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La América de Obama, 3

Por 15 de diciembre de 2008 Sin comentarios

Lluís Bassets

GENERACIÓN OBAMA

Vista la distribución territorial del voto, veamos ahora como se distribuye en las distintas franjas y grupos de población, según los principales parámetros de edad, raza, nivel económico o habitat. McCain venció entre los votantes de más de 65 años (53% frente a 45% para Obama), los blancos (55% a 43%), los ciudadanos de rentas medias (entre 50.000 y 200.000 dólares) y los habitantes de zonas rurales (53% a 45%). En todos los otros grupos étnicos, edad y habitat venció Obama. En las zonas rurales y entre los mayores de 65 años McCain amplió incluso la última victoria de Bush, que en el caso de estos últimos le dieron un margen más estrecho de 52% a 47%. Fácilmente se puede identificar a McCain con la América del siglo xx y a Obama con la del xxi, ya no tan sólo por su edad y personalidad, sino también por las características de sus electores e incluso por su implantación en regiones económicamente en declive o emergentes.

Si es relevante el comportamiento de los mayores de 65 años a favor de Mc- Cain más lo es todavía el de los menores de 30 a favor de Obama, que le han votado en una proporción del 66 por ciento. El Pew Research Center venía detectando desde las presidenciales de 2004 un cambio de actitud generacional, que se confirmó en las elecciones de mitad de mandato de 2006 y se ha consolidado de forma muy decisiva en estas elecciones. La propia afiliación de los jóvenes a los dos grandes partidos ha evolucionado en el mismo sentido, desde la práctica paridad en 2000 (36 % demócrata, 35% republicano) hasta una diferencia de 19 puntos porcentuales en 2006: 45% están inscritos como demócratas y el 26% lo están como republicanos.

Un análisis más detallado permite observar que la decantación generacional a favor de Obama es muy grande entre los jóvenes negros (95%) y muy importante entre los hispanos (76%), pero sigue siendo relevante entre los jóvenes blancos (54%, diez puntos por encima del voto a McCain). Entre estos últimos se revela decisivo el nivel educativo. Quienes tienen nivel universitario se decantan en una proporción del 55%, frente al 42% por McCain, mientras que quienes no la poseen llegan casi a la paridad (50% a 48%)

EL VOTO DE DIOS

El magnetismo de Obama se ha percibido incluso entre los jóvenes votantes pertenecientes a familias de la derecha cristiana. Los votantes protestantes en general votaron por Obama en un 45%, cinco puntos más que a Kerry. Entre los cristianos renacidos y evangélicos o baptistas, sólo un 24% votó a Obama, tres puntos más que a Kerry, pero en el caso de los menores de 30 años el porcentaje llega al 32%, duplicando a Kerry (16%), algo que también sucede con la siguiente franja de edad, menos de 45 años y mayores de 30, que votan a Obama en un 23%, mientras que a Kerry sólo lo hicieron en un 12%. Hay todos los elementos para identificar una Generación Obama que, según el Pew Research Center, es más diversa en cuanto a identidad racial y étnica y más secular en cuanto a orientación religiosa que las anteriores generaciones políticamente identificadas.

Respecto al reparto del voto según la identificación religiosa, Obama venció entre los votantes católicos (54% frente a 45% McCain), siempre según las encuestas a pie de urna del Pew Research Center, mejorando el resultado de Kerry en siete puntos. Bush venció en 2004 entre estos votantes con un 52%. Destripando el voto católico se comprueba que si se trata de católicos blancos ganó McCain (con 52% frente a 47% para Obama), aunque el demócrata ganó ampliamente entre los católicos hispanos (72%). Obama obtuvo el 94% del voto protestante negro y el 67% de los hispanos protestantes y pertenecientes a otras confesiones cristianas. Y sólo obtuvo, en cambio, el 24% de los blancos evangélicos (frente al 74% para Mccain).

Obama también ha mejorado el comportamiento de los demócratas entre otras minorías religiosas, como los judíos americanos. Entre estos últimos, tradicionalmente demócratas, ha mejorado en relación a Kerry en tres puntos, de 74% a 77%, aunque ha bajado en relación a Al Gore, que obtuvo el 79% en 2000, según el diario israelí Haaretz. Los expertos consideran que las modificaciones del comportamiento electoral según adscripción religiosa no corresponden a un cambio substancial. Lo revelan las cifras más generales sobre comportamiento religioso. Entre quienes asisten semanalmente a los servicios religiosos McCain ha ganado por un 55% frente a 43% para Obama, algo por debajo de Bush, que obtuvo un 61% en 2004 frente al 39% de Kerry. Entre los ciudadanos que no se identifican por su adscripción religiosa Obama ha vencido ampliamente (75% a 23%) y ha aumentado ocho puntos respecto a Kerry en 2004.

