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Escrito por

Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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De la ciencia de la lógica de Hegel… a la ciencia natural de nuestra época

Me refería en la columna anterior a entidades a las cuales la propiedad que se les atribuye y que debería caracterizarlas la comparten intrínsicamente con otra entidad, entidades que en consecuencia resulta difícil caracterizar como individuos. Sin duda no nos encontramos con cosas de este tipo en  nuestra vida cotidiana. Y sin embargo la referencia a estas cosas rarísimas, por meramente relacionales, no es extraída de uno de los fascinantes capítulos de la Ciencia de la Lógica de Hegel, sino de la ciencia natural  de nuestra época, y concretamente de la disciplina que está mayormente marcando ese mismo entorno cotidiano, el cual  se resiste a ser reflejo de lo que subyace, de tal manera que  la Mecánica Cuántica ( tal es su paradoja) efectúa  previsiones en base a hipótesis que contradicen no ya la apariencia (eso es clásico) sino   el entramado  mismo de aquello sobre lo cual efectúa previsiones.

En cualquier caso esos raros individuos que no pueden ser tales juegan un papel en el trasfondo, en ese universo larvado que constituyen  las partículas elementales.

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16 de febrero de 2012
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Individuos que no pueden serlo

Indicaba en la columna anterior que las hipótesis einstenianas sobre el carácter discreto de la luz, abre la auténtica caja  de  Pandora que para la visión hasta entonces convencional de la naturaleza suponen las interrogaciones cuánticas. La física se ve rapidamente abocada entonces a la meta-física, es decir a enfrentarse a  problemas que se habían hasta entonces abordado en un marco más bien meramente especulativo, siendo paradigma de ello  textos como la Crítica de la Razón Pura de Kant, o la Ciencia de la Lógica de Hegel.

Abordaré hoy uno de los problemas más representativos, el de la individualidad, apuntando a una meta-física cuyo soporte científico sea no la física  newtoniana o relativista sino la teoría cuántica. 

 Utilizamos en el lenguaje corriente la palabra individuo, y sin necesidad de mayor reflexión, ni de recurrir a etimologías,  estaríamos  de acuerdo en lo siguiente: un individuo es una entidad discreta, es decir, en relación de continuidad consigo misma y separada de los demás individuos.

La naturaleza no siempre se presenta bajo forma de individuos. Con paciencia podemos atribuir un número entero al contenido de un saco de arroz (mil, dos mil granos etcétera), lo cual es prueba de que se trata de un conjunto de individuos,  pero no podemos hacer tal cosa con un continuo ondulatorio, como un haz de luz (al menos de entrada, pues el considerar que en determinadas condiciones la luz se comporta como un conjunto discreto de elementos llamados fotones, constituyó quizás-como ya he sugerido- la más fértil conjetura  de Einstein).

Los individuos pueden mantener entre sí ciertos lazos. Sean por ejemplo dos partículas cuyo movimiento es influido por el de la otra (análogamente al caso de la tierra y la luna). Si nos interesamos por esta influencia pasamos de considerar individuos a considerar sistemas.[1] Cabe pues decir que hay un conocimiento de los lazos que mantienen ciertos individuos, pero tal conocimiento no excluye el referirse a los individuos mismos que -por definición- poseen una entidad con independencia de los lazos que les vinculan con otros.

 Así cada una de las dos partículas tiene en cada instante una posición que puede ser considerada con independencia de la posición de la otra,  y ello vale también para la velocidad. En suma: el devenir de un estado propio de  un individuo (su posición, por ejemplo) puede hallarse afectado por su relación con el estado de otro individuo, pero ateniéndonos a un instante (es decir sin referencia a la evolución) no deja de ser un estado propio del mismo,  y el estado en ese instante  del sistema constituido por ambos    se reduce a  yuxtaposición de  los valores que se dan en cada uno de los estados separados. Pues bien:

Supóngase  por un momento que, incluso en ausencia de toda referencia a la evolución temporal, no hubiera manera de asignar un estado separado a la partícula A y a la partícula B. En la analogía con la tierra y la luna, se trataría, por ejemplo,  de un momento en que pudiéramos asignar una posición relativa de la tierra y la luna, pero no pudiéramos asignarles una posición por separado.

¿Tendría sentido en tales condiciones seguir hablando de individuos? Singulares individuos en todo caso a los que no cabría atribuirles propiedad definitoria que no fuera intrínsecamente compartida.


[1]     En la jerga de los físicos diríamos que los parámetros posición y velocidad de cada una de las  entidades son indisociables de los parámetros posición y velocidad de la otra, de tal manera que al referirse a las propiedades del sistema no utilizamos  dos parámetros sino cuatro.  

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14 de febrero de 2012
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Sobre la palabra «metafísica»

Desde su inicio este foro ha pretendido ser un lugar de  reflexione filosófica, en el sentido más genérico del término. De ahí que consideraciones de tipo ético, político o estético hayan ocupado a intervalos un largo espacio. Sin embargo lo que ha pretendido fundamentalmente es ser un espacio de actualización de la filosofía natural, o si se quiere de la meta-física, entendida en su sentido cabal  de reflexión sobre el orden natural (la physis  de los griegos), que se efectúa después de o tras -meta-la física.

