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El ‘seny’

Por 22 de octubre de 2019 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Cuando vea a gente que antaño parecía sensata y ahora afirma que los que devastan Barcelona son guardias civiles disfrazados, no lo dude, mírele la cuenta corriente
 

Un familiar muy próximo vive en Barcelona a escasos metros de la gasolinera que no explotó porque Dios no lo quiso cuando los secesionistas prendieron fuego a la ciudad el viernes pasado. Por la mañana había corros de vecinos y se arrimó para escuchar opiniones. Una mujer chillaba furiosa que eran grupos de Cs disfrazados. Hasta ese punto llega la sumisión a Torra en una ciudad que algún día fue liberal. Ahora ya no hay protección para sus habitantes si no se someten a los nacionalistas.

El Gobierno español, por su parte, ha decidido que no tiene potestad alguna en Cataluña. Así que tampoco protege a los españoles de Barcelona, una ciudad entregada al fascio. El ministro Marlaska aseguraba con juvenil frivolidad que era un buen momento para viajar allí tranquilamente. Rivera le preguntó si había que hacerlo en Falcon o con un helicóptero, porque las carreteras estaban cortadas.

Muchos españoles se inquietan. ¿Cómo es posible que una gente que dice ser de izquierdas mantenga esta pasividad frente al fascismo rampante? Siempre que vean estas paradojas, miren la contabilidad. En Cataluña no existe el PSOE, allí lo que hay se llama PSC y tiene poco que ver con la tradición socialista. Es un partido "pragmático", o sea, que hace negocios con los secesionistas. En la actualidad gobiernan juntos en 40 alcaldías y en la Diputación de Barcelona. Esta última, la más grande de España, gestiona casi mil millones de euros. Es un dinero muy conveniente para regar a la clientela. El resto del presupuesto se lo queda Torra para embajadas.

Cuando vea a gente que antaño parecía sensata y ahora afirma que los grupos fascistas que devastan Barcelona son guardias civiles disfrazados, no lo dude, mírele la cuenta corriente.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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