Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Inversiones políticas

Así como hay una inversión térmica, típica de ciertos momentos invernales, en que hace más frío en los valles que en las alturas, ahora el mundo parece introducirse en una inversión política en la que, generalizando, la derecha se ha hecho de izquierdas y la izquierda de derechas.

La portada de The Economist de esta semana ha captado con elocuencia gráfica lo que está sucediendo: al fondo la cúpula del capitolio, en primer plano Barack Obama caracterizado como un francés de postal turística (boina, baguette, camiseta a rayas) y John Boehner, el líder repoublicano de la Cámara de Representantes, como un bávaro con sus calzones de piel; y el título, America's European moment (el momento europeo de Estados Unidos).

El mismo día Philip Stephens en el FT señalaba que los partidos republicano de EE UU y conservador de Reino Unido se han convertido en formaciones ideológicas, mientras que los demócratas y los laboristas se están adscribiendo al pragmatismo, exactamente lo contrario de lo que se espera de derechas e izquierdas respectivamente. Si cruzamos ambas observaciones veremos que, efectivamente, EE UU se mueve en dirección del modelo europeo y Europa del modelo americano, tanto en políticas económicas como en la forma de negociar y decidir. La inversión funciona también en dimensiones globales. No hay ahora mismo partido más conservador y derechista que el comunista chino, y si observamos las tendencias que contiene, veremos que los izquierdistas son los más conservadores y los liberales los que más se apuntan al cambio.

La socialdemocracia europea, o lo que queda de ella, es indiscutiblemente una fuerza conservadora, que pretende mantener el statu quo del Estado de bienestar y los derechos legítimamente adquiridos por las clases medias y bajas en el último siglo; mientras que los partidos derechistas se sienten rupturistas, insurreccionales incluso, como sucede con el Tea Party en Estados Unidos.

Estamos, pues, en una época trabucada, en la que necesariamente cuesta orientarse. Ahora mismo, en el mapa de la política hispánica, pocas cosas llaman tanto la atención como la Cataluña vasca enardecida por la perentoria exigencia de su soberanía y el Euskadi catalán y pragmático calculando con tranquilidad como mantener e incrementar su ya notable nivel de autogobierno.

Puede que sea una época nueva. Puede que se trate meramente, como en la naturaleza, de un fenómeno térmico invernal que terminará cuando llegue de nuevo el verano.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
4 de enero de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Cincuenta años del "Boom"

¿Está claro quiénes conforman el llamado Boom de la novela latinoamericana? No tenemos duda en decir que están Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Augusto Roa Bastos, Julio Cortázar, cincuenta años después. Pero ¿ a quiénes más se puede inscribir en el Boom latinoamericano?

 

Cada escritor ha tenido una propuesta distinta. Y me temo  que el Boom se confunde ya con la misma novela latinoamericana de las décadas del 60 y 70. Trabajando en la idea del canon en Carlos Fuentes descubrí que había ensayado, casi deportivamente,  varios y distintos ordenamientos, tanto en sus artículos como en sus libros. Con su ayuda, he organizado algunos coloquios internacionales sobre la nueva narrativa hispanoamericana, y siempre hemos incluido nuevas voces y escritores españoles. Me doy cuenta de que Fuentes cotejaba perspectivas de lectura en esas sumas parciales, quizá como una rebeldía anticanónica, que yo, por mi lado, había definido como una “poética del cambio” y como un “arte de innovar.” Sospecho que a  Carlos no le gustaba el término Boom, más bien comercial y periodístico,  que hoy los jóvenes han convertido en un parque temático. Fuentes prefería hablar de "Nueva novela latinoamericana," lo que es menos superficial y más inclusivo.  

 

En todo caso, en el canon de “la nueva novela latinoamericana” yo entiendo que habría que incluir a José Donoso, Guillermo Cabrera Infante, Jorge Edwards, Manuel Puig, Luis Rafael Sánchez, Adriano Gonzalez León, entre otros.

 

También se ha hablado de un post-boom, que estaba integrado por Fernando del Paso, Tomás Eloy Martínez, Salvador Garmendia, Nélida Piñón, Severo Sarduy, Alfredo Bryce Echenique, Luisa Valenzuela, Sergio Ramírez, José Balza, Ricardo Piglia, Juan José Saer, Antonio Skármeta, José Emilio Pacheco, entre varios más.

