Edmundo Paz Soldán
Hubo una vez, a mediados de los ochenta, en que fui un chico heavy metal: juraba y rejuraba por Van Halen, AC/DC, Judas Priest y compañía. Eran los tiempos de la adolescencia en Cochabamba. Después, en mis años de estudio en Buenos Aires, fui de todo corazón del rock en español: Soda Stereo, Charly García y otros grupos ya olvidados fueron la música de fondo de esos días en que descubrí que quería ser escritor. Ya en los Estados Unidos, fui un chico pop y new wave en Alabama, y en Berkeley supe del grunge de Nirvana y Soundgarden. Hubo, claro, también, R.E.M., Blink 182, Green Day. En Sevilla me entregué al "placer culpable" de grupos españoles como Amaral y Pastora, y luego, en Ithaca, fui un muchacho Britpop: Kaiser Chiefs, Keane, Snow Patrol, The Magic Numbers…
Ahora estoy, me imagino, en mi período ecléctico. Aquí va una lista de algunas canciones descubiertas estos meses, mientras recorría las misiones en jeep, me encerraba en un departamento con amigos escritores y cineastas a hablar de todo y de nada, pasaba las horas en la habitación de un hotel en El Escorial, y volvía a entender que la vida era un largo viaje y que no quería que acabara.
Andrés Calamaro: "Clonazepan y circo".
Joy Division: "Atmosphere".
Kevin Johansen: "La hamaca", "Por las ruas pelas calles", "S.O.S. tan fashion".
Teleradio Donoso: "Máquinas".
Stereophonics: "Getaway", "Climbing the Wall".
The Walkmen: "Postcards from Tiny Islands".
The National: "Apartment Story", "Start a War".
Bat for Lashes: "What’s a Girl To Do".
Francisco Nixon: "Vagamos por las calles".