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Eder. Óleo de Irene Gracia

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43. Matrix según los Zuñi

 

 Matrix

 

Matrix 2

"El primer sumo sacerdote y mago, cuentan los zuñis, dio a los hombres, nuevamente llegados a la luz, dos pares de huevos; uno era de un azul oscuro, maravilloso, como el del cielo; otro era de un rojo oscuro, como la madre tierra. Dijo que en uno moraba el verano y, en el otro, el invierno, e invitó a los hombres a elegir".

Michel Delahoutre, "Sacralidad y estética en el arte de la India", en R. Buyer et alii, Tratado de antropología de lo sagrado, 2. El hombre indoeuropeo y lo sagrado; Trotta, Madrid, 1995, p. 134.



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7 de agosto de 2014
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Asuntos metafísicos 61: Síntesis de algunos asuntos tratados

El peso de los principios.  He venido enfatizando el hecho de que los principios ontológicos determinan algo más  que nuestro enfoque  cognoscitivo, que  no usamos los principios,  sino que nos plegamos a ellos, hasta el extremo quizás de confundirnos con los mismos. Manifestaciones de este plegarse son tanto el esfuerzo por hacer inteligible el orden natural como la acuidad práctica para enfrentarse al mismo,  episteme  y techne (en el sentido de técnica)  sea rudimental o sofisticada.

Remitir los fenómenos  a principios es dar cuenta o dar la razón de los mismos. Pero precisamente los principios mismos (si realmente son fundamentales) no tienen a su vez fundamentación. Mas entonces,  la filosofía  no  es una actividad consistente en remitir  a principios. He señalado al respecto que por el hecho mismo de reflexionar sobre los principios, de ponerlos encima del tapete, la filosofía da  testimonio de una voluntad de pensar aun al riesgo de hacerlo sin apoyarse en  lo que parecía  fundamento del pensar mismo.  Al filósofo, que se ocupa de lo que es por el hecho de ser  compete el tratar de principios tan firmes (y en consecuencia  tan intratables, tan poco flexibles) como el de no contradicción, es la respuesta de Aristóteles a la pregunta por él planteada: "¿Quién reflexionará sobre aquello que los matemáticos llaman axiomas ?"

 

Medio siglo atrás. Hace cincuenta años un teorema matemático revitalizó entre los físicos mismos la disposición  a retomar la interrogación sobre la naturaleza, liberándose eventualmente de presupuestos que hasta entonces se habían considerado universales ontológicos y epistemológicos. Y desde hace más de treinta años se han sucedido los experimentos, cada vez más efectivos, escrupulosos hasta el detalle más ínfimo, tendientes a extirpar toda duda sobre el hecho de que las sorprendentes violaciones (tanto por las previsiones cuánticas  como por los experimentos efectivos) de  los límites establecidos por aquel teorema no eran resultado de la influencia de una fuerza clásica, aunque  no percibida,  que una partícula vendría a ejercer a distancia sobre otra.

 

Experimento reciente. En la senda del   teorema de Bell  se publicó  en 1993 un importante protocolo firmado entre otros por  Antton Zeilinger  (Premio Newton de Física), que fue efectivamente experimentado en 2012, que deja literalmente estupefacto Pues,  ¡cómo no va a ser sujeto de estupor el que dos realidades físicas (tal es en esencia lo que revela el experimento) espacialmente separadas se encuentren vinculadas por  la simple constatación de que otras  dos  lo están¡ ¿Cómo es posible ?  ¿Qué confianza seguir teniendo en las ideas nucleares con las que elaboramos nuestro concepto del orden natural, entre ellas la de que no puede haber intervención física a distancia (es decir intervención no mediada ni por la materia ni por el campo) si las partículas a las que se reducen las cosas que percibimos se comportan de este modo?

 La Mecánica Cuántica supone para el estudioso de materias filosóficas  una invitación a explorar   meandros que constituyen un nuevo reto para nuestra esencia de animales marcados por el deseo de intelección  y una exigencia de dotarse de instrumentos que posibilitan  una mayor acuidad en el enfoque, aspecto este último vinculado  a lo que en la Mecánica Cuántica es reductible a expresión matemática.

