
Félix de Azúa
Si alguien se toma el trabajo de mirar el diseño del futuro túnel que atravesará la ciudad de Barcelona por el Ensanche con el fin de que el AVE tenga no sólo orificio de entrada sino también de salida, observará que dibuja una delicada herradura al llegar a los cimientos de la Sagrada Familia. Con extrema educación, el túnel se retrasa unos metros para no poner en peligro el tremendo adminículo. Lo tengo por un error y propongo que se unan todos los ciudadanos que así lo consideren y hagan llegar su voz a quien corresponda. El túnel debería pasar lo más cerca posible, por ver de dar con este templo en el suelo de una vez.
Comprendo que no es una propuesta fácil de colar, pero considérese que cuando comencé a trabajar en la Escuela de Arquitectura de esta noble ciudad, hará unos veinte años, los más afamados cerebros exigían la demolición inmediata. El éxito del mamotreto es reciente, desde que comenzó a dar dinero, pero cuando no lo daba expertos como Oriol Bohigas escribían que, tras la ampliación, era el peor edificio de Gaudí, ensuciaba la imagen del artista y sólo le gustaba a la gente de misa diaria. ¡Y eso era antes de que los propietarios le añadieran la cavernosa obra de Subirachs!
Uno de los mejores críticos artísticos del mundo y autor de un gran libro sobre Barcelona, Robert Hughes, también desea su derribo en todas las entrevistas que concede, pero ya George Orwell, en su homenaje a Cataluña, se lamentaba de que entre los muchos templos quemados por los revolucionarios durante nuestra tan añorada república no figurara el destacado capricho.
Si el túnel del AVE pasara un poco mas cerca, a lo mejor teníamos la suerte de hundir todo lo añadido por los papistas en este desdichado siglo, con los monigotes incluidos. Quedaría lo que en verdad puede decirse que es de Gaudí, o sea, las viejas torres, las cuales, un poco arregladitas, darían para un hotel, una discoteca y un par de restaurantes a la Adrià. De ese modo los japoneses podrían seguir usándolo y todos saldríamos ganando. Se admiten adhesiones.
Artículo publicado en: El Periódico, 2 de febrero de 2008.