 

¿Quiénes son los maestros de este grupo de narradores? ¿A quiénes reconocen ellos como sus antecesores?

 

Fuentes escribió hace 50 años un artículo sobre los maestros de la nueva novela: Miguel Angel Asturias,  Alejo Carpentier, Juan Rulfo y Julio Cortázar. Cortázar le agradeció el ensayo pero le dijo que no se sentía cómodo al lado de Carpentier, que era un escritor que se acostaba con las palabras mientras que él se peleaba con ellas. Sin embargo, Cortázar después reconocería en José Lezama Lima, un escritor gozosamente barroco, a uno de los grandes maestros. Onetti es también de los renovadores. Y la lección de Rulfo es para siempre. Pero es indudable que Borges fue la gravitación mayor, la impronta indeleble. Por cierto, Borges fue el primero en descreer del valor del Boom. Tal vez porque no creía en la novela misma. Yo una vez le pregunté si sabía de una novela llamada Cien años de soledad. “Sí, respondió, me dicen que es una novela que dura cien años.”

 

¿Qué ha significado el Boom para la literatura hispanoamericana?, ¿Qué representó frente a España, y qué significó para los escritores españoles?

 

Mi tesis es que, por primera vez, la novela fue el discurso en el que los latinoamericanos nos reconocimos como tales. Carlos Fuentes fue el primero en proponerlo, y García Márquez el primero en celebrarlo. Vargas Llosa nos recordó que ese autoreconocimiento podía ser también trágico, como habian adelantado Rulfo y José María Arguedas. Nuestra nueva ciudadanía, la de latinoamericanos, hijos de la imprenta y la escritura, nos la dio la nueva novela hispanoamericana. Antes, la buscábamos en la parte indígena, en la supuesta síntesis del mestizaje, en los partidos políticos, en la idea de la Revolución, en las promesas del programa Moderno.  Algunos, sin poner a prueba su competencia, la encontraron en el Estado y sus privilegios. De allí la demanda de libertad de estas grandes novelas. Nos forjaron como lectores plenos, capaces de reconocer nuestra mutua humanidad en la libertad de la lectura creativa, esa básica civilidad de la gente del libro. Penosamente, hoy vivimos un exceso de violencia, en todas sus formas, y ese horizonte cotidiano gravita sobre el lenguaje, que se ha deshumanizado, tanto en las redes sociales como en el periodismo y en la esfera pública, de modo que las palabras están recargadas de resentimiento, virulencia y mala fe. Ese canibalismo verbal (basta leer los comentarios de los lectores en los diarios y blogs) revela una patología social contaminada por la matanza del narcotráfico y la impunidad de la corrupción. Nos hemos convertido en contemporáneos de los asesinos. 

 

En cuanto a los escritores españoles, Fuentes incluyó a Juan Goytisolo en su manifiesto La nueva novela hispanoamericana (1968). Manuel Vásquez Montalván y Juan Marsé fueron inspirados por esta narrativa. Luis Goytisolo cultivaba especialmente a Julio Cortázar. Juan Goytisolo prefería a Carlos Fuentes. Antonio Muñoz Molina siempre prefirió a Onetti. Julián Ríos estaba más cerca de Fuentes y Cabrera Infante. Borges es la gravitación más interna de la nueva novela española. También hubo un momento en que los escritores españoles tuvieron que sacudirse de estos modelos y, hartos del Boom, buscaron otros en la narrativa anglosajona. Una vez, puse en apuros a Juan Benet obligándolo a hablar de Cortázar.

 

Pero tampoco hay que olvidar la producción histórica del Boom. Sus principales forjadores fueron el crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal en Mundo Nuevo (París); el mayor periodista literario y primer cronista, Tomás Eloy Martínez en Primera Plana (Buenos Aires); así como los críticos españoles Rafael Conte (El País)  y Joaquin Marco (La Vanguardia). Fueron decisivos algunos editores, como Carlos Barral, Francisco Porrúa y Joaquín Diez Canedo. Y, sin duda, la Agencia Literaria de Carmen Balcells que fue, más que una agencia, la capital del Boom.

 

También es bueno recordar que la difusión de esta narrativa se origina, por un lado, en el gran desarrollo capitalista de las comunicaciones y, por otro, en la dinámica socialista de la Revolución Cubana y sus promesas tempranas. 

