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La visita

Por 19 de marzo de 2019 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Cincuenta mil separatistas volverán a sus pueblos sin poder hinchar el pecho y consternados porque Madrid y el Estado opresor les ha tratado como ciudadanos
 

El sábado día 16 invitamos a 50.000 separatistas (según EL PAÍS) a que pasearan por Madrid. Digo que los invitamos porque, frente a lo que suelen decir, somos los españoles quienes los financiamos. Nosotros pagamos su Gobierno reaccionario, sus embajadas de pega, sus mercenarios de la televisión separatista, y así sucesivamente. Nuestros impuestos, gracias a la sumisión de los presidentes españoles, son los que los han convertido en una fuerza política adinerada, con sus altísimos sueldos, su administración familiar y sus falanges de choque. Todo pagado por las hienas españolas, como dice Torra.

Yo me alegro. He aquí 50.000 separatistas, casi todos venidos del agro, a los que un autobús, un bocadillo, unos trenes y un día precioso han permitido constatar cómo es una ciudad civilizada, europea, educada y con dirigentes no del todo chiflados. Vagaron por Recoletos, por el paseo del Prado, por Cibeles, zonas urbanas de impecable figura. Y no les tosió ni un energúmeno atragantado con una patria. Constataron, por tanto, que el Estado opresor, como lo llaman, no se parece al suyo, ni en su estado actual, ni en el que preparan con una Constitución catalana que da pavor leer. Aquí nadie los amenazó, nadie pintó dianas de muerte en la puerta de sus padres, nadie los insultó como los empleados de TV3 insultan a los españoles, nadie les lanzó excrementos, nadie les dijo que eran inferiores, de una raza desestructurada, africanos y alpargateros. Muy al contrario, ni siquiera fueron necesarios los municipales. De modo que 50.000 separatistas volverán a sus pueblos sin poder hinchar el pecho y consternados porque Madrid y el Estado opresor los ha tratado como ciudadanos. Y les ha pagado el gasto.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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