
Eder. Óleo de Irene Gracia
Lluís Bassets
Artur Mas es el único ciudadano español que aparece en la lista de los 100 ?global thinkers? de 2012 que elabora desde 2009 el think tank italiano ?Lo Spazio della Politica? (LSDP). Figura en puesto muy relevante, en la séptima plaza, ex aequo con otros dos políticos europeos, el flamenco Bart de Weaver y el escocés Alex Salmond, y por méritos idénticos: ?subrayan un rasgo importante que emerge en 2012, como es la probable disolución del Estado nacional en algunas regiones de Europa?.
Los tres primeros puestos en la clasificación son para el patrono de Volkswagen, Ferdinand Karl Piech, para el presidente del Banco central, Mario Draghi, y para el presidente del Tribunal Supremo de Estados Unidos, John Roberts. Aunque los tres líderes europeos nacionalistas están en séptimo lugar, en realidad solo tienen delante a una cuenta de twitter (@drones), a un estado americano, que es Ohio, y a la bloguera paquistaní Malala Yousafzai. Mohamed Morsi, el presidente de Egipto, ocupa la plaza 27; la primera ministra australiana, Julia Gillard, el 38; y la brasileña Dilma Rousseff, el 56, en una lista con muy pocos políticos en ejercicio.
LSDP reconoce que los tres europeos situados en el séptimo lugar son muy heterogéneos, si bien ?su éxito indica el riesgo político de disoluciones nacionales en Europa?. De hecho ocupan casi todo el espectro político: De Weaver en la derecha extrema, Mas en el centro derecha y Salmond en el centro izquierda. Aunque a ojos del think tank los tres sirven para la demolición del Estado nación, la realidad es que no hay buena sintonía ni tándem entre ellos a la hora de hacer avanzar sus programas, ni piensan ayudarse unos a otros.
No hay internacionalismo alguno entre los nacionalistas. Salmond no quiere enemistarse con el Gobierno español por si necesitara su voto a la hora de mantenerse dentro de la UE. El flamenco ni siquiera se plantea un referéndum. Y solo el catalán busca desesperadamente unas alianzas y ayudas internacionales que de momento nadie le ofrece.
Por cierto, no seré yo quien entre a discutir aquí qué es un global thinker y si los elegidos por el think tank, incluido Artur Mas, merecen tal denominación.