Skip to main content
Blogs de autor

Deslumbre

Por 16 de marzo de 2021 Sin comentarios

Félix de Azúa

¡Qué maravilla Sevilla! Se disolvieron las masas de turistas y la ciudad parece haber emergido de las aguas como Venus

Hay escasas ciudades que no admitan comparación. Algunas porque son singularísimas y únicas, como Venecia y Sevilla. Otras, a la manera de París y Nueva York, porque impusieron el modelo que se aplicó en múltiples capitales del mundo y ahora son miles las imitaciones, aunque el original siempre sea superior a las copias.

Hacía mucho que no pisaba Sevilla, pero un compromiso me obligó a viajar en plena pandemia. ¡Bendito compromiso! ¿Les suena aquel chiste de Machado: “Sevilla sin sevillanos, ¡qué maravilla!”? Ahora es lo contrario, a saber: sólo con sevillanos, ¡qué maravilla Sevilla! Se disolvieron las masas de turistas y la ciudad parece haber emergido de las aguas como Venus. Limpia, luminosa, desbordante de árboles y jardines que están ya floreciendo. El aroma sedante del azahar, las grandes plazas con sólo dos o tres figuras perfilando la soledad con sus sombras alargadas, las avenidas sin muchedumbre ni griterío. Noches de media luna. Sí, el turismo es casi nuestra única industria, pero el daño que causa es desolador. La industria de la edad anterior destruía los pulmones con humo y hollín. La industria actual llena de hollín el entero espíritu.

Gracias a las amigas de la Menéndez Pelayo pude entrar en los Reales Alcázares. Veinte años hacía que no me acercaba porque las colas de turistas son disuasorias y además el interior de este palacio y fortaleza musulmana y cristiana es demasiado sublime como para caminar entre apretujones y selfis. Pasear por el recinto quizás más noble de la Península exige silencio y reflexión. En los jardines incluso sonaban las fuentes. Como adivinó Ferlosio, se podía oír el rumor de los riquísimos ropajes que arrastraban los sultanes por los pasadizos. Sí, una maravilla.

 

 

profile avatar

Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Obras asociadas
Close Menu