 

¿Cuál es realmente la novela que detonó el Boom latinoamericano?  Vargas Llosa señaló en su discurso de recepción del Premio Internacional Carlos Fuentes que la primera novela del Boom es La región más transparente (1958).

 

La observación de Mario demuestra que el Boom tiene historia y que hoy podemos proponer su genealogía más imparcialmente, libres (gracias también a la novela) de la enemistad de la política y la mediocridad de los valores impuestos por el mercado. Hay consenso en que la nueva narrativa hispanoamericana adquiere validez internacional cuando en 1961 Borges compartió el Premio Formentor con Samuel Beckett. Fuentes decía que el Boom empezó cuando llamó a José Donoso desde Nueva York para decirle que una de sus novelas se iba a traducir al inglés. Pepe enmudeció y se escuchó ¡búm!. Tomó el fono Pilar y le dijo: Pepe se ha desmayado, ¿qué noticia le diste? Alli nació  todo, decía Carlos, cuando Donoso no pudo creer que estaría en inglés y cayó redondo. Pero no hay que olvidar a las escritoras: Silvina Ocampo, Elena Garro, Rosario Castellanos, Clarice Lispector, Julieta Campos, Inés Arredondo, Elena Poniatowska, Luisa Valenzuela, Margo Glantz, Victoria de Stefano, Rosario Ferré, Diamela Eltit...Ellas han hecho de la novela no sólo una trama afectiva sino un espacio de la subjetividad, cuyo centro es el cuerpo vulnerable y sancionado. Ese poder indagatorio no es menos universal que el brío inventivo y la fuerza crítica de las grandes obras del Boom.

 

(Respuestas a un cuestionario de Yanet Aguilar Sosa, El Universal, México)

 


[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
4 de enero de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Adiós, poeta.- La muerte del poeta brasileño Ivo Ledo ha…

Adiós, poeta.- La muerte del poeta brasileño Ivo Ledo ha conmovido a muchos lectores de Moleskine Literario, entre ellos a mi compañero Daniel Mordzinski quien le rinde este homenaje con una foto tomada durante las Correntes da Escrita, la gran fiesta literaria de Póvoa de Varzim, en Portugal y uno de los mejores festivales del mundo. Adiós, poeta. Foto: Daniel Mordzinski



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
4 de enero de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Los atlas del futuro

En las épocas de crisis regresa el fatalismo. Las teorías deterministas se abren paso con facilidad. Es el paraíso de la economía, aunque los economistas se equivoquen. Y es el momento propicio para el regreso de la geopolítica ?una disciplina interesante pero sospechosa, que utilizaron los nazis para justificar su teoría del espacio vital y su política agresiva y expansionista?, en forma incluso de geoeconomía.

No todo es imperialismo en los conceptos geopolíticos, aunque no hay dudas sobre los orígenes imperialistas de una ciencia que pretende explicar los comportamientos políticos por los condicionamientos del entorno geográfico. Hay también algo reactivo en la recuperación de un pensamiento duro, que observa a los seres humanos desde una perspectiva estratosférica, la de los satélites que nos mandan imágenes de la tierra. Tras las épocas ideológicas, y las épocas de la virtualidad digital como la nuestra, es lógico que surjan reacciones reduccionistas.

El libro de la temporada sobre esta cuestión es La venganza de la geografía. Lo que los mapas nos dicen sobre los próximos conflictos y la batalla contra el destino, del periodista Robert Kaplan, del que basta citar estas frases para percibir su aproximación bien clásica al problema: ?La geografía es el telón de fondo de la historia humana misma. A pesar de las distorsiones geográficas, puede ser tan reveladora de las intenciones de largo alcance de los Gobiernos como los conciliábulos secretos. La posición de un país en el mapa es el primer elemento que le define, más que su filosofía de Gobierno?. Kaplan nos introduce al pensamiento geopolítico pero, sobre todo, nos invita a adoptar una conciencia geográfica a la hora de acercarnos a los conflictos mundiales. Hagámosle algo de caso, sin necesidad de dejarnos convencer ni entrar en debates filosóficos sobre la libertad y el determinismo en la historia de las naciones. Volvamos por un momento a los mapas, aprovechando el año nuevo, momento propicio para interesarse por las noticias que trascienden la novedad de un solo día o una semana.

