Skip to main content
Escrito por

Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

Blogs de autor

Cuadros de honor y deshonor

No hay política sin estadísticas. Un país sin estadísticas es un país sin gobierno y sin política. No hay política económica y monetaria sin buenas estadísticas; y cuando son malas, como lo han sido las de la economía griega hasta enero pasado, ya se ve el pantano en que se mete la política económica y monetaria, e incluso la propia moneda.

En la abundancia de estadísticas, cada vez más mundializadas, asoma el ansia por gobernar el planeta. Tenemos buenas y abundantes de la economía de todos los países y continentes, que alcanzan las economías informales o grises e incluso las negras y directamente delincuentes del terrorismo, el narcotráfico y las mafias. Pero el afán del señor Mundo por conocerse a sí mismo nos lleva a registrar minuciosamente las cuentas en muchos otros campos de la actividad humana, algunos altamente significativos, en forma de clasificaciones, rankings y barómetros de toda especie. Llevamos anualmente las cuentas tenebrosas de las ejecuciones judiciales, en las que, por cierto, el país que va en cabeza desde hace muchos años, China, con números de cuatro cifras, se niega a proporcionar los datos o a facilitar su recolección por parte de organismos o instituciones internacionales. Llevamos también cuentas de los periodistas asesinados y muertos en misión profesional, encabezada por Pakistán (9), México (8) e Irak (6), aunque en un periodo más largo, los últimos siete años, este país ha sido el mayor moridero del oficio desde la Segunda Guerra Mundial (230). Tenemos cuentas y clasificaciones para todo, de lo bueno y de lo malo: los países que más limitan la libertad de expresión, los más corruptos, las mejores universidades, los que tienen más millonarios y los que tienen más pobres, de las enfermedades y de las patentes, de los kilómetros de carreteras y de los divorcios matrimoniales. Esta semana nos llegan los resultados de dos exámenes, el de la educación que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el de la corrupción que ha fabricado la ONG Transparencia Internacional, con una inquietante coincidencia: el continente asiático, ahora epicentro del poder mundial, se lleva la palma en ambos capítulos, el del honor y el del deshonor. En cuanto a excelencia educativa, los jóvenes estudiantes de la región de Shanghái han demostrado que son los mejores del mundo en lectura, matemáticas y ciencias; mientras que Afganistán es el país que se sitúa en lo más alto de la corrupción, con India y China a la zaga en el cuarto y quinto puestos. En la mediocre Europa, en cambio, poco mejora la educación y algo empeora la corrupción, sobre todo debido a la crisis, especialmente focalizada en los partidos políticos. Las cifras no mienten: los europeos no estamos de moda ni para lo bueno ni para lo malo.

Leer más
profile avatar
12 de diciembre de 2010
Blogs de autor

Celos soberanos

No saben todavía las autoridades chinas que los premios no los conceden los jurados sino que son los premiados quienes hacen honor a quienes los otorgan. O, en ciertas ocasiones, son los propios enemigos de los premiados quienes más contribuyen a dar lustre al galardón, primero con sus esfuerzos para evitar su concesión y luego boicoteando su entrega. Si estuvieran al corriente, las autoridades de Pekín no se habrían dedicado a organizar una campaña contra la concesión del Premio Nobel de la Paz al disidente encarcelado Liu Xiaobo, en la que hay más exhibiciones de debilidades y angustias que demostración de fuerza y poderío. Tampoco habrían gastado luego todos sus esfuerzos diplomáticos para reventar, sin éxito, el acto de entrega que se celebra mañana en Oslo.

El resultado de sus gestiones para boicotear la ceremonia levanta un interesante mapa geopolítico del mundo, en el que se pueden colorear los países políticamente incondicionales de China, los países con lazos económicos más fuertes que cualquier ideología, y los países directamente subordinados y dependientes. Eso sin contar a quienes complacen a Pekín meramente por la cuenta que les trae, puesto que tienen ellos mismos sus propios disidentes a los que no quisieran ver premiados un día. No está mal en todo caso la cantidad de información sobre el nuevo estado del planeta que nos da conocer este mapa de quienes han rechazado la invitación para la ceremonia. Nos enteramos, por ejemplo, que Colombia, Marruecos, Irak o Arabia Saudí, todos ellos aliados occidentