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Por 27 de septiembre de 2016 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Ha habido pocos como él, pero los hubo. Quizás aún los haya, aunque el mundo es ya demasiado pequeño. Alexander von Humboldt fue una de las más colosales personalidades de la cultura europea. Atravesó España en una carreta cargada de instrumentos de medición y le regaló a Carlos IV un mapa con el perfil topográfico de la meseta. Así supimos que Madrid se asentaba a más de seiscientos metros de altura. Cuando pasó por Canarias quiso subir el Teide, pero nadie había tenido semejante capricho. No encontró un solo guía. En América escaló el Chimborazo con zapatos de salón que reventaron pronto. Los porteadores huyeron al llegar a la línea de nieve. En la cota de los 5.017 metros seguía tomando medidas y anotando como podía con los dedos congelados. Esto era en 1802, pero en 1829 atravesó la Siberia: tenía más de 60 años y aún viviría otros 30. Su aportación al conocimiento físico, botánico, biológico y zoológico del mundo es gigantesca. Sin embargo, hoy es poco leído a pesar de que fue quien inventó la noción misma de "naturaleza" en su sentido moderno.

Acaba de aparecer un buen trabajo de Andrea Wulf sobre este portento que se titula así: La invención de la naturaleza. Es un relato de los viajes más notables del explorador, pero también un examen del origen de la visión holística de la biosfera. Se puede completar con el fascinante Vistas de América, traducido ahora en España. Cuando en la actualidad se alzan voces indignadas por la tala brutal de la selva amazónica y la amenaza que representa, se olvida que ya lo denunció Humboldt en 1800 al ver el arrasamiento del lago Valencia, en Venezuela. Humboldt inventó el mundo, nuestro mundo. Y fue el primero en anunciar su muerte.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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