No se trata tanto de haber seguido en sus meandros técnicos las descripciones y previsiones efectuadas por la física como de  estar al corriente (o al menos hallarse interesado por estarlo), de los interrogantes que se hallan en el origen de tales descripciones y previsiones, y de las implicaciones de las mismas. Dos  ejemplos elementales:

  • 1) Entender que ciertos principios considerados básicos de la física parecían amenazados por el propio desarrollo de la misma y que Einstein tenía razones para considerarlos inviolables (cosa que no tiene ninguna dificultad mayor y que se explica sin formulación matemática en los libros llamados divulgativos del autor), conduce sencillamente a entender por qué era necesario sacrificar nuestra convicción (prejuicio lo denomina Einstein) de que el tiempo y el espacio son un marco absoluto en el que los acontecimientos se despliegan.
  • 2) Entender que ciertos fenómenos indiscutibles chocaban con la concepción que la ciencia tenía en el arranque del siglo XX de la naturaleza ondulatoria de la luz (cosa explicable sin más tecnicismos que los justos en media clase de filosofía) permite entender porque Einstein avanza la tremenda conjetura de que la luz es un conjunto discreto de elementos llamados fotones, abriendo así la caja de Pandora que constituye el universo (inquietantemente larvado para el pensamiento anclado en cimientos clásicos) de las partículas elementales.

Y si la metafísica no puede prescindir de considerar lo que implica el sacrificio del carácter absoluto de tiempo y espacio, tampoco puede prescindir de una inmersión en este horizonte de larvas descrito por la física cuántica, en el cual se producen sorprendentes "escenas" como las que ocuparán las reflexiones de los días siguientes. Escenas (no es nunca ocioso explicitarlo) que nada tienen que ver con  la ciencia ficción sino simplemente con  la ciencia.

Una ciencia que enlaza con  antiguos fantasmas de la especulación metafísica,  liberándolos de cierta capa de caspa. Foucault indicaba en uno de sus discursos que Hegel, mil veces considerado perro muerto de la filosofía, solía esperar al escéptico en la esquina...o en los recovecos del camino. En este caso, un  camino trazado no ya  por la ciencia natural de nuestra época sino  por la ciencia quizás más impactante de todas las épocas.

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9 de febrero de 2012
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El mal gratuito infringido a Tony Nicklinson

 Lo que la ley podría hacer por Tony Nicklinson.

Leo en El País del 3o de enero  una  punzante crónica  de Walter Oppenheimer sobre Tony Nicklinson, ciudadano británico que en 2005 sufrió un derrame cerebral que le provocó una parálisis  de cuello abajo. Como el lector adivina, la crónica nos invita una vez más a una reflexión sobre la eutanasia. Pero desde luego no tendría un efecto tan incisivo si Oppenheimer no describiera el asunto con tal honradez  que   el caso de Nicklinson se convierte   en imagen verídica no ya de la tragedia que siempre se cierne sobre la especie humana, sino asimismo-y sobre todo- de los sombríos tintes sobreañadidos por  el cúmulo de simulacros, construcciones edulcorantes de nuestra condición, artificiosas obligaciones "morales",  y desde luego resentimiento e implacable odio contra  quien de signos de resistencia, que convierten a la sociedad en un fétido entramado de mentiras, y eventualmente en un marco de complaciente tolerancia con prácticas rayanas a la tortura.

Lo que acerca el caso de este hombre de admirable lucidez a la situación potencial de cada uno de nosotros son las tremendas declaraciones de su mujer que aquí reproduzco:

"Mucha gente cree que Tony quiere morir mañana, pero no es eso lo que quiere. Sabe que  llegará el momento en que su vida se convierta en algo insoportable y que quiera acabar con eso. Quiere saber que, cuando llegue el momento, será capaz de hacerlo. Porque ahora no puede...[tras un gesto de su marido] quiere saber que en el futuro podrá acabar con su vida".  Obviamente ahora no puede porque depende de otro para sus más elementales necesidades y hasta para decir si quiere o no vivir, y precisamente protesta por esta limitación respecto a lo que considera un derecho esencial.  La sociedad no puede curarle de su enfermedad, pero sí puede  abolir la discriminación  en la que se encuentra  respecto a la posibilidad de acabar o no acabar con su vida. Volveré luego sobre este tema central. Ahora transcribo las palabras del  propio Nicklinson:

 

El plan B) de Tony Nicklinson

"Para mí  los cuidados paliativos no significan nada...Mis opciones son limitadas. Puedo seguir así hasta que  muera (porque el estado me dice que tiene que ser así: plan A). Puedo dejarme morir de hambre [en realidad posiblemente tampoco le dejarían], una forma especialmente horrible de de marcharse y angustiosa para mi familia. Puedo ir a Dignitas  [institución suiza que facilita la muerte...si puedes pagártela], pero no tengo las más de 10000 libras que costaría. 

