Lluís Bassets
Berlusconi ya está definitivamente en la pendiente. Y no le ha empujado la auténtica oposición doméstica, la única que se demostró eficaz en algún momento, quiero decir la de la señora Veronica Lario, su esposa despechada. Tampoco la oposición oficial, el Partido Democrático, dividido y disminuido por las viejas ambiciones y miopías. Es una nueva oposición la que le está empujando hacia las cuerdas, ayudada, es verdad, por la lenta pero inexorable emergencia de sus auténticos pecados, los que le relacionan desde los orígenes de su fortuna con la Mafia. Esta oposición, al margen de los partidos, incluso de los medios de comunicación, está en la calle y en la vida de los italianos de todo el mundo, y ha funcionado gracias al ordenador y al telefonino.
Las redes sociales, los sms, la cantidad de cosas interesantes que pueden hacerse con un ordenador se dice que explican la victoria de Obama. Pero en un futuro quizás podrán explicar también la derrota de Berlusconi. El No Berlusconi Day, celebrado este pasado sábado en todo el mundo, ha demostrado la capacidad de movilización negativa que suscita este presidente corrupto y senil que mantiene secuestradas las instituciones democráticas italianas. Pero también la eficacia de la comunicación viral, que difunde las convocatorias para las protestas a una velocidad vertiginosa que desborda las organizaciones y partidos tradicionales.
Una nueva forma de hacer política se está instalando en nuestras sociedades de la mano de la tecnología. En España hemos tenido una buena muestra esta misma semana, con la redacción y la difusión del 'Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales' en internet y la reacción defensiva de Zapatero. La tecnología ha jugado un papel central en todo momento, desde la redacción hasta la negociación con la ministra de Cultura, transmitida por twitter. Los políticos de siempre deben hacer un esfuerzo para que no se los lleve por delante, Berlusconi incluido, la nueva cultura digital que todo lo invade. A ellos hay que decirles lo que Gorbachev al viejo dictador Erich Honecker poco antes de que se cayera el Muro: ?la historia castiga a quienes llegan demasiado tarde?. Y que tomen nota los hermanos Castro: Yoani Sánchez será quien liquidará la dictadura cubana.