No nos bastan para este ejercicio los viejos atlas coloreados de geografía física y política, que nos mostraban el patchwork de las fronteras y soberanías nacionales de colores, aunque alguna utilidad pueden tener en un momento de agudización de rivalidades nacionales. En Asia, por ejemplo, donde nos servirán para escudriñar el mar de China en busca del archipiélago de las Spratley, las islas Paracelso o las Diaoyu (Senkaku en japonés), todas ellas disputadas entre China y sus vecinos. O en el Ártico, donde nos permitirán atisbar las futuras rutas de navegación entre Asia y Europa.

Estos son los mapas clásicos de superficie que albergan unos nuevos mapas menos conocidos, pero más interesantes para nuestra época, una nueva cartografía que debe recoger, precisamente, las novedades que nos proporcionan tanto la tecnología como las modificaciones del planeta producidas por el calentamiento global. Las primeras levantan, por ejemplo, la nueva cartografía de los yacimientos de gas y de petróleo que va a revolucionar la economía de la energía. Las segundas, tanto las costas en peligro como los resultados de la fusión en los casquetes polares, de efectos ambivalentes sobre la economía humana: catástrofes de un lado y nuevos recursos del otro.

Basta con centrarnos, de momento, en los efectos de la cartografía del subsuelo terrestre y marino que alberga nuevos yacimientos gasísticos y petrolíferos para concluir muy rápidamente en la utilidad de la geopolítica para entender los tiempos que nos esperan. A los avances en la extracción en fondos marinos a gran profundidad se han añadido los enormes progresos en detección de yacimientos, en extracción horizontal y en el llamado fracking, que consiste en extraer gas o petróleo de los esquistos bituminosos en las profundidades del subsuelo.

Estados Unidos asegurará su suministro de petróleo para los próximos cien años y en 2020 tendrá una total autonomía energética, además de exportar gas licuado al resto del mundo y principalmente a Europa. Hay probabilidades de que Polonia se convierta también en un gigante gasístico, liberado de la dependencia energética de Rusia. Esta última, al igual que los países árabes productores de gas y de petróleo, deberá acomodarse a la nueva situación. Recordemos que el conflicto entre Repsol y Cristina Kirchner tiene su origen en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta, una enorme bolsa de arcilla bituminosa.

Las técnicas extractivas, que consisten en inyectar un cóctel de agua y componentes químicas a alta presión, suscitan muchas reservas por sus efectos contaminantes en las aguas subálveas e incluso sobre la salud de las poblaciones afectadas. Pero a la vez estos yacimientos pueden ser una bendición económica, como se espera que le suceda a Barack Obama en su segundo mandato con un boom inmediato del gas y del petróleo de piedra. Habrá que optar.

El mapa del siglo XXI está mutando gracias a la energía oculta e inagotable que hay bajo la superficie de la tierra. Y unas nuevas e inesperadas relaciones de poder nos esperan bajo los nuevos atlas todavía desconocidos.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
3 de enero de 2013
Blogs de autor

El retorno desde la ciencia a la filosofía

Algunos científicos sí efectúan este retorno a la filosofía al que aquí vengo refiriéndome Cuando el ya evocado físico austriaco Anton Zeilinger, realiza un experimento espectacular de tele-transportación del estado cuántico de una partícula situada en una isla de Canarias a otra partícula situada en otra isla de ese archipiélago, está realizando una performance técnica, pero él mismo percibe de inmediato que el comportamiento de ciertas entidades naturales que su experimento ha revelado contradice un postulado general de nuestra concepción de la naturaleza...e inevitablemente, en razón de esta inmediata percepción, se está convirtiendo en meta-físico.
En este caso, el postulado puesto en tela de juicio directamente es el principio de localidad (que en términos generales afirma simplemente que, en ausencia de intermediarios susceptibles de transmisión, una entidad A separada espacialmente de una segunda entidad B se haya a salvo de perturbaciones provocadas por lo que haya podido ocurrirle a la segunda), pero también otros principios están indirectamente aquí cuestionados, como lo están por otros protocolos matemáticos avanzados en los últimos decenios y que han tenido confirmación experimental. Me seguiré ocupando de este asunto, aunque no en la próxima columna en la que retomaré el tema de la imposibilidad de reducir a hombres y canes, la cual en lo que nos concierne es la garantía mayor para la filosofía.

 

Leer más
profile avatar
3 de enero de 2013
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.