La gente no se da cuenta de lo que es tener un plan B (la capacidad de decidir dónde, cuándo y cómo morir). Sufro una constante y extrema angustia mental sabiendo que no tengo un plan, una vía de escape realista para el momento en que la vida se me haga insoportable   "

Es simplemente tremendo. Las de por sí duras condiciones de vida de Tony Nicklinson se ven agravadas por la imposibilidad en la que se encuentra de decidir si así la vida vale o no la pena, y actuar en consecuencia. Como él mismo dice  el conocimiento de esta impotencia le produce una permanente desazón, quizás tanta como la que la provocada por  su propio estado físico. Si la ley cambiara, este sufrimiento sobreañadido no se daría. Quien sabe si no es precisamente este suplemento contingente de su mal el que le impide reconciliarse con la vida. Sí, me atrevo a avanzar esta hipótesis, obviamente no científica,  pero desde luego filosófica en el sentido de que su verosimilitud nos concierne a todos: una sociedad que facilitara la muerte en condiciones de  dignidad, facilitaría la reconciliación con la vida y en consecuencia con la sociedad; haría pues menos omnipresente y obsesiva la idea de escapar a la vida.

 

Capataces del infierno

El infierno de Tony Nicklinson reside quizás en la ley que le impide salir del infierno. Los   defensores de la ley quieren que no cese la "extrema angustia mental" de este hombre. Entre tales "hombres de voz dura" no cuentan los miembros de  su familia . Todos están de acuerdo en que Tony comparta con ellos su vida mientras, pese a su estado, le parezca que vivir es bueno.

Los capataces del infierno son otros. Lo hacen en nombre de la sociedad (en ella vives  y no tienes derecho a evitarla), del  amor de los suyos, o del amor de Dios, sobre todo quizás del amor de Dios: El Señor otorga ...el Señor retira . Alabado sea el Señor.  Pero se da el caso de que Tony no se siente en deuda con tal Señor,  simplemente porque nunca ha creído en el mismo.  Pero son los que sí creen los que (quizás precisamente en razón de su obediencia)...mandan. Mandan incluso por mediación de aquellos que pretenden no creer, pero que "respetan" los principios sociales de los creyentes, hasta el punto de hacerlos propios e imponerlos a los demás bajo modernos ropajes. Y así las sociedades laicas de Europa siguen tolerando miles de casos como el del lúcido y valiente Tony Nicklinson.    

 Se ha anatematizado mil veces  el régimen de los khemeres rojos (y en general  todas las formas de estalinismo) por el hecho de anteponer un ideario abstracto a los deseos de las personas que deberían encarnarlo. Mas también entre nosotros la ideología del pretendido bien   prima  sobre aquello que, sin ser lesivo para nadie , uno considera un bien propio, o al menos un mal menor. El ideario del carácter sagrado de la vida pesa como una losa sobre lo que de vida humana propiamente dicha le queda a Tony Nicklison, con cuya visión de la sociedad que constriñe su libertad, sólo difiero en un extremo importante:

Nicklison afirma sentirse discriminado en razón de que por su incapacidad física se le impide la libre y consciente elección de dejar la vida. Pues bien, también los que no sufren incapacidad física  están discriminados. Aun obviando los casos de confinación en cárceles, hospitales, manicomios etcétera  (hay centros de detención en el mundo dónde las paredes son acolchadas para que el torturado no pueda destrozarse contra ellas), el potencial suicida no tiene libre acceso a la forma de muerte voluntaria que despierta en menor medida sus fantasmas conscientes o semiconscientes de mutilación.

El ser de palabra imagina su muerte, y esa muerte, que precisamente por ser imaginada nada tiene que ver con lo absoluto de la misma (imaginar la muerte propia equivale a intentar ese imposible que sería ser testigo de la propia ausencia). Mas lo cierto es que este despliegue imaginario serena o suscita fobias,  y ello no siempre  de manera coincidente en los diferentes individuos. Para uno es insoportable la idea de estar esperando a que produzca su efecto la dosis de barbitúricos, mientras que para otro, lo insoportable es la imagen de quiebra del entero cuerpo al arrojarse a un precipicio. No hay quizás buena muerte pero hay muerte menos mala según los casos. El ciudadano deseoso de acabar, al que se le excluye de la medicación sedativa, puede sentir tremenda desazón sabiendo que quizás se vea abocado al primer tóxico a mano, lo que podría denominarse complejo de Madame Bovary.

La sociedad en que proliferan cárceles, manicomios, industrias contaminates y esclavizadoras de sus operarios, trabajo embrutecedor y temor al paro...la sociedad de la nueva y de la vieja miseria considera ilegítimo que alguien pueda con lucidez y hasta serenidad decir que se acabó. Los que, como a tantos otros, niegan a Tony Nicklinson  el principio de elección sobre su propia muerte, están posiblemente cegados por alguna de esas ideologías de la salvación que engrasan este edificio de la infamia y la mentira, son de alguna manera voluntarios capataces de una causa, pero en este caso el capataz carga en exceso la suerte, se gusta en esta su función de capataz del infierno.   