VOTO MULTIÉTNICO

Respecto a la identidad étnica, lo relevante de la victoria de Obama es que se debe al voto masivo de la minoría afroamericana y a su fuerte penetración en todas las otras minorías, especialmente la hispana, de peso creciente en el conjunto de Estados Unidos, pero especialmente en algunos Estados. El análisis del voto blanco merece una consideración específica, pues Obama vence sólo entre los menores de 30 años (54% a 44%), los poseedores de título de postgrado (54% a 44%), los habitantes de los Estados del Este (52% a 47%) y los habitantes de las ciudades (51% a 47%), pero pierde en cifras globales (41% a 57%). La identificación de McCain con la América wasp (white, anglosaxon and protestant) tiene un traslado casi directo en el comportamiento electoral y tuvo ya un correlato previo en la muy escasa representación de las minorías en la Convención republicana.

El voto negro no ofrece muchas dudas. Obama obtuvo el 95% de los votos, 3’3 millones más que John Kerry, de los que 2’9 millones era jóvenes negros que no quisieron votar a este último en 2004. Una cuarta parte del incremento de voto negro viene de votantes republicanos de 2004. La disciplina electoral afroamericana ha sido relevante en algunos Estados del antiguo sur segregacionista, como Carolina del Norte y Virginia, donde el alto nivel de inscripción electoral y de participación ha permitido arrebatárselos a los republicanos.

La alta participación electoral y el comportamiento en las urnas de los hispanos han sido factores cruciales, quizás el segundo argumento explicativo para la victoria después del voto joven. Obama obtuvo el 67% de sus votos, 23 puntos más que Bush, vencedor entre esta franja de población en 2004. McCain sólo ha obtenido el 32%, un 12% menos que Bush en 2004. Obama llevó a las urnas a 2’5 millones hispanos más que Kerry, un tercio de los cuales votaron a Bush en 2004.

Esta caída del voto republicano entre los hispanos es especialmente amarga para la coalición conservadora, que había considerado a este sector de población COMO muy próximo a los valores de la derecha religiosa republicana, y es además muy preocupante para el futuro por el auge demográfico que está experimentando esta minoría. Obama obtuvo la victoria en Estados del interior, donde Bush venció en 2004 gracias entre otras cosas al factor hispano. Este es el caso de Nevada, Colorado, Nuevo México y Florida. En la victoria de Obama en Estados como Virginia, Carolina del Norte e Indiana, donde no pudo ganar Kerry en 2004, cuenta también el factor hispano. Incluso en Arizona y Texas el incremento es tan importante que permite pronosticar una victoria demócrata en 2012 si no hay cambios sustanciales de tendencia.

Bush había manejado muy bien el voto hispano en sus elecciones gracias principalmente a su posición de apertura ante la inmigración. Aunque McCain apoyó a Bush en su intento de aprobar una ley de inmigración más permisiva, los republicanos se han convertido en el partido de los enemigos de inmigración, por lo que no son de extrañar los resultados adversos obtenidos. La sobrerepresentación de los hispanos en las fuerzas armadas es un segundo factor explicativo respecto a los recelos que suscita el republicanismo entre este segmento de población: es la más afectada por las muertes y los heridos de la guerra de Irak.

El comportamiento del voto hispano desmiente que fuera un voto cautivo de los Clinton y la supuesta dificultad de los hispanos para votar a un candidato afroamericano. Permite aventurar que su futuro comportamiento será un factor clave en la consolidación de la hegemonía demócrata, aunque dependerá sobre todo de la salida de la crisis económica y de las políticas sobre inmigración que realice el futuro gobierno.

También es muy significativa la fragmentación del voto por rentas, que da la victoria de Obama entre las más bajas (menos de 50.000 dólares al año) por un amplio 60% y las más altas (más de 200.000 dólares) que le votan en un 52% de casos frente al 46% a McCain. Se corresponde con el cuadro general de esta votación, en la que la América rural, de la tercera edad, cristiana renacida y conservadora pierde centralidad y da el relevo a una nueva América económicamente emergente, urbana, multiracial, nada fanática en sus expresiones religiosas y sobre todo joven y tecnológica.

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Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

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