 

Realidad física dudosamente objetiva. Al hablar de asuntos como el nivel de  correlación  entre fotones puesto de relieve por el experimento de Aspect, he evitado a conciencia utilizar la expresión comportamiento objetivo. Pues cada vez que nos referimos a algo como una realidad objetiva estamos precisamente usando, implícita o explícitamente, criterios que  dan por supuesto lo que precisamente tal  comportamiento  pone en tela de juicio.  Cuando hablamos de realidad objetiva nos estamos refiriendo a un mundo en el que precisamente ciertas cosas (el tan singular  comportamiento de los fotones en el experimento de Aspect) no suceden, entre otras razones porque la palabra misma cosa, si se refiere a lo físico se confunde siempre con  lo sometido a leyes que hacen imposible que sucedan.  No hay en todo caso para ellas explicación clásica.  Sabemos en cualquier caso  que la localidad no rige en tales fenómenos  y tratándose de física, sabemos (¡nada menos!) que la localidad no puede ser una ley universal del mundo físico. ¿Pero, cabe entonces siquiera hablar de leyes universales del mundo físico? Esta  es alguna de las interrogaciones que en estos asuntos metafísicos se vienen planteando.  

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5 de agosto de 2014

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Historia y desventuras del desconcodo soldado Schlump

Al cumplirse cien años justos del estallido de la mal llamada Gran Guerra –en realidad, apenas veinte años después Europa se las apañó para enzarzarse en otra guerra igual de grande o más y hubo que numerarlas, Primera, Segunda… y las que vengan– la editorial Impedimenta ha tenido la buena idea de rescatar Historia y desventuras del desconocido soldado Schlump. Su autor, Hans Herbert Grimm fue un maestro de escuela que sobrevivió a la primera de las dos grandes guerras. Porque estaba visceralmente en contra del militarismo y los nacionalismos aprovechó sus experiencias bélicas para escribir una novela que, según pensaba él, además de darle una cierta fama  también podría aportarle unas moderadas pero muy bien recibidas ganancias porque eso de “pasas más hambre que un maestro” no es exclusivo de España.  Y a punto estuvo de conseguirlo porque el sentimiento antibelicista era generalizado. Publicado en 1928, el libro tuvo un cierto éxito e incluso se tradujo al inglés, mereciendo una crítica muy favorable por parte de J.B. Priestley. Sin embargo, H.H.Grimm chocó contra dos imponderables que demostraron ser demasiado para él. El primero de dichos imponderables fue que  justo entonces Sin nvedad en el frente, la novela de Erich Maria Remarque, se convirtió en un best seller mundial, con el agravante de que todavía hoy continúa siendo una referencia ineludible de la literatura antibélica.

                El segundo inconveniente fue que la política de limpieza que ya estaban llevando a cabo los nacionalsocialistas empezó con grandes hogueras a las que fueron a parar todos los libros y cuadros denominados “degenerados”, y el de H.H. Grimm no sólo era antibelicista y antinacionalista y no sólo no seguía las consignas oficiales de odio a todo lo que fuera francés, belga o inglés, es decir los próximos enemigos de Alemania, sino que encima estaba editada por un judío comunista. Pero H.H. Grimm ya se debía de oler lo que se le venía encima porque además de publicar su libro con pseudónimo guardó tan en secreto su identidad que, a diferencia de su libro,  se salvó de la quema y pudo salvar asimismo un ejemplar a base de emparedarlo en su casa.

                Es evidente que no gustándole el tremendismo ni la enumeración de horrores que él había presenciado, la intención de H.H. Grimm fue escribir una novela picaresca. Schlump, viene de lump, que en alemán significa sinvergüenza, y al principio podría ser un compinche de Rinconete o el Lazarillo. Destinado a labores de intendencia en la retaguardia del frente francés, se vale del mínimo poder de su cargo para disfrutar de la vida con los camaradas y, aprovechando esa moral tan peculiar de los tiempos de guerra, establecer relaciones con toda clase de mujeres y jóvenes francesas. Habla maravillas de ellas porque, la verdad, ellas le tratan amorosamente y le devuelven con creces sus favores aunque, eso sí, no se dan descripciones ni detalles íntimos. Pese a su apodo, Schlump es un caballero y no cuenta según que cosas de las damas a las que frecuenta. Pero si encima puede hacer trapicheos con los alimentos, el vino o el tabaco, qué más puede pedir un muchacho de pueblo, hijo de un obrero y al que de pronto le dan las llaves de la despensa.

