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Terroristas españoles

Por 22 de marzo de 2010 Sin comentarios

Lluís Bassets

El resbalón es mayúsculo, de los que quedan grabados en la memoria. Confundir a cinco bomberos catalanes con un comando de ETA le puede suceder a cualquiera. Pero tenerlos grabados por una cámara fija y difundir sus imágenes sin hacer antes todas las comprobaciones pertinentes va mucho más allá de lo que aconseja la más elemental prudencia. Algo tendrán que ver las prisas del Ministerio del Interior francés y la aguerrida actitud del presidente Sarkozy frente a ETA con la segunda vuelta de las elecciones regionales que se celebraban ayer, y en la que se confirmó la zurra propinada por el electorado al partido presidencial una semana antes.

El ansioso presidente francés y sus servicios de policía no han sido los únicos salpicados por tamaña metedura de pata. También nos hemos lucido periodistas y medios de comunicación, con especial aplicación y sentido del espectáculo los que disponen de menos inhibiciones para frenar su hambre de sensación. Hay primeras páginas de este pasado sábado que no tienen desperdicio. Policías y jueces viven permanentemente asaltados por la tentación del espectáculo, que suele tener excelentes receptores en los periodistas. Era evidente el impacto y la fuerza de un vídeo en el que aparece un tipo con todas las apariencias de ser el jefe de la banda, rodeado de sus guardaespaldas, dos que le abren paso y dos que le cubren la retirada. Aunque fuera una sola y corta secuencia, estas imágenes tenían la virtud de la elipsis: ahí estaban comprando, quizás material para su asalto, poco antes del robo y de la muerte; era la misma elisión, aunque con menos extensión e intriga, que encontramos en el vídeo de Dubai, donde aparecen los supuestos agentes del Mosad en los seguimientos del jefe de Hamas y la preparación de su asesinato.
Pero la hojarasca del anecdotario no debiera desviar nuestra atención respecto al bosque, a los hechos sucedidos esta pasada semana. ETA realizó una acción espectacular en las proximidades de París, de significado todavía no aclarado, que terminó muy mal para todos, sobre todo para la banda y desgraciadamente para el gendarme Jean-Serge Nérin. Fue detenido un etarra; un gendarme francés cayó acribillado y muerto por primera vez de mano de los etarras; y la organización terrorista no consiguió culminar satisfactoriamente el robo de coches tal como se proponía. Da toda la impresión de que la organización terrorista pagará muy cara esta actuación, que representa el momento de mayor identificación entre Madrid y París en el combate antiterrorista.
Las palabras de Nicolas Sarkozy, en su visita a la comisaría de Dammarie-les-Lys el pasado jueves para dar ánimos a los compañeros del gendarme asesinado, no pueden ser más preocupantes para los terroristas. ?Francia no se va a dejar intimidar por los terroristas españoles. España es una democracia y nosotros estamos a su lado. Que ETA sepa que la policía francesa se va a movilizar de forma total y sin piedad contra ella?. Si hacemos abstracción de la mensajería electoral que también contienen la visita y las palabras, ni siquiera el presidente francés sabe el profundo alcance del léxico escogido para hablar de los asesinos. Nadie hasta ahora les había dicho con tanta exactitud lo que son, desgajándolo de cualquier significación (en alguna medida justificación, por tanto) política o identitaria a sus viles acciones. Ellos sabrán por qué matan, pero no vamos a reconocer que lo hagan por ser militantes de causa alguna ni por ser vascos.
Fue un gendarme jubilado quien escuchó a los bomberos en el supermercado. Nos han contado que hablaban catalán, pero el buen señor creyó que hablaban español, cuando lo propio de unos militantes (palabra utilizada todavía con frecuencia por la prensa francesa) del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (palabras de Aznar) sería que hablaran euskera. Pues no, eran pacíficos bomberos catalanes, confundidos con peligrosos terroristas españoles. Chapeau, monsieur le président!. Quizás no ha acertado en nada esta semana nefasta electoralmente para usted y su partido, pero sí acertó en la elección de las palabras. Que no es poco.

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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