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Buen lugar

Por 21 de julio de 2020 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa


En Asturias la conciencia y la urbanidad son considerables, y es la comunidad con menos infecciones de la península
 

Este mes de julio anduve por tierras asturianas para visitar de nuevo ese prado verde casi suizo, a pesar del inevitable destrozo de la codicia inmobiliaria y municipal. En Oviedo ya llevaban la mascarilla puesta antes de que fuera obligatorio. Eso, en la comunidad con menos infecciones de la península. Quizás tal sea la causa. Tengo para mí que el virus va siendo tanto más destructor allí en donde hay menos cabeza y más alcornoque. En Asturias la conciencia y la urbanidad son considerables, sólo la supresión de los cursos internacionales de música Princesa de Asturias pone una mancha de secarral en la impecable verdura.

Tanto Oviedo como Gijón son ciudades guapas, peatonales, aseadas, arboladas con cientos de magnolios e igual número de terrazas apenas ruidosas. Las mujeres son altas, atléticas, caminan erguidas, prestan atención a la vestimenta, pero sin vanidad, y van todas con mascarilla. La gran plaza Mayor de Gijón la ocupa entera un concurso infantil de ajedrez con cientos de chavales. Los padres se han retirado a distancia y desde allí observan con simulado desinterés. Es un lugar de gente poco pretenciosa, aunque consciente de su valía. Quizás por eso, aquí no ha hecho mucho daño el destructivo virus identitario. Alguna infección hay, porque el amor a la patria crece sobre todo allí donde se le abona con estiércol administrativo, pero aquí sólo vive teñido de autoironía, como si guiñara un ojo. Así leo en un chigre esta admonición: Nesta sidrería pue cantase. La identidad da pie a la broma porque se toma en serio, pero con sobriedad. Y en un comercio de quesos, este bello juicio: Non ye fame ye viciu. Una invitación al consumo de cabrales que ni siquiera el fantasmal ministro de la cosa querría reprimir.

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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