                Otro de los grandes atractivos es que se trata de una novela de novelas, y sobre todo durante los tediosos días de la retaguardia, todo el mundo tiene tiempo y disposición para escuchar una buena historia y cada dos por tres los oyentes se sientan por el suelo y se van pasando tabaco o botellas de vino mientras un recién llegado cuenta su historia, por lo general breve pero intensa  y como corresponde a un tiempo tan desquiciado como es el de una guerra, totalmente disparatada. El episodio del niño que se mete un orinal metálico por la cabeza y no se lo puede quitar es formidable y refleja muy bien el carácter moderadamente burlesco que H.H. Grimm quería darle a su novela.

                Pero nadie escapa a una guerra con las manos limpias y el cuerpo sin marcas. Poco a poco Schlump se va acercando al horror y una vez que se ve atrapado en el mismo ya no escapa de él hasta el final, y lo hace con el cuerpo hendido y, sobre todo, el alma endurecida. La gente que todavía asocia guerra con heroísmo es objeto de la rechifla general. El sálvese quien pueda ya es universal y con la derrota el relato pierde sus últimos tonos picarescos y adquiere un tono sombrío que debió de enfurecer a esos nazis que, una vez quemadas las obras de arte degenerado, estaban ya clavando sus torvas miradas en los judíos. Pero sorprende sobre todo la elegancia de una narración que no cae nunca en el tremendismo ni en la búsqueda de la imagen fácil. Lo que pasa es que una guerra es la plasmación del horror y la expresión de los peores rasgos del género humano. Y era imposible que la picaresca pudiera dar cuenta del mismo y salir incólume.

 

Historia y desventuras del desconocido soldado Schlump

Hans Herbert Grimm

Traducción de Belén Santana

Impedimenta



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4 de agosto de 2014

Eder. Óleo de Irene Gracia

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Explosiones

Jorge Volpi y Solis, in memoriam

 

El vuelo comercial 655 había salido con veinticinco minutos de retraso de su base y se dirigía hacia su destino cuando un misil tierra-aire SM2-MR lo hizo estallar en mil pedazos, provocando la muerte de 274 pasajeros -incluyendo 66 niños- y los 16 miembros de su tripulación. Los atacantes apenas tardaron en reparar en su error: en vez de deshacerse de una nave militar, habían disparado contra un avión civil que sobrevolaba la zona de conflicto. En medio de las tensiones bélicas de la zona -una de las más conflictivas del planeta-, las partes de inmediato procedieron a acusarse mutuamente, enfriando todavía más sus relaciones diplomáticas.

            El incidente, que en mucho recuerda al ocurrido hace unas semanas en el este de Ucrania, donde otro vuelo comercial, el 17 de Malaysian Airlines, fue derribado por otro misil -que en este caso provocó la muerte de 283 pasajeros y 15 miembros de su tripulación-, ocurrió el 3 de julio de 1988, en el estrecho de Ormuz. El vuelo 655 pertenecía a Iran Air, y fue derribado por un proyectil lanzado desde el portaviones USS Vincennes cuando realizaba un trayecto entre Bandar Abbas y Dubái. El escenario era la guerra entre Irán e Irak, en la cual Washington apoyaba subrepticiamente a Saddam Hussein. Pese a que según todos los reportes el vuelo 655 transmitía en la frecuencia reservada a la aviación civil, Estados Unidos jamás reconoció su equivocación o la negligencia del capitán William Rogers III -el entonces vicepresidente George Bush llegó a afirmar que su país "jamás pediría disculpas"- y sólo en 1996 accedió a retribuir ex gratia a los familiares de las víctimas.

