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Por 4 de septiembre de 2018 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

En el pueblecito de Zuoz, a nadie se le ha pasado por la cabeza separarse de la nación constitucional. Son arcaicos, pero demócratas 
 
Ocho millones de suizos viven dispersos en veintiséis cantones federales que vienen a ser como nuestras comunidades autónomas. Uno de ellos, el de los Grisones, es el más extenso y menos poblado debido a que lo conforman las tremendas montañas de los Alpes réticos y sus ciento y pico valles con sus respectivos pueblos cerrados al mundo durante siglos. En este cantón atávico y riscoso, subrayado por el Inn o Eno, tres son las lenguas oficiales: el alemán, el italiano y el romanche. Uno de sus valles más escarpados, la Alta Engadina, se encuentra acostado sobre altos macizos y es donde el romanche tiene mayor número de hablantes, un 15%. Para complicarlo un poco más, no hay un solo romanche sino cinco, el sursilvano, el sutsilvano, el surmirano, el putér y el vallader, con diferencias lingüísticas notables. Allí reposa el pueblecito de Zuoz, unas mil almas, donde, gracias a un amigo, he pasado parte del verano en una casa de madera colgada del monte y rodeada por un espeso bosque de coníferas.
 

Pues bien, el primero de agosto cayó un diluvio y supuse que se habrían suspendido los anunciados fuegos artificiales del pueblo. Sin embargo, a los grisones no les arredra una tonelada de agua veraniega. Téngase en cuenta que hasta hace un siglo la exportación mayor del cantón eran los mercenarios. Hubo guerreros grisones en todos los ejércitos europeos. Así que a las nueve en punto estallaban unas brillantes palmeras a la valenciana que humillaron e hicieron retroceder a la lluvia. No podía ser de otro modo. Esta gente rocosa, atada a sus tradiciones seculares, celebraba ese día la Fiesta Nacional Suiza. Aquí a nadie se le ha pasado por la cabeza separarse de la nación constitucional. Son arcaicos, pero demócratas.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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