 

Postscriptum

Me había propuesto retomar la reflexión interrumpida hace unas semanas sobre cuestiones vinculadas  a lo que en otro tiempo se llamaba filosofía natural; cuestiones que aquí he reivindicado muchas veces como expresión de  un tipo de interrogación inherente a la condición humana y  que sería parte de la atmósfera espiritual de todo ciudadano, si simplemente las condiciones sociales no lo impidieran.

Tenía escrito ya incluso el primer texto, pero una bien comprensible reacción a la lectura de la crónica de Oppenheimer me obligó a postergar el asunto, esperando que no sea algo permanentemente diferido. De hecho ya planteaba, sin conciencia de ello, la alternativa cuando, en una de las columnas anteriores, por un lado decía que nadie debería renunciar a su capacidad de reflexión sobre el entorno natural y el propio ser del hombre, y por otro lado me refería a la praxis en contra de la alienación social como primer paso de la actitud filosófica. Efectivamente en misa y repicando, en la exigencia conceptual y la denuncia de la mentira que, fruto posiblemente de la cobardía, da lugar a la parodia de polis, que constituyen nuestras sociedades en las que la actitud filosófica es el enemigo, precisamente porque se mantienen precisamente en base a reprimir en cada uno de nosotros la irrenunciable aspiración a ser lúcidos. Exactamente la situación por la que el restaurado régimen democrático de Atenas era incompatible con Sócrates.

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2 de febrero de 2012
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Empezar en el propio terreno

No debe haber reparo alguno en mantener que la praxis filosófica equivale a lucha por mantener la salud del espíritu y denunciar como ilegítimo todo orden social que (condenando a los humanos a la alternancia entre  trabajo esclavo y  evasión embrutecedora) tiene como corolario la exclusión de tal salud, el repudio de la filosofía.

E indicaba en la columna anterior que corolario de tal convicción es la praxis social, el  combate político contra el actual estado de cosas.

¿Significa ello que en el interín el pensamiento se detiene, que el objetivo de alcanzar la inteligibilidad es diferido? En absoluto. La praxis empieza en el propio terreno, es decir en uno mismo, en la confrontación contra las fuerzas de la inercia y la costumbre que son siempre cómplices de la pasividad. La filosofía tiene un componente social y un componente personal, constituye una lucha contra la  sociedad  embrutecedora y una lucha contra la resistencia del propio yo a lo más arduo. Lo más arduo tiene muchas dimensiones. Aspectos que los grandes del pensamiento han considerado como inherentes al espíritu , como marca de la condición humana, aparecen sin embargo como cosa de élites. La simbolización matemática está entre ellos, la interrogación sobre el entorno natural (tan a menudo apoyada en la simbolización matemática) también.

Decir que la filosofía es cosa de todos implica entre otras cosas decir que las grandes cuestiones levantadas a partir de la ciencia natural de nuestra época nos conciernen de pleno. En estas cuestiones estaba, cuando hace unas semanas hice una incursión en temas directamente políticos. Volveré ahora  al asunto, intentando recordar a intervalos lo que está en juego e intentando evitar el recurso a cuantificación, pero sin sacrificar  la severidad de la cosa , la radicalidad conceptual.

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31 de enero de 2012
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La salud del espíritu

En los años en que yo era estudiante de filosofía en la Sorbona  se editó en edición de bolsillo un libro que contraponía un  texto  del anarquista Pierre Joseph Prudhon a otro de Carlos Marx. Frente a la Filosofía de la miseria del primero...Miseria de la filosofía del segundo. Tras el juego de palabras, una radical diferencia conceptual  sobre la esencia de la filosofía, su función social  y las condiciones de posibilidad de que la filosofía alcance legitimidad.

Yo era entonces de aquellos que simpatizaban más bien con la actitud de Marx. Era corriente oir e mi entorno que  las reflexiones de Proudhom eran utópicas y un tanto lacrimógenas, pero a mi me parecía sobre todo que  pecaban de una especie de reducionismo grosero, limitando la capacidad de razonar a la facultad de síntesis y análisis ("rien de plus", no hay nada más,explicita) y afirmando que "estudiar la leyes de la economía social es hacer  teoría de las leyes de la razón y crear la filosofía".

Lector de Aristóteles, tenía yo otro concepto de la exigencia filosófica, más cercana en todo caso a la asunción por el hombre de ese "problema total de la existencia", al que se refiere Marx en sus  Manuscritos del 44.

La sfease  miseria de la filosofía  de Marx me parecía apuntar sobre todo a la  actitud,  efectivamente indigente, de aquel que, pasivo ante un orden social generador de esclavitud, y en consecuencia esclavo él mismo, encuentra imaginario refugio en un pensamiento supuestamente independiente de  la vida social y material, pretendiendo como el estoico que en su esclava obediencia es rey.  No he cambiado en exceso respecto a esta dialéctica entre Prudhom y Marx. Y sin embargo...