A un cuarto de siglo, la situación parece repetirse: en medio de los enfrentamientos entre los rebeldes y las tropas leales a Kiev en la provincia de Donetsk -o en la República Popular de Donetsk-, el derribo del vuelo 17 de Malaysian Airlines se presenta como un nuevo error criminal y una vez más las partes se acusan una a otra. Tras el incidente, el presidente Obama señaló que todos los indicios conducen hacia los independentistas apoyados por Moscú, mientras que los rebeldes insisten en que ellos no cuentan con misiles tierra-aire capaces de derribar a un avión en vuelo.

Más allá de que, en efecto, la autoría parezca ser de los rebeldes -en un claro error pues, a diferencia de lo ocurrido en Irán, aquí no habría ninguna razón para atacar un avión malayo-, el caso del MH17 ha servido para crispar aún más las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en lo que muchos perciben como una nueva "guerra fría". Justo cuando China se alza como su mayor rival, las dos viejas potencias nucleares vuelven a enfrascarse en una confrontación soterrada en los mismos escenarios de la primera y la segunda guerra mundiales: no es casual que diversos analistas se apresuren a invocar sus fantasmas.

Igual que en 1988, la verdad queda escondida detrás de las versiones de unos y otros. Sin duda, tras una época en que Vladímir Putin intentó devolverle a Rusia su papel internacional con iniciativas multilaterales como el G-8, su nostalgia por la antigua Unión Soviética se ha exacerbado. Tras las humillación de ver a sus antiguos vasallos del Pacto de Varsovia sumarse a la OTAN, lo único que no podía tolerar es que las antiguas repúblicas soviéticas, y menos Ucrania, la "Pequeña Rusia", escapasen a su control. Pero también es cierto que la demonización que el líder ruso sufre en los medios occidentales -no han faltado quienes lo comparan con el káiser Guillermo o con Hitler- responde a una torpe política hacia las antiguas repúblicas soviéticas que jamás ha tomado en cuenta sus peculiaridades históricas, culturales o lingüísticas.   

Aunque nos fascinen los paralelismos, la anexión Crimea no se parece a la de los Sudetes. El talante autoritario de Putin es abrumador, pero sus delirios de grandeza son más realistas que los de Hitler o Stalin y él mismo no parece saber qué hacer con los rebeldes, quienes en efecto hablan ruso y se identifican culturalmente con sus vecinos -y vieron drásticamente limitados sus derechos con el gobierno prooocidental de Kiev- pero que, según todas las encuestas, en su mayoría prefieren permanecer en Ucrania. En estos días, Estados Unidos y la Unión Europea han incrementado las sanciones contra Rusia, aumentando la escalada en un marco económico global sumamente frágil. El riesgo está, pues, en saber hasta dónde arrinconar a Putin sin provocar que la explosión del MH17 detone muchas otras.

 

Twitter: @jvolpi

 

 

 



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3 de agosto de 2014
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¿Por qué Primavera silenciosa sigue siendo un clásico?

A más de medio siglo de la publicación de su obra capital, Rachel Carson es el ejemplo más claro y todavía vigente de científico que toma la difusión, divulgación, educación del público y participación apasionada en los debates donde  se cruza lo científico, lo político, lo económico y lo social.

Carson trabajó 15 años, gran parte de su vida como científica, en el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos. Sus investigaciones en el fondo marino, las costas y la biodiversidad de los mares, publicados en reputadas revistas científicas, le dieron fama y prestigio entre sus colegas.

Pero lo que la llevó a ser despedida por el New York Times con un obituario de una página, que la describe como “la esencia de la elegancia académica” es la forma en que se fue introduciendo en la divulgación y el trato directo con infinidad de lectores.

La mayor parte de su obra para el gran público se centra en los misterios del mar, los descubrimientos sobre la riqueza de sus fondos marinos y costas, y en los peligros que la sobrepesca y la contaminación causan a todos los seres vivos.

*          *          *

Su primer libro, Bajo el viento del mar (Under the Sea-Wind, 1941) es el primero en compartir con todo tipo de lectores las últimas investigaciones sobre la vida que bulle en las profundidades, hasta entonces desconocida.

