Lluís Bassets
Se declara sin complejos porque ha pasado media vida tendido en el diván del psicoanálisis intentando analizar los muchos que tiene.
Pero un día, ya maduro, se levanta, todavía con su flequillo juvenil desparramado sobre la frente, y decide cantar las verdades del barquero al mundo.
Los desacomplejados acuden cada día al armario de los tópicos, al peor de todos sus estantes, donde hay prejuicios de todo tipo sobre sexo, edades o grupos humanos, y ahí cargan el arsenal que van a exhibir en su penoso ejercicio de antiprogresismo militante.