Skip to main content
Category

Blogs de autor

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

DFW ha muerto y vive no lejos de aquí

Cuando llega la hora, el suicidio resuelve el enigma del destino. Si leemos el obituario de un autor después de que éste padezca una "larga y penosa enfermedad" nos sentimos inclinados a lamentar la pérdida, pero cuando David Foster Wallace se ahorcó sus obras dejaron de ser brillantes y su talento ya no pudo ser admirable.
En su corta y elocuente vida intuimos la sombra de las pesadillas amargas. Cuando un novelista decide largarse con viento fresco colgado de una soga, sus lectores se quedan en una posición muy incómoda. ¿Por qué me gustan tanto sus obras? ¿Tanto gozo me causa leerlo?
La ácida sagacidad de DFW resultó ser una mirada verdadera. No hubo impostura. No fue una pose. Resulta que el humor de ese tío adornaba al extraño y desolado miedo de su país. Es probable que muchos de sus lectores, en lugar de liberarse, sientan el contagio de este miedo cerval. Pues lo que hay de histérico en el dolor de vivir no es una broma.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
5 de febrero de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

El traspié.

Hace ahora veinte años, y a petición expresa de Pilar Miró, entonces directora general de RTVE, Fernando Savater escribió esta comedia filosófica. Se trata de una pieza simpática, ocurrente y de gran propiedad, en el sentido de que los personajes históricos principales, fundamentalmente el propio Arthur Schopenhauer y la escultora Elisabet Ney, responden con bastante exactitud a los modelos originales. Y sin embargo, mientras se va leyendo es imposible no plantearse en paralelo algunas cuestiones relativas a la obra, pero en absoluto teatrales. Por ejemplo la evidencia de que en la televisión actual (en cualquiera de las cadenas existentes) no cabe un traspiés como este, quizá debido a la misma razón que ha aconsejado a esos dirigentes televisivos esclavos de los índices de audiencia suprimir radicalmente todos los programas culturales. Otra (dolorosa) constatación: ya que Pilar Miró fue la causa primera de este traspiés, y a la vista de la horripilante lista de escándalos de corrupción que desde hace años se amontonan unos encima de otros sin que ninguno de ellos lleve trazas de llegar a un final comprensible para el ciudadano, es imposible no recordar que ella fue literalmente crucificada, con intervención parlamentaria incluida, bajo una acusación de la que posteriormente fue judicialmente exonerada. Como dice el propio Schopenhauer en esta obra, "cualquier idiota se va tranquilo a casa cuando le dicen [...] que la historia avanza hacia la libertad y que pronto se resolverán los males de la sociedad". Y remata su afirmación diciendo: "Imbéciles".
La trama es muy sencilla: la escultora Elisabet Ney está terminando de esculpir su hoy famoso busto del anciano e irascible filósofo. Y como la obra está ya casi acabada, la artista permite moverse al modelo y hasta le da réplica a los exabruptos que suelta mientras se le calienta el ánimo y la va emprendiendo contra unos y otros. Sin ir más lejos, le trae a mal traer que durante más de treinta años nadie le haya hecho el menor caso mientras cubrían de medallas y honores a ese falsario llamado Hegel. Su amistad en cambio con Goethe... Y hablando de esto y aquello, a ellos dos, más a una inesperada visita que reciben cuando estaban a punto de dar por finalizada la sesión, les llega el momento de hacer mutis por el foro. Y se van dejando en el lector la sensación de que no han dicho todo lo que tenían que decir. Pero esa sensación de carencia tiene remedio.
En tanto que catedrático de filosofía, y por una evidente afinidad personal, Fernando Savater conoce muy bien a Schopenhauer y, como digo, puede hacerle hablar con toda propiedad. A este respecto, y aquellos no profesionales de la filosofía a quienes les intrigue la figura de aquel viejo gruñón tienen la posibilidad de ver al propio Fernando Savater hablar de Schopenhauer (http://www.youtube.com/watch?v=wEZOpsiy3xI). Y lo mismo cabe decir acerca de información, esta vez escrita, sobre la escultora, Elisabet Ney, una mujer insólita y de gran personalidad, como bien pudo comprobar su padre cuando, por negarle el permiso para matricularse en la Escuela de Bellas Artes, le montó ante su casa una huelga de hambre a la que no renunció hasta que se le concedió el dichoso permiso. El resto de su vida fue igual de voluntariosa y merece la pena seguirle la pista, por ejemplo en http://www.utexas.edu/gtw/ney.php
Aparte de las cuestiones estrictamente filosóficas que pone en boca de Schopenhauer, Fernando Savater explota muy bien las posibilidades cómicas que le ofrecen unos personajes que vivieron hace más de un siglo y medio y que hablan de cuestiones que continúan siendo perfectamente polémicas en la actualidad pero que también lo eran ya entonces, como los toros y la estética, unos gobiernos a los que compara con el comportamiento de los malos amantes, el papel de la monarquía, los sufrimientos de los pueblos y el derecho de éstos a levantarse contra los gobiernos corruptos y crueles...momento que el autor no desaprovecha para hacer que Schopenhauer cuente en primera persona cómo, al serle solicitado permiso para que unos soldados puedan disparar desde el balcón de su casa contra la multitud amotinada, el propio Schopenhauer le ofrece sus prismáticos al oficial al mando para que pueda apuntar mejor...