El segundo, El mar que nos rodea (The Sea Around Us, 1951), abre nuevos caminos: la relación entre los mares y la vida en la tierra, y especialmente con las comunidades que viven con y del mar: un enfoque muy ambientalista. 

Estos dos libros la convirtieron en una autora muy exitosa. No eran especialmente controvertidos; denunciaban los problemas que provocaba el desarrollo económico, y sobre todo la irresponsabilidad de usar el mar como fuente inagotable de comida y basurero, pero su eje era la visión positiva y poética del potencial y la riqueza de los océanos.

En el tercero, El borde del mar (The Edge of the Sea, 1955), se adentra en un tema que no ha dejado de tener relevancia desde entonces: el peligro del desarrollo y el arrojar residuos líquidos y sólidos a los ríos y al mar para la vida en las costas.

*          *          *

Pero el nombre de Rachel Carson se ha vuelto sinónimo de periodismo ambiental y denuncia airada de los males de las empresas contaminadoras con su último y más influyente libro: Primavera silenciosa (Silent Spring, 1962). Esta investigación nació de su descubrimiento de lo que estaban haciendo las poderosas  compañías agroquímicas en la llamada “revolución verde”.

Una ingente cantidad de insecticidas y pesticidas estaban siendo arrojados como bombas en millones de hectáreas de plantaciones sin haber estudiado los efectos que estos productos tendrían en las mismas frutas y verduras que la población comería, en el medio ambiente terrestre y acuático, y en la salud de las poblaciones que vivían cerca de estas plantaciones.

Su principal enemigo era el DDT (Dichloro-Diphenyl-Trichloroethane), hoy prohibido en gran parte gracias a sus explicaciones y campañas, que soliviantaron a la opinión pública, hasta el punto que se convirtió en uno de los detonantes del movimiento medioambientalista mundial en los años 60.

Carson llamaba al DDT, “elíxir de la muerte”, “Por primera vez en la historia del mundo”, decía, “todo ser humano está ahora en contacto con productos químicos peligrosos, desde el momento de su concepción hasta su muerte. En menos de dos décadas de uso, los plaguicidas sintéticos han sido tan ampliamente distribuidos a través del mundo animado e inanimado, que se encuentran virtualmente por todas partes.”

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Primavera silenciosa nació como una serie de tres artículos muy extensos publicados en 1962 en la revista New Yorker. Esto hizo que su resonancia en la opinión pública fuera enorme e inmediata. Las compañías agroquímicas, que estaban creciendo a grandes zancadas y vieron en los artículos, que pronto se convirtieron en libro, y en el prestigio académico y popularidad de Carson una amenaza, se lanzaron a atacarla. Incluso utilizaron en su contra el cáncer, la enfermedad contra la que luchaba y que hizo que cada página de Primavera silenciosa le costara mucho sufrimiento. Decían que la enfermedad le había amargado el espíritu y le impedía ver los enormes beneficios que los plaguicidas habían traído a la humanidad, brindando comida abundante y barata a una población hambrienta.

Pero Carson contó con dos grandes aliados. En primer lugar, un público cada vez más concienciado y deseoso de escuchar a los que saben y tienen una posición independiente. A su conocimiento técnico, su profunda investigación y su independencia, Rachel Carson sumó una cualidad que había estado desarrollando desde sus primeros libros del mar: un gran talento para transformar complicados problemas ambientales en una prosa clara y poética, con comparaciones y metáforas que hicieran a la vez comprensible y atractivo el tema. No todos los científicos tienen esta cualidad.

*          *          *

Esto se puede ver muy bien en el título de la obra, que se explica en el primer capítulo. Imaginemos un pueblo del centro agrícola de Estados Unidos, nos dice Carson. Termina el invierno, viene la primavera, pero no hay cantos de pájaros, murmullos de insectos, colores de flores y olores primaverales.

¿Por qué? Las toneladas de DDT y los otros pesticidas, arrojados sin miramientos para acabar con todas las especies nocivas acabaron también con las beneficiosas, cuando la ciencia no había explicado las funciones ecológicas de estas especies.

Era como jugar a ser Dios, eliminar una parte de la naturaleza sin haber investigado sus efectos. Y la escena que explicaba este horror era la de la primavera muerta, silenciosa. Uno de los puntos más altos de la historia del periodismo, escrito por una científica.

