sé que soportaba estoicamente mis pedidos de que me concediese una entrevista. (De lo cual se desprende que en mi sueño yo seguía trabajando como periodista, al igual que en el sueño de días pasados, cuando olvidé que había concertado una entrevista con el escritor Philip Roth.) Juro que lo intenté todo para arrancarle el reportaje. Razoné, seduje, amenacé, pero Brando escapó del compromiso con elegancia. ¿Se estaría vengando del desplante del que hice objeto al pobre Roth, a quien le corté la comunicación en mi sueño anterior? ¿O tan sólo se trató de la forma que mi inconsciente encontró para recordarme que debía cobrar el artículo que escribí para una revista que se llama, sin ir más lejos, Brando?
Supongo que otra gente soñará con Beckham o con Kate Moss, con sus jefes, padres y maestros. Pero a mí me ha dado por los artistas, últimamente. Sospecho que más allá de la piel del sueño (imagino que en la cabeza de un fanático del ajedrez, la presencia en el cuarto del adolescente sería la de Bobby Fischer), la recurrencia de mi rol como periodista sugiere que me ocurre lo mismo que a tantos artistas: temo verme condenado a retomar mi viejo trabajo, temo no ser tomado en serio. Que es lo mismo que le pasó al pobre Brando, dicho sea de paso, durante los veinte años finales de su vida. ¿Y si el fantasma de Brando me visitó para pedirme venganza y yo no lo dejé ni hablar? ¿Qué habría sentido el espectro del padre de Hamlet, si en vez de oírlo su hijo le hubiese pedido que redactase testamento para evitar el ascenso de Claudio al trono? No habría habido tragedia; no habría habido Hamlet.
Descansa en paz, querido Marlon. Todos los que aquí abajo remontamos a diario el río rumbo a deep Cambodia te tenemos presente. Hasta cuando dormimos.

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Marcelo Figueras

Marcelo Figueras (Buenos Aires, 1962) ha publicado cinco novelas: El muchacho peronista, El espía del tiempo, Kamchatka, La batalla del calentamiento y Aquarium. Sus libros están siendo traducidos al inglés, alemán, francés, italiano, holandés, polaco y ruso.   Es también autor de un libro infantil, Gus Weller rompe el molde, y de una colección de textos de los primeros tiempos de este blog: El año que vivimos en peligro.   Escribió con Marcelo Piñeyro el guión de Plata quemada, premio Goya a la mejor película de habla hispana, considerada por Los Angeles Times como una de las diez mejores películas de 2000. Suyo es también el guión de Kamchatka (elegida por Argentina para el Oscar y una de las favoritas del público durante el Festival de Berlín); de Peligrosa obsesión, una de las más taquilleras de 2004 en Argentina; de Rosario Tijeras, basada en la novela de Jorge Franco (la película colombiana más vista de la historia, candidata al Goya a la mejor película de habla hispana) y de Las Viudas de los Jueves, basada en la premiada novela de Claudia Piñeiro, nuevamente en colaboración con Marcelo Piñeyro.   Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País.   Actualmente prepara una novela por entregas para internet: El rey de los espinos.  Trabajó en el diario Clarín y en revistas como El Periodista y Humor, y el mensuario Caín, del que fue director. También ha escrito para la revista española Planeta Humano y colaborado con el diario El País. Actualmente prepara su primer filme como director, una historia llamada Superhéroe.

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