El traspié
Una tarde con Schopenhauer
Fernando Savater
Anagrama



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
5 de febrero de 2013
Blogs de autor

Compendio de los principios

Preliminar

 

En varias ocasiones he tenido ocasión de recordar aquí la queja de Newton de no haber logrado deducir de los fenómenos la razón o causa de la gravedad. Ello no le impide describir matemáticamente los fenómenos gravitatorios y efectuar un generalización por inducción a la que, para gran escándalo de algunos, califica de Filosofía, aunque añade la coletilla experimental. La filosofía no puede ser meramente experimental porque entre su vocación está el explicitar los cimientos que sustentan toda experimentación posible. Principios en lo que ahora nos ocupa relativos a la física, pero que también podrían ser relativos a la matemática, como por ejemplo el principio de no contradicción, axioma fundamental de esta disciplina, pero del cual el matemático jamás se ocupa explícitamente (salvo para denunciar que algo lo contradice). El físico se atiene a principios que el metafísico explora, pero ¿cuales son pues estos principios? Retomo corregido un esbozo de respuesta ya aquí avanzado.

***
Por gemelos auténticos que dos hermanos J y L sean, si se encuentran en lugares alejados nadie espera que una acción física sobre J, tenga asimismo efectos en L (las cosquillas en el uno no provocan la risa en el otro, dice socarronamente un cronista científico). Este es el principio de contigüidad que posibilita un segundo enunciado cuando es considerado en perspectiva local: todo fenómeno físico que quepa observar en R es independiente de las observaciones que en paralelo puedan hacerse en J. Calificado entonces de principio de localidad este segundo enunciado pone mayormente de relieve la independencia de quien se encuentra protegido por el hecho de tener un lugar o espacio propio. (1)
 
 
***
 
La tierra y la luna se influyen mutuamente, influencia reflejada por ejemplo en el fenómeno de las mareas, y cuando reflexionamos sobre esta influencia mutua estamos pensando en el complejo tierra-luna como un todo. Ello sin embargo no nos hace pensar que la tierra y la luna han dejado de existir como entidades separadas, cada una de las cuales tienen sus propias determinaciones. Seguimos considerando a la tierra como una cosa dotada de propiedades que forman un individuo, es decir, un conjunto unificado o indiviso, separado de ese otro conjunto indiviso que es la luna. Principio de individualidad que asimismo (basta reflexionar un instante) está implícito en nuestro lazo inmediato y cotidiano con el entorno natural.

 

***

Sabemos que el alcohol que estamos ingiriendo nos producirá muy probablemente una crisis hepática, y al no dejar de ingerirlo tenemos quizás el molesto sentimiento de que nosotros mismos estamos siendo la causa de nuestro (lamentable) estado futuro. Pero una vez inmersos en la resaca no tenemos la menor esperanza de poder influir sobre la situación que la provocó. Interna certeza de la imposibilidad de intervenir sobre el pasado, que, junto a la certeza de que todo lo que acontece tiene causa, da testimonio de nuestra profunda interiorización del principio de causalidad.

