
Eder. Óleo de Irene Gracia
Lluís Bassets
El impostor profesional tiene como tarea primordial demostrar diariamente la impostura del mundo.
La reputación en este oficio se consigue cuando se obtiene la capacidad destructiva suficiente como para terminar con cualquier otra reputación.
Las reputaciones, buenas o malas, están ahí como los muñecos en la caseta de tiro, para ser destruidas. La función de este periodista es mostrar que todo es impostura.