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Chifladura

Por 30 de junio de 2015 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Me gusta mucho lo que del Quijote dice Ramón Gaya en sus Obras Completas,y es que Thomas Mann no entendió ni papa. Entendió otras cosas, pero no lo más importante. Se quejó el novelista alemán de que Cervantes hubiera devuelto la cordura al protagonista en la hora de su muerte. Para Mann, un Alonso Quijano cuerdo significaba la humillación del gran Don Quijote, vencido por el aburrido sentido común. Muy al contrario, asegura Gaya, lo único que puede salvar al Quijote es justamente su regreso a la cordura, porque habiendo cumplido el entero ciclo de la locura, podía ya volver a su sensatez original. Sólo quien ha pasado por el dolor, el sufrimiento y el calvario de la negación tiene derecho a estar cuerdo y a vivir la parte jubilosa de la vida.

Es argumento hegeliano (aunque ignoro si Gaya leyó al filósofo) el de que nada haya verdadero que no lleve incorporada su negación. Sólo el conocimiento de la negación (así, la muerte) puede ayudarnos a entender la afirmación (así, la vida). Don Quijote ha hecho la experiencia de la locura y ha constatado que no se correspondía con absolutamente nada bueno del mundo. La realidad no le entregaba, a cambio de su esfuerzo moral, ningún saber que no fuera el del dolor. Así pues, ya podía volverse cuerdo… y morir, que es la cordura suprema.

Se acaba de editar el Quijote más monumental de la historia. Dos volúmenes que suman casi 3.500 páginas con toda la sabiduría que requiere la pieza. Y también se acaba de editar un Quijote traducido al español actual que no exige ningún conocimiento para proporcionar una lectura gozosa. Un Quijote para quijotes y otro para sanchos. Un Quijote cuerdo y otro loco. Pero, ¿cuál es el loco?

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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