Félix de Azúa
Hermanos en la música, cofrades de oído zorruno, secreta sociedad de los que oyen, por fin una buena noticia. Los de Seix Barral (benditos sean) han tenido la generosidad de traducir el libro de Alex Ross que conocéis con el título "The Rest is Noise", un desafío para el traductor ya que la cacofonía "El resto es ruido" chirría en el oído fino. Por fortuna eligieron a Luis Gago el Grande y lo ha transfigurado en: "El Ruido Eterno". Si el original jugaba con la desolada: "El resto es silencio", Gago juega con otra desolación: "El sueño eterno". Shakespeare al piano y Chandler al violín.
Quienes no lo conozcan tienen abierta la mejor puerta para la música del siglo XX, esa muchacha harapienta a la que tantos confunden con su desalmada y opulenta madre, la vanguardia subvencionada. Porque una de las virtudes de Ross es la de no ser europeo, así que no paga gabelas a la corrección política. Ross puede dar su opinión sin tentarse el bolsillo. Y dice, por ejemplo, que Adorno es un gran analista, pero un peligroso moralista. O que Schoenberg no es preferible a Stravinsky. O que Boulez es mejor director de orquesta que compositor. O que Copland es superlativo. Todo lo cual provocaría un linchamiento en Europa.
Sus capítulos sobre Mahler, sobre los Ballets Rusos, sobre Shostakovich, sobre Sibelius (odiado por Adorno), sobre Britten (otro odio), sobre música y estalinismo, sobre Berlín años veinte, son modelos de inteligencia e ironía. Pero lo más singular es el espacio que dedica a la música americana que no obedeció a las vanguardias europeas. Esa música tan atacada por comisarios de limitada cultura y suculentas relaciones con el poder gubernamental. Los auténticos conservadores.
Para adobarlo, el libro se puede seguir en el blog de Ross. Mientras lees un capítulo, oyes la música de la que trata y decides si estás de acuerdo. Gracias a Ross (colaborador habitual del "New Yorker") y a su blog, muchos melómanos han descubierto un sonido del siglo XX tan serio como popular y que no te llama reaccionario, beocio e imbécil si te aburres.
Publicado el sábado 3 de octubre de 2009.