Félix de Azúa
Tengo amigos que se enganchan a un torero y lo van siguiendo de plaza en plaza. Lo mismo sucede con los fanáticos de un club de fútbol, porque he constatado que nubes de ciudadanos se desplazan a lugares remotos por ver jugar a su equipo. También conozco a los del género operístico, capaces de hacer mil kilómetros y gastar enormes sumas de dinero (siendo menesteroso alguno de ellos) para oír cantar a su fetiche. El vicio es un súcubo que se incrusta en el corazón y no deja vivir si no se le complace. No debería reprimirse el vicio, excepto aquellos que causan daños colaterales. Bastante penitencia tiene ya el vicioso como para que le caiga una propina.
Hago esta defensa del vicio porque deseo confesar el mío públicamente. No es un vicio con pedigrí diabólico. Es tan soso que puede llegar a parecer virtud. Mi vicio es la música así llamada "seria" y soy capaz de absurdas contorsiones con tal de que me deje en paz. Por ejemplo, desde que descubrí a una orquesta de cámara llamada "Enigma", la cual programa exactamente lo que quiero oír, me desplazo como quien sigue a un matador o un grupo punk. Los pillé no hace mucho en Madrid con un programa contundente (Cerha, Haas, Schoenberg y Mario Carro) y no fui el único en percatarse del brío de los músicos: medio millar de personas vitorearon los naturales de Juan José Olives y retuvieron el aliento cuando entró a matar.
Esta semana, en compañía de la peña nihilista, hemos peregrinado a Zaragoza y sus 30º a la sombra para asistir a una nueva faena. Parece asunto que no agita a las masas, pero las canciones de Berg, con una radiante Minerva Moliner, eclipsaron nuestra pasión por las elecciones europeas que tan africanas han ido saliendo. En la segunda parte, una reducción de la Cuarta de Mahler para pequeña orquesta demostró que la desnudez nunca perjudica a la verdad.
Todos tenemos una música de fondo. Los allí presentes nos hemos juramentado: ni la tuna estudiantil del Psoe, ni el oratorio sacro del PP. Sólo votaremos mañana a los que tengan "Enigma" como música de fondo. Que los hay.
Artículo publicado el sábado 6 de junio de 2009.