 El segundo impulso que sacó a su obra del reino de la controversia y acalló por un tiempo a los críticos fue el apoyo sin fisuras del gobierno y personalmente del Presidente John Kennedy, quien avaló los datos y las conclusiones de Carson.

Sin embargo, la historia de la lucha de esta gran escritora/científica por no ser tergiversada y la campaña furibunda contra ella fueron el principio de lo que sigue pasando en el debate y el periodismo ambiental en todo el mundo. Por eso muchos periodistas ambientales y científicos que usan las tribunas del periodismo para alertar, informar y formar, se declaran todavía y a mucha honra, hijos de Rachel Carson. 

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3 de agosto de 2014
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Los ?beautiful? y el postureo con chanclas

Por la mañana apareció Inglaterra, verde y desconocida entre las nubes”. Lo que hubiese dado por escribir una frase como esta. Mucho más que un arroz con bogavante en el Real Playa, un hotel rústico a cien euros la noche cuyo lujo exclusivo consiste en estar enclavado en la misma arena de la playa del Mitjorn. Incluso daría mucho más que el adictivo café con leche en Roca Bella, la mañana aún por desenvolver, donde italianas de incierta edad lucen unos hombros tremendamente elegantes y la braga del bikini subida hasta las lumbares, con las nalgas al aire. El personaje del libro que estoy leyendo, de James Salter, llega a Londres en un avión, y mientras a él se le aparece Inglaterra, nosotros, desde el ferry, contemplamos las primeras visiones de los molinos de Sant Francesc. El verde atlántico y literario de Salter frente al turquesa mediterráneo de las Pitiüses, cuyo principal embrujo consiste en la danza del levante que espuma las aguas y desangra el atardecer sobre campos de vid y olivos. Lo leído y lo vivido a veces crean gozosos paralelismos, como cuando se está enamorado y cualquier pequeña coincidencia parece una señal del destino. Avistar el perfil de Formentera, dejando atrás el yate negro como un bloque de pisos, de Armani, o el The Shark de Cavalli en aguas ebrias de Dom Pérignon, es un alivio de presunta sencillez. El slow summer de Formentera contrasta con el vértigo ibicenco, donde las discotecas, los dj, y las drogas químicas asociadas al clubbing, han alcanzado la categoría de atractivo turístico internacional. Existen varias webs inglesas que publicitan permisos de conducir falsos para que los menores puedan entrar en los clubs. En Platja d’en Bossa, los chiringuitos de siempre se han convertido en beach clubs, arrastrados por la fama de las últimas adquisiciones de Matutes: el Hard Rock o el Usuaïha Los adultos ricos cuentan con un surtido más sofisticado desde que Eivissa ha apostado por el turismo de lujo compitiendo con Cerdeña o Santorini. Porque el objetivo no son los europeos de siempre atraídos por las reliquias del flower power, sino los magnates rusos acompañados de una decena de escorts que reservan mesa en Lío -el espectacular cabaret dirigido por el actor de Tricicle Joan Gràcia- o en Cipriani. En el mar residen desde Naomi Campbell, Kate Moss, a Andrea Casiraghi, Bruce Springsteen, Puff Daddy, Orlando Bloom o Di Caprio. Cuando hay una buena fiesta, en la residencia de Pino Saglioco, desembarcan a tierra. Entre los patrios, la baronesa Thyssen, Cayetana Guillén Cuervo, Rosa Clarà -cuyo barco se llama White- o Eugenia Martínez de Irujo, son algunas de las asiduas a este mito cultural del mediterráneo donde aún se aplaude la salida y la puesta de sol. A tan sólo media hora de crucero, los payeses de Formentera me cuentan sus alianzas con los ecologistas para proteger sus parques naturales de las empanadas de cemento y caviar. En bicicleta por Ses Salines, advierto lo sufrida que es la gente que ni en verano puede replegarse como un cangrejo al sol. La beautiful people pertenece al siglo XX. Ahora se le llama “postureo”, eso sí, con esas nefastas chanclas globales. Bellinis universales Giuseppe Cipriani era un afamado camarero en la Venecia de los años treinta que gracias al pago de la deuda de un americano, Harry Pickering, abrió el Harry’s Bar, donde inventó el bellini y el carpaccio (en honor a Giambellio y Vittore Carpaccio). Su nieto, que se llama como él, ha franquiciado la marca familiar como se hace a menudo con las firmas de lujo. El Cipriani de Eivissa -abrió en el 2012- a 300 euros el cubierto, es un must y su propietario uno de los hombres influyentes de la fauna y flora local, este verano amigo especial de la modelo Esther Cañadas. En el Cirpiani, esta semana llegaron a las manos Orlando Bloom y el juguete roto Justin Bieber. Dicen que Di Caprio se puso de pie y aplaudió la torta. Acroyoga viral Carles Sans, junto a su mujer Maria Antònia Rodríguez, son un clásico de la isla que, nada más llegar a Eivissa, se visten de blanco con guayabera y túnica, respectivamente. Hace unos días, fueron a cenar a Lío junto a Carles Puyol y Vanesa Lorenzo, donde asistieron a un espectáculo representado por unos virtuosos acróbatas rumanos. Al día siguiente, Puyol -7 millones de seguidores en Twitter colgó una foto de su pareja -experimentada yogui- sobre las palmas de sus manos y se la mandó a Tricicle. Este le replicó con otra foto: mandíbula apretada y una Barbie encima de sus manos. Puyol, muerto de risa, la colgó en sus redes y el efecto ventilador no se hizo esperar. El acroyoga es trending topic. Dos tallas menos Lo conocí hace quince años en Nueva York, a través de Paulina Rubio, entonces muy cowboy girl que colaboraba en sus campañas. Enseguida escuché que Roberto Cavalli no era diseñador, sino estilista, una diferencia que tienen muy en cuenta italianos y franceses. Pero Cavalli resucitó el animal print -dicho sin manías, el estampado leopardo- los drapeados y conceptualizó el uniforme de las MILF. El caso es que mientras otros se hundían, el imperio Cavalli se extendía desde China a Miami o Dubái -donde ya tiene tiene sendos restaurantes. El tercero lo acaba de abrir en Eivissa, a sus 73 años, dispuesto a robarle mesas a Giuseppe Cipriani y a seguir detestando a las mujeres que visten como un hombre. (La Vanguardia)

