Skip to main content
Blogs de autor

¿Y después?

Por 8 de diciembre de 2020 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Muchos creemos que no hay nada después de la muerte, pero otros tantos creen que sí e imaginan, con espíritu lírico, vírgenes sin pecado y sociedades perfectas. ¡Bienaventurados!

 

Es imposible pensar en el más allá, en lo que viene luego, porque no hay modo de imaginarlo, de darle una imagen. No sólo es difícil para los incrédulos, los cuales suponen que después no hay nada. También para los creyentes la metafísica es de muy difícil alcance. En tiempos más poéticos el más allá se llenaba de figuras luminosas, fueran ángeles con arpa o círculos áureos de santos, mártires y divinidades. Aquel Paraíso (por no hablar de la dificultad de imaginar lo infernal) ya no se sostiene y en la actualidad los clérigos que aún conservan una grey pía han dejado de explicarlo.

Sin embargo, la necesidad de darse una imagen subsiste. Los mayores nos hemos resignado a la nada, pero los pequeños no. Tengo para mí que el éxito de la fiesta de Halloween y otras fantasías fúnebres como los zombis, responden a esa necesidad. Hay que darles una excusa a los niños para que cuando se pregunten: «Pero ¿cuánto va a durar la abuela?» tengan algo con lo que aliviarse. Simpáticos muertecitos, tiernos esqueletos casi siempre vestidos de mariachi, o muertos vivientes que dan mucho miedo, pero reconfortan porque alguno de ellos puede ser la abuela. Hay que llenar ese vacío que los mayores soportamos con cinismo y ceguera.

Reconforta, de todos modos, en tiempos tan crueles y destructivos, que aún haya quien crea en las leyendas. Hoy es la Inmaculada Concepción, uno de los mitos cristianos más modernos. Es hermoso creer que alguien se libró del pecado original, pero inimaginable. Sin embargo, ahí están los miles de creyentes que aceptan las leyendas. ¿Hay algo después de la muerte? Muchos creemos que no, pero otros tantos creen que sí e imaginan, con espíritu lírico, vírgenes sin pecado y sociedades perfectas. ¡Bienaventurados!

profile avatar

Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Obras asociadas
Close Menu