Hay párrafos extraordinarios en el texto de Proudhom que pueden ser erigidos como armas frente a la concepción nihilista hoy imperante que considera natural,  y por consiguiente legítima,  la reducción de la inmensa mayoría de los  humanos a  animales cuyo destino es la lucha por la subsistencia. Así al denunciar una educación basada en el sistema social que escinde la inteligencia y la actividad práctica, convirtiendo al hombre sea en ser abstracto sea en máquina, propone una educación alternativa en la cual  "Todo el mundo conociendo la teoría sobre algo poseería por ello mismo la lengua filosófica. Podría  entonces, ya fuera una vez en su vida, crear, modificar, perfeccionar, mostrar capacidad de inteligencia y comprensión, producir su obra maestra, en una palabra, mostrarse como un ser humano"

Para los hombres y mujeres forjados en esta educación alternativa "La desigualdad en  las adquisiciones de la memoria no cambiaría nada respecto a la equivalencia de las facultades, y el genio se mostraría al fin como lo único que realmente es, a saber, la salud del espíritu".

Podría multiplicar las citas pero quiero retener la noble tesis que encierra el final de ambos párrafos: mostrarse como ser humano exige fertilizar la capacidad intelectiva y creativa, y tal restauración de la salud del espíritu ha de ocurrir al menos "una vez en la vida". Condición de ello es obviamente que las estructuras sociales que impiden la restauración en cada uno de su humanidad sean primero denunciadas y en segundo lugar efectivamente abolidas. Tanto como decir que  la praxis política es en sí misma  un gesto filosófico. Seguiré aun con este tema antes de retornar a problemas filosóficos relativos a nuestra representación del orden natural en los que  hace unas semanas estaba embarcado. 

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27 de enero de 2012
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Resistencia

 Un periodista catalán,  de agudísima pluma y excelente información, responsable en Madrid de su diario barcelonés, terminaba hace unos días su crónica evocando  "una acidez de estómago que podría acabar conduciendo a la Liga Norte de habla catalana". Creo que es la primera vez que ello es explicitado. Sombría perspectiva a la que desde Cataluña precisamente es urgente enfrentarse desde ahora, eventualmente acompañados de todos aquellos que, reivindicando la independencia de Cataluña, no quieren de ninguna manera una Cataluña que responda a tales actitudes. Recordaré al respecto algunos puntos esenciales:

 La creación de la "República de Padania independiente y soberana" es anunciada por Umberto Bossi en septiembre de 2011. Las regiones septentrionales recubiertas por el nombre de Padania no tenían lengua común que hubiera que defender frente a la primacía del Italiano, ni tampoco vínculo cultural e histórico que las singularizara en el seno de Italia.

De hecho nada de ello era necesario dado que desde el origen el programa se sustentaba simplemente en el rechazo. Rechazo al  vínculo entre el Norte y un Mezzogiorno al que Bossi se refería  ya entonces como intrínsecamente parasitario e indigente.  De ahí la actitud de distancia  frente a la causa padana manifestada en aquellos años  en nuestro país por los nacionalistas de Cataluña o el País Vasco, y no sólo por aquellos que,  con mayor o menor retórica, reivindicaban idearios de izquierda. No recuerdo que se diera entonces declaración favorable   de ningún  dirigente de Convergencia, de Unió o del PNV. ¿Por qué? Simplemente  porque en aquellos años la relación de fuerzas imperante en el mundo no permitía  todavía (aunque ya se había iniciado el camino) que la reivindicación de la libertad de pueblos y culturas se sustentara en el repudio impúdico de comunidades menos favorecidas por el modelo de civilización fabril y el desarrollo capitalista. Gigantescos pasos en la dirección peor se han dado desde entonces, y por ello la premonición del responsable del diario La Vanguardia en Madrid resulta profundamente  inquietante.

 Y como antes decía es obligación moral de todo ciudadano de Cataluña el oponerse a esa perspectiva...con mucha mayor razón si se trata de un partidario de la independencia de Cataluña. Un soberanista y alguien  que residiendo en Cataluña se sienta vinculado  a España, son simplemente dos personas que   difieren respecto al ideario político.  Mas para ambos, un partidario de importar a Cataluña las ideas canallescas de Bossi es alguien a quien  es imperativo moral combatir.

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24 de enero de 2012
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Pecado original

 "La acumulación originaria juega el mismo papel en la economía política que el pecado original en teología. Adán muerde la manzana y así el pecado cae sobre el género humano. Su origen se explica como si fuera una anécdota del pasado: Hace muchísimo tiempo había por un lado una élite trabajadora, inteligente y sobre todo ahorradora, y por otro lado unos gañanes bribones que gastaban todo lo que tenían y hasta lo que no tenían. Y de la misma manera que el pecado original teológico explicaría por qué el hombre fue condenado a ganarse el pan con el sudor de su frente, la historia del pecado original económico nos revelaría la razón de que a cierta gente no le quede sino trabajar".

Debo a Oriol Farrès, antiguo alumno y actualmente profesor en la universidad de Girona, el que me ponga sobre la pista de este párrafo de Marx (1) que  resonaba en mis oídos cuando el sábado 14 de enero (haciéndose eco  de las amenazas de las  agencias de calificación)  el señor Rajoy  reiteraba precisamente que "no podemos gastar lo que no tenemos".