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2 de agosto de 2014

Eder. Óleo de Irene Gracia

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La caza del tigre gigante

Nadie manda tanto en China desde tiempos de Mao como el actual timonel Xi Jinping. Deng Xiaoping, el pequeño timonel, que mandó mucho, nunca acumuló cargos; ni tampoco acumularon tantos los sucesores: presidente de la República, secretario general del Partido Comunista, presidente de las comisiones militares del Partido y del gobierno y presidente del Consejo Nacional de Seguridad, institución de nueva planta que el mismo Xi ha inaugurado. A los 38 años de la muerte del gran timonel, la quinta generación de líderes después de Mao ya no tiene complejo alguno a la hora de acumular el poder. No hay culto a la personalidad al estilo maoísta, al menos todavía, pero hay una fuerte impronta personal en las decisiones y una gran acumulación de poder efectivo. Se acabaron las direcciones colegiadas. Coincide con un hecho característico en este tipo de regímenes: China está de purga, como en los viejos buenos tiempos estalinistas: van cayendo en desgracia decenas y decenas de cuadros comunistas, acusados del mayor delito que se puede cometer en tal tipo de partido: "graves violaciones de la disciplina", eufemismo por la corrupción y el enriquecimiento ilícito propios de un capitalismo tan peculiar como el chino, desregulado en algunas cosas y autoritario en todas. No es una purga cualquiera, como siempre las ha habido, ni una purga a medias como la que sufrió Zhao Ziyang, el secretario del Partido que se negó a disparar contra los estudiantes de Tian Anmen en 1989 y luego fue arrestado en su casa hasta su muerte sin acusación ni juicio. Esta es una purga a lo grande, por todo lo alto, como no la había desde la muerte de Mao. Ahora ha alcanzado a Zhou Yongkang, hasta 2012 uno de los nueve hombres más poderosos, zar de la policía y el espionaje y patrono de la industria petrolera. Xi Jinping lleva poco más de año y medio con las riendas en la mano, pero las sostiene con firmeza: saca pecho en política exterior; incrementa su gasto militar; y descarta cualquier vacilación respecto a la autoridad indiscutible y exclusiva del papel del Partido Comunista. Dos de sus consignas merecen el dudoso homenaje de la cita obligatoria: la idea de que hay un sueño chino, comparable al sueño americano; y la apelación al combate contra tigres y moscas, símbolos de la corrupción, que ahora la caza de Zhou Yongkang ejemplifica en su grado máximo. Hay que regresar de nuevo a la época de Mao para interpretar la actual temporada de purgas. Zhou pertenecía a la familia política de Jiang Zemin, líder de la tercera generación y patrono del gang de Schanghái. Su candidato a sucederle en la cúpula del poder era Bo Xilai, el patrono de Chongqing caído en desgracia después de que su esposa fuera condenada por asesinato. Todos los familiares y amigos de Zhou estaban bien colocados, como lo están también los de Xi y los de todos. La caza del tigre gigante es un cuento con moraleja: entérense de quién manda y de cuánto manda.



