Francisco Ferrer Lerín
Cintia López, secretaria, prolonga la vida de los bolígrafos hasta extremos impensables; sus compañeros de oficina le pasan estas herramientas cuando empiezan a fallarles.
Dositeo Turmo, maestro herrador, tiene supervista, ve cosas de talla minúscula, cosas que nadie ve y que incluso algunos dudan de que existan.
Nolasco Bermo, “Polilla”, y Senén Pérez, “Patarra”, manijeros del cortijo cordobés Salsipuedes, imitan el bufido del búho real, el arrullo de la paloma torcaz y la voz de las mujeres que agonizan durante el puerperio.
Lurdes y Glorieta Sanagustín, “Las Princesas”, hermanas, empleadas de la zaragozana fábrica de galletas Patria, acumulan en sus labios tal cantidad de carmín que vistas de perfil no desmerecen de los indios botocudos.
Mateo Centolla, “Pitorro”, jugador de guiñote del Círculo Oscense, publica un opúsculo en el que enumera las tretas gracias a las cuales consiguió un accésit en el Primer Concurso Nacional de Ingestión Rápida de Bizcotelas y Cráneos de Conejo Doméstico celebrado esta primavera en Larva, provincia de Jaén.