Y una pequeña indicación sobre la tremenda frase final, por mi subrayada, relativa a los que (¡ precisamente por vagos!) han de trabajar sin límite.  Para el camarero,  el taxista, o el jornalero agrario de la Europa meridional que trabaja un mínimo de 12 horas (según la propia OCDE España es uno de los países dónde  la jornada laboral es más larga), la lectura de estas líneas les hará entender  las peyorativas palabras que les dirigen políticos de la UDC ( partido de la señora Merkel),  de la  Lega Norte  (partido de Umberto Bossi o de Unió Democràtica (partido del señor Durán Lleida) (2).Seguir a Marx en su descripción de  la indigencia que para  los hombres supone  la vida del capital, y adoptar  la actitud consecuente que se impone, constituiría el mayor antídoto para ese fantasma de que el mal reside en el otro, fantasma que  ha sustituido en Europa al de  la economía socializada  y al  que aquí me refería dos columnas atrás.

_______________________

(1)   Oriol Farrès realizó una magnífica exposición sobre el tema en un congreso de sociedades de filosofia de lengua catalana celebrado recientemente en Sueca, Valencia. Marx está discutiendo ciertas tesis relativas a la acumulación que sería anterior a la acumulación capitalista (previous accumulation en palabras de Adan Smih) e  intenta poner de relieve la irrelevancia de tal concepto (que según puntualiza Farrès, debería ser tildada  de apropiación o aun de expropiación que de acumulación. En el contexto de tal crítica aparece la mordaz referencia teológica.

(2)   Baste recordar alguna de las frases literales de este último: "En otros sitios de España, con lo que damos nosotros de aportación conjunta al Estado, reciben un PER para pasar una mañana o toda la jornada en el bar del pueblo".

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17 de enero de 2012
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Filosofía y resistencia

Remitiéndome  en este foro a la Recherche de  Marcel Proust he señalado en ocasiones la dificultad para hacerse una entera y definitiva idea sobre la caracterización moral de los protagonistas de la obra. Pues el tiempo, a la vez que da cuenta de los sentimientos destruye asimismo las convicciones. Y cuando no opera el tiempo lo hacen meramente las circunstancias. El último tiempo apuntaba a poner de relieve hasta qué punto las circunstancias sociales actuales han conducido al repudio de elementales exigencias de fraternidad entendida como reconocimiento de la plena humanidad del diferente.

Pero existen quizás principios morales que son universales antropológicos, y el principal de todos no puede ser otro que el tener como finalidad de acción lo que  Lucien Sève denomina la causa antropológica. En un reciente artículo de Le Monde Diplomatique el filósofo francés considera que el bien de la humanidad está  hoy radicalmente amenazado  y por ello la causa del hombre ha de ser el trasfondo de toda exigencia política y social. No se trata de decir que la especie humana esté amenazada de desaparición sino que está amenazado de no poder vivir en conformidad a lo que constituye su esencia. En ocasiones lo he dicho aquí con toda claridad: un orden social que condena a la alternancia entre trabajo esclavo y ocio embrutecedor niega al ser humano la posibilidad de desplegar sus potencialidades y es por tanto un orden social ilegítimo, siendo por el contrario legítimo combatirlo por todos los medios.

El proceso empieza siempre por lo más inmediato. Cualesquiera que sean las circunstancias, hay que esforzarse  en un grado mínimo a que se realice en uno la condición humana. El pensar señalaba Aristóteles es lo nuestro  y por eso vivir humanamente es luchar contra la inercia que aparta del pensar. Una vez más reitero la tesis de que  la filosofía  a todos concierne y en consecuencia reducir la práctica de la filosofía a cosa de élites es ya de alguna manera traicionarla. Tal convicción  seguirá animando  esta tribuna.

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12 de enero de 2012
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Derrota

En una crónica de Silvia Blanco desde Budapest , el  diario El País se hacía el pasado 31 de diciembre eco  de los desmanes protagonizados contra la población de etnia gitana  por  la formación Jobbik, que desde la extrema derecha hace la competencia al actual partido en el poder, el populista y también derechoso Fidesz. Al parecer una de las razones del ascenso de Jobbik sería haber logrado que una parte de la población haya interiorizado la idea de que hay que distinguir entre los húngaros y los gitanos. 

No cabe en recurrir a un expediente análogo al de ciertos septentrionales italianos  consistente en decir que  "italianos son ellos", reservándose para sí mismos el vaporoso término de padanos. También ese mismo día, El país daba cuenta de  un meeting de la Lega Norte en el que su jefe de filas Umberto Bossi provoca las carcajadas de la concurrencia refiriéndose  al presidente de la República Italiana Giorgio Napolitano con la expresión "no sabía que era un terrone".