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31 de julio de 2014
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El placer de lo inútil

De qué nos sirve la actualidad, rendirnos a su tiranía, a las breaking news calientes protagonizadas por buenos y malos que continúan jerarquizando la información? ¿Tiene utilidad para el ciudadano medio saber que Abel Matutes compra el Fortuna a precio de ganga, que el juez Alcover mantiene encausado a Messi o que el Gobierno de Bolivia permite el trabajo infantil a partir de los diez años? ¿Viviremos con más ahínco anticipando la procesión de la familia Pujol ante la Fiscalía Anticorrupción? Las noticias languidecen como el amor breve, los girasoles en agosto o la importancia que se dan las personas poco interesantes que se creen muy interesantes y acaban produciendo vergüenza ajena. Por supuesto que hay noticias que suscitan esa misma incomodidad, aunque pronto serán arrolladas por nuevas entregas. Vivimos rodeados por personas y noticias inflacionadas, que adquieren un protagonismo desorbitado, hasta que un día amanecemos con la náusea de la nada, como si en el mundo siempre debiera de ocurrir algo trascendente. Pero la dictadura de la actualidad se olvida de las emergencias. Hace algo más de un mes saltaban las alarmas mundiales ante el secuestro de las estudiantes nigerianas a manos de un grupo de criminales integristas que pretendían canjearlas por presos, previas torturas y conversión al islamismo, sólo por el hecho de querer estudiar y prosperar en la vida. Hoy, esa noticia se ha ajado, con la herrumbre de la resignación o, mejor dicho, de la dimisión forzosa, porque los políticos, jueces, policías, periodistas o mediadores también hacen vacaciones. Pero y usted, que está al otro lado del periódico, ¿quiere volver a leer sobre las niñas nigerianas o prefiere conocer qué hizo el primer día en la celda el preso Jaume Matas? ¿Puro morbo, entretenimiento o algo más? Es probable que aunque la mayoría de las noticias no le hagan la vida más agradable, ni alivien su insomnio, puedan convertirle en un ameno conversador en las cenas veraniegas. A veces uno cree que la actualidad es más útil que la poesía o que la contemplación del paisaje. Hay un tipo de saber inmediato que te hace sentir vivo, como un certificado de que estás en el mundo, pero “lo placentero es más útil que lo útil”, decía Leopardi. Uno de los libros de este verano es, sin duda, La utilidad de lo inútil. Manifiesto (Acantilado), de Nuccio Ordine, que ha llegado a la sexta edición acaso porque apela al verdadero sentido de la vida, ya que alienta a ese hombre moderno que no tiene tiempo para nada -esclavo del utilitarismo- a volver a los clásicos, a comprender el arte o a leer versos porque, tal como Lorca ya alertó, es una imprudencia vivir sin la locura de la poesía. (La Vanguardia)

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30 de julio de 2014
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