
Eder. Óleo de Irene Gracia
Lluís Bassets
Una de las mayores y más sangrientas dictaduras del siglo XX estuvo encabezada por un escritor, periodista y poeta, y en el momento más siniestro de su imperio, en su decrepitud, quienes mandaban eran su mujer y una banda de amigos suyos críticos literarios.
Hay una rebelión en marcha, de la que no quieren darse cuenta los periodistas. Quizás llegará a ser una revolución en algún momento. Cuando caigan bastillas. De momento hay una fronda invisible que recorre las calles de esta ciudad de la información, y se dedica a quitarle poder a los periodistas. Sobre todo, a quitarle los poderes más espurios, los que tenían por un derecho de expropiación que la tecnología ha anulado de un plumazo, de un pantallazo quiero decir.