El término tiene en la expresión coloquial una enorme carga peyorativa y se fraguó en la Italia septentrional  en los años sesenta para referirse a los meridionales que buscaban una oportunidad en el norte industrial y cuya tragedia describió  con tanta acuidad el  milanés y miembro del partido comunista Lichino Visconti en la conmovedora Rocco y sus hermanos.  El señor Bossi cree a los suyos mayormente adaptables a una  sociedad en la que valor equivale a propiedad, decoro equivale a impresión de buen balance y virtud a una ascesis en pos de la primera, mas la imprescindible astucia para producir efectivamente la segunda, y saca de ello las consecuencias.  La crónica de Lucia Maggi sobre la atmósfera de esta reunión de la Lega en Albino, pondría los pelos de punta si desgraciadamente el cúmulo de clichés relativos a las poblaciones meridionales de Italia, a los extranjeros residentes en la península y sobre todo a la población musulmana no fueran moneda corriente y no estuvieran de alguna manera trivializados. 

Hace un tiempo me refería aquí a una de mis alumnas de la universidad de Dijon  hija de republicanos españoles exilados, quien   estupefacta y herida me mostraba desoladores versos  de un poeta vasco, que acababa de encontrar en la biblioteca de la facultad de letras, en los años de la transición española.  El autor  creía  mostrar su compromiso con la causa de un pueblo vasco entonces no sólo ofendido en la exigencia de libertad  sino también   mutilado por la dictadura en el ejercicio de la lengua de la que recibe nombre. Pero lo hacía  (por cierto, no en ese Euskera que da sentido al término Eusko que reivindicaba)  jerarquizando  a sus habitantes frente a los españoles  en  un paradigma  del cúmulo de prejuicios y construcciones imaginarias de la realidad que  configuran en cada uno de nosotros el ego que confundimos con la personalidad:

"Los vascos combatimos. Los vascos golpeamos/ levantando la vida/ Los vascos somos serios. Serio es nuestro trabajo/ Seria es nuestra alegría. / Los vascos somos hombres de verdad, no chorlitos/que hacen sus monerías.   "Nosotros levantados contra los invasores/Godos, árabes, romanos que escupimos afuera, / Y contra esos mestizos de moros/ Y latinos llamados españoles" 1

La desolación de mi alumna se debía a que no se trataba de escritos de algún poetilla paupérrimo sino de alguien que por aquella época ya los  había repudiado, sustituyéndolos precisamente  por algunos de los que mayormente iban contribuyendo a hacer de la poesía (precisamente por ser exclusivamente poesía) el instrumento más eficaz en el combate por la restauración de  la dignidad humana. 

Pero en el tiempo en el que escribía esas líneas insoportables  el futuro poeta no era  sino   portavoz del sentimiento reinante en la burguesía vasca de la época, tan comprometida con el franquismo como despectiva con los hijos considerados  primitivos e indigentes de la España agraria,  que ese mismo franquismo forzaba a emigrar hacia el norte fabril, y cuya fuerza de trabajo era explotada por esa misma burguesía . Personas doblemente víctimas, pues  el régimen los utilizaba en Cataluña y Pais Vasco  para minar la lengua y cultura autóctonas y tal hecho servía de pretexto para justificar el repudio por parte de los autóctonos.

El asunto no era ciertamente exclusivo del País Vasco, y en la Cataluña de mi adolescencia se percibía con acuidad. Dado el espejismo de que el mayor desarrollo fabril  otorgaba pedigree  europeo,  y ante la evidencia de que el franquismo apartaba de Europa,   la única forma de no considerarse  a sí mismo como parte de ese régimen que  se había apropiado el nombre de España era repudiar toda identidad con esos españoles para los que se fraguaban epitetos como "coreanos" o  "xarnegos". 

Y sin embargo esta actitud  despectiva para comunidades enteras no estaba entonces generalizada.  En España precisamente se resistían a caer en ella las clases sociales que en las zonas fabriles se oponían efectivamente  al franquismo,  y  en Europa eran repudiadas por las organizaciones  obreras que luchaban por la mejora de sus condiciones de vida, la reducción del tiempo de trabajo en primer lugar. No eran adoptadas por el común de la población porque la relación de fuerzas imperante en el mundo, y concretamente en Europa,   no posibilitaba que lo fueran.

Eran tiempos en los que el poeta catalán Joan Oliver, conocido como Pere Quart, incluía en un canto resistente a su tierra y a su lengua (entonces efectivamente amenazada) las siguientes líneas:

 [...]Por ser catalanes y sentirnos tales/amamos y buscamos en el libre abrazo/el espíritu y el ejemplo/ de otros pueblos de razas y lenguas diversas/y el trato con todos y el contacto/en provecho de la tarea común y urgente/ de mudar el mundo y los hombres /en la paz solidaria/ y en lalengua fecunda  

[...]Perque som i ens sentim catalans/ estimem i cerquen en la lliure abraçada/l'esperit i l'exemple/d'altres pobles de races i llengües diverses/i el tracte de tots, i el contacte/ a profit de l'empresa comuna i urgent/de mudar el mon i els homes en la pau solidaria/ i en l'entesa fecunda.