 

***
Ante ese malestar provocado por ingesta de alcohol, constatamos que fue un alivio el tomar un caldo de verdura y así, en la siguiente ocasión, volvemos al mismo remedio, dando por supuesto que, siendo las circunstancias coincidentes, los efectos del caldo en nuestro cuerpo también lo serán. Y de no darse el resultado, concluiremos que en realidad estábamos equivocados, diremos o bien que las condiciones de nuestro organismo diferían, o bien que al caldo le faltaba o sobraba algún ingrediente. Esta razonable conclusión significa simplemente que funcionamos en conformidad al principio de determinismo, por el cual el devenir de dos cosas o circunstancias idénticas es asimismo idéntico, salvo intervención desconocidas variables en el arranque que permitirían hablar de similitud pero no de identidad o de influencias exteriores en el proceso. Y en su vertiente cognoscitiva este principio nos dice que si tuviéramos el conocimiento de todas las variables en el arranque de un proceso no sometido a nuevas influencias (ese proceso que constituye el mundo por ejemplo) podríamos prefijar cada uno de sus eventos. (2)

 

***

En fin, nos relacionamos con esas cosas del entorno dotadas de propiedades, con el sentimiento bien anclado de que las mismas no dependen de nosotros, contrariamente a las representaciones que nos hacemos de ellas, las cuales obviamente no se darían sin nosotros, y que en el mejor de los casos nos ayudan a relativizar la barrera que nos separa de las primeras. Las cosas, en suma, tienen su ser y su devenir y seguirían teniéndolos, aun en el caso de que no estuviéramos nosotros como testigos. Principio este de la independencia de las cosas en relación al pensar de las cosas, que lleva el nombre de realismo. Principio muchas veces puesto en tela de juicio en la historia de la filosofía aunque ha de quedar claro que no se pone en cuestión la apariencia del principio, es decir la diferencia entre la reductibilidad de nuestras representaciones y la irreductibilidad, la resistencia a nuestra subjetividad, de lo que tiene los caracteres de lo físico.

 

___________________

(1) La vinculación de ambos enunciados queda puesta de manifiesto en el siguiente: "Sean A y B dos entidades físicas no contiguas y sea p una propiedad de A. Entonces tal propiedad no puede ser alterada instantáneamente por una intervención en B" Así pues para que se de eventualmente una influencia como la señalada se necesita tiempo, de hecho el tiempo necesario para que el efecto se propague a través de la secuencia de entidades contiguas que se dan entre A y B y que garantizan la ausencia de vacío.

Existe una versión restringida de este principio de contigüidad-localidad que dice así : "Aunque hubiera manera de ejercer una influencia instantánea de B sobre A, esta influencia no podría ser utilizada para enviar una señal. O dicho de otro modo: no podemos comunicar nada a velocidad superior a la velocidad de la luz. La terca constancia de esta versión restringida del principio tendrá enorme importancia a la hora de ponderar la verdadera trascendencia ontológica de ciertos experimentos de la física contemporánea. Doy desde ahora un avance:
Una acción instantánea entre dos entidades no contiguas supone un "intervalo" menor que el intervalo, digamos I, de tiempo que la luz tardaría en superar la distancia entre ambas. Ahora bien, en relación a esa distancia el menor intervalo temporal es I. Por consiguiente, tal acción a distancia trasciende el tiempo. Si las acciones instantáneas de las que parecen dar testimonio ciertos experimentos físicos permitieran enviar señales, ello supondría la posibilidad de transmisión de información fuera del tiempo.
 

(2) Es casi obvio que el determinismo es difícilmente incompatible con el concepto de emergencia que nos ocupará en una reflexión ulterior.

Leer más
profile avatar
5 de febrero de 2013

Eder. Óleo de Irene Gracia

Blogs de autor

Arte en la calle, ¿arte desahuciado?

El Musée de la Poste de París expone, hasta el 30 de marzo, 70 obras de 13 artistas urbanos de prestigio internacional. La exposición se titula Más allá del arte urbano pero, en realidad es un más acá puesto que los han encerrado en un local cuando lo suyo debía ser ontológicamente un lugar sin determinaciones.

Artistas urbanos y mucho más que artistas del campo, pero el arte que ahora practican muchos de estos pintores ciudadanos sobre las grandes urbes posee la particularidad de que no solo se capturan artificialmente para mostrarlos después en salas bajo techo, sino que al ser street art o arte de la calle su encantamiento desaparece radicalmente con el acantonamiento.

