Edmundo Paz Soldán
Faltan dos semanas para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Las voy a extrañar. Junto a Diego Salazar y Ramón González, dos de mis grandes amigos en Madrid -un peruano que ha leído todos los libros del mundo, incluso los no publicados, y un catalán que trabaja como editor en Letras Libres y traduce con soltura tanto a Dickens como a lo mejor de la literatura fantástica contemporánea–, las he seguido compulsivamente desde el inicio de las primarias en enero. He leído editoriales y blogs, frecuentado todos los días las encuestas nacionales y las estatales, visto homenajes y parodias en YouTube, reído con Saturday Night Live. Son unas elecciones históricas en las que el (melo)drama no ha estado ausente. La política suele ser aburrida, pero este año Hillary, Obama y McCain la han tornado fascinante.
Aquí va, para estas dos semanas, una lista de algunos de los sitios en la red que visito todos los días:
Realclearpolitics: con un tinte más conservador que demócrata, este sitio de sitios recopila los análisis más interesantes del día y actualiza con frecuencia los resultados de las encuestas.
Drudge Report y Huffington Post: dos de los sitios más influyentes en la red, uno que defiende desvergonzadamente a los republicanos y otro que saca la cara por el punto de vista demócrata.
Talking Points Memo: Josh Marshall analiza las opiniones de los candidatos y las propagandas políticas, y muestra contradicciones entre las promesas y la realidad. Su punto de vista es pro-Obama.
The Daily Dish: el mejor blog para seguir las elecciones. El conservador Andrew Sullivan se divierte atacando a Sarah Palin y a los analistas conservadores incapaces de criticar a su propio partido.
Five Thirty Eight: mi más reciente descubrimiento. Nate Silver analiza las encuestas con detenimiento, las contextualiza, y presenta modelos estadísticos para proyectar los resultados finales. Según este sitio, las chances de que Obama gane son más del 90%, la diferencia entre Obama y McCain será de cinco puntos, y los demócratas no podrán llegar al máximo número de 60 senadores en el congreso (tendrán que contentarse con 57).