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Vuelve a casa, vuelveee, por caridad

Por 28 de julio de 2008 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Cuando lo oí por la radio era muy temprano, me estaba afeitando, y creí haberme equivocado de emisora. Pensé que se trataba de un programa humorístico. Tardé en comprender que no era otra de esas burlas cansinas con las que llenan el tiempo muerto los medios de persuasión, sino que la frase era verdadera y había sido pronunciada por el jefe de los socialistas catalanes, por el más grande socialista de todo Cataluña, para entendernos. Más tarde volví a oírla y esa vez me fijé más en la segunda frase. De momento, sin embargo, estaba yo dándole vueltas a la primera.

La primera frase era "Te queremos mucho José Luis". Una frase cariñosa y seductora, una frase doméstica y con suave aroma a tía solterona. Ahora bien, dicha por el más grande socialista que han logrado producir los catalanes y dirigida al socialista absoluto, al presidente de todos los socialistas españoles, me pareció algo soberbio y augusto. Jamás, durante mi triste juventud izquierdista, había yo oído nada semejante en un camarada. Es más, frases similares eran tenidas por sentimentalismo pequeño burgués, algo más bien del Opus Dei o de los sindicalistas verticales. Ahora por fin el amor entraba en el discurso socialista. Aquel lugar severo, de una racionalidad rigurosa, desnudo de emociones y entregado al análisis de las condiciones objetivas, se ha humanizado. Los socialistas ya no son individuos que consideran la política como una ciencia, ahora son un grupo de parientes, de creyentes, de romeros, atados por relaciones amorosas. ¡Qué inmenso alivio!

Pero aún me quedaba lo mejor. La segunda frase era algo que yo no creí poder escuchar jamás en boca de un hombre de izquierdas: "¡Pero amamos más a Cataluña!" Debo confesar que rompí a llorar. Tantos años oyendo ese tipo de frases en boca de los caudillos españoles, africanos y latinoamericanos, ¡y ahora por fin la oía en boca de un socialista más o menos europeo! Ya nunca nadie podrá acusar a la izquierda de combatir más por la lucha de clases que por la nación. ¡La izquierda ya es como los de aquí de toda la vida!

Artículo publicado en: El Periódico, 26 de julio de 2008.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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