Obra de callejeros y de marginales, de fumatas o de rebeldes sin causa, estos grafiteros existen desde los años sesenta, aunque solo en las dos últimas décadas han penetrado desde las fachadas a los paneles de algunos museos. Solo en París los grafiteros han pasado ya por la sala Cartier y por el Grand Palais, lo que no es solo una casualidad sino más bien una sorna. Aquello contra lo que luchaba y sigue luchando la policía y los servicios de limpieza de los municipios millonarios ha logrado la categoría de arte con valor inestimable. Porque, ¿cuánto valdrá hoy una obra de Corbread que pintaba hace más de medio siglo en los vagones del metro neoyorquino? O ¿qué precio obtendría en Christie's las creaciones de Banksy, Obey o Space Invader? Acaso mil millones o acaso, también, ni un céntimo. El valor sustantivo de estas obras es que no se pueden vender a menos que unas veces se derribe un edificio u otras un puente. Es por tanto tan sólo lúdico o simbólico. Son, lo que se llamaría, impagables. Aunque, como era de esperar, ya hay algunas galerías, como WallWorks, Itinerance o Ligne 13 en París que han introducido soportes más o menos convencionales para no desaprovechar los réditos.

Pero, ¿serían entonces estos productos comerciales sucedáneos enlatados? La Tate Modern expuso los grafitis en su fachada y así se ha hecho en Filadelfia o Copenhague, entre otros lugares. Sin el soporte de la ciudad no hay arte urbano. Y ya sin arte urbano toda gran ciudad pierde modernidad. Lo marginal ha prestado valor a lo central, lo excluido a lo integrado y, al fin, los recursos más pobres han enriquecido al arte de mayor integridad. Un grafitero si es tal no cobra. Es famoso porque lo contempla todo el mundo con una u otra emoción, es famoso porque se agrega a los monumentos, se plasma en el trayecto cotidiano, compone la pared del vecino que se proyecta día y noche sobre nuestras ventanas. Es famoso porque no es famoso o no se sabe dónde está. No se sabe donde está el autor ni de la fama se sabe adónde va.

En París, es ahora corriente ver constantes motivos de arte urbano, sea en las señales de tráfico, en los buzones, en los pasos de peatones. Tanto en las esquinas como en las bajantes, en las fachadas o en las columnatas. El grafiti empezó siendo una forma bárbara de ensuciar lo venerable y ahora lo que fuera suciedad se expone en el Grand Palais al modo de joyas. Pronto el Thyssen, que ahora alberga una exposición de Cartier, instalará a su lado una batería de street art. El lujo se aparta radicalmente de la miseria pero ambos se juntan en su incalculable valor moral o material. ¿Y qué otra cosa podría ser más significativa de esta época? Cuando el dinero se ha concentrado como una bomba atómica en manos de unos pocos, los muchos componen la bomba humana de acaso mayor explosión. Al borde de la desesperación y el estallido social, el arte de los marginados se reconduce a las salas con medidas de seguridad.

¿Haremos también del hambre un show brillante? Claro que sí. África fue un escenario inmejorable para las vanguardias de hace un siglo que supieron sacar inspiración de sus vidas primitivas. Ahora regresa un fenómeno semejante. El grafitero es un artista rico reducido a cero. Pero puede ser la nueva inspiración. Una inspiración que se recrea no de la abundancia que es ya excremento del sistema sino del impulso desahuciado. Un impulso que trata de decir lo que la afonía del arte actual no puede. Haciendo ver, en los márgenes, el relevo de las metrópolis tradicionales, se trate de su poder económico, político o cultural. Con una importante particularidad y es que ese mundo en ciernes no reproducirá el poder del poder, la política de esta política ni la condición de ningún sistema maestro. Creíamos que la libertad se había secado y, sin embargo, ahora fluye desde las canaletas de los desagües, por los túneles del ferrocarril, por los ojos húmedos de un puente. Se desliza por las fachadas para volver del revés el edificio más educado puesto que la posible educación del futuro será igual a la liberadora creación y educación sin canon.



[ADELANTO EN PDF]
Leer más
profile avatar
5 de febrero de 2013
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.