Eran los mismos tiempos en que López Raimundo dirigente del PSUC, luchaba -¡con éxito!- para impedir que la causa de la dignidad lingúística y cultural de Cataluña pareciera contrapuesta a la causa universal de la dignidad de los trabajadores víctimas de esa circunstancia económica y social a la que también se refiere Pere Quart en otro momento de su poema. 2

Eran tiempos en los que (es un buen ejemplo) cualesquiera que fueran las motivaciones subjetivas todo miembro de la llamada izquierda abertzale se sentía obligado a referirse a la causa de Euskal- Herría aludiendo a la liberación social y enfatizando el hecho de que ambas luchas eran indisociables. Obviamente había en ello mucho de retórica pero que fuera imposible entonces  prescindir de la misma nos da idea de la enorme regresión que ha tenido lugar desde entonces:

Hace unos días, una conocida cronista barcelonesa (líder hace años de un partido soberanista) criticaba la proliferación por navidad del hilo musical "que martillea los oídos con un ruido infame que algunos san denominar música, u oímos los clásicos villancicos castellanos". ¿Se trata de una persona alérgica a la ternura navideña? En absoluto, simplemente  proclama su nostalgia de una época donde los villancicos  eran expresión genuina de Cataluña, precisando que la "sustitución lingüística" en esta materia de la lengua catalana por la castellana "no se produce sólo en la pérfida ciudad de Barcelona que ya se sabe que está muy contaminada" (sic).

Días después un exitoso escritor y cronista  del  mismo diario barcelonés, interrogándose con escepticismo sobre la posibilidad de que a Cataluña se le deje la posibilidad de auto-determinarse, formula  la pregunta en estos términos: "¿Alguien piensa que España-da igual el gobierno que tenga-renunciará a seguir ordeñando la teta catalana que tantos beneficios le da?" Es  importante la precisión de lo indiferente que para el caso es el gobierno que tengo España, intrínsecamente parasitaria como consecuencia del bien sabido carácter ocioso de sus habitantes, los del sur sobre todo, como se encargó de recordar en plena campaña electoral  Durán Lleida invitando a los catalanes a  "votar con la cabeza, el corazón y...la cartera" (resic), lucidez que  llevaría a los inmigrantes andaluces  en Catalunya  a repudiar a sus parientes que permanecieron en el  mundo agrario, anatematizados por el señor Durán Lleida en razón de  cobrar subsidios para pasar el día en la taberna.  El político catalán podría perfectamente (¡hoy!) hacer suyos estas otras líneas del poeta vasco al que antes me refería:

 ¡Que en el Sur los tartesos/ se tumben panza arriba/creyéndose de vuelta de todo, acariciando /una melancolía!/ Nosotros somos otros, nosotros poseemos/ ferozmente la vida/ Nuestros cantos terrenos son cantos de trabajo, /victoria y alegría/ Cantándome a mi mismo, canto a mi viejo pueblo/ y el rayo me ilumina"

Las evocaciones y citas serían incontables. Simplemente se ha abierto la veda. Lejos quedan los tiempos en los que la concepción que se tenía de Cataluña y de la actitud ante los que en ella buscan trabajo era la reflejada en los citados versos de Joan Oliver.

Hemos perdido la batalla, y no es difícil barruntar las causas. En ausencia de un objetivo de emancipación que a todos concierne, la culpa de la miseria en acto ha de ser necesariamente imputable al otro. Cuando no se habla de los escandalosos desequilibrios de clase (sí, de clase) en el seno de una sociedad se enfatiza el peso de los desequilibrios entre balanzas fiscales. La cantinela es monótona y universal: "padanos" contra meridionales, Flamencos contra Wallones, Europa sobria trabajadora contra sur despilfarrador y  holgazán. Los PIGS se multiplican en el seno de  cada país y hasta de cada región. Todo el mundo tiene su sur, reencarnación de esos tartesos que "se tumban panza arriba". La reacción es en ocasiones brutal. La simple percepción del acento catalán molesta en algún lugar de esa España que retóricamente se ha denominado plural. En la Francia víctima de los desequilibrios que impone la delirante tiranía del capital especulativo, vuelven a oírse  peyorativas expresiones genéricas contra los alemanes, y pronto se restaurará quizás la expresión espingouins  con la que se denominaba despectivamente a los españoles que emigraban  en masa al país vecino en los años sesenta.  La idea de fraternidad en la asunción de la condición esencialmente trágica de todos los humanos  se hace  figura del pasado a la par que inevitablemente  los gestores del resentimiento proliferan.  Simplemente... ¡qué derrota  y que tristeza!   

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1 Las líneas ofensivas hasta la provocación sobreabundaban   "Chabacano Madrid, gusanera española /Yo eusko-íbero te escupo.../En  nombre de la vida, libre, abierta activa,/ La vida del íbero, la vida de los vascos,/ La vida de verdad [...]Una es la verdad de Iberia; vario el Carnaval de España/Los disfraces, los pingajos, la Dignidad con piojos..." Una pregunta que nunca obtuvo respuesta es la razón por la que la fuerza indiscutiblemente  de izquierdas en la que solo unos años después el escritor se integró decidió ocultar tales textos en lugar de exigirle explicaciones. 

2   Un poble que acull, fraternal/centenar de milers d'homenets/de les pàtries veïnes/fugitius a tot risque d'unes terres eixorques/que els Altissims/abandonen a llur doble destí/d'enormes ermots i vedats senyorials.

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10 de enero de 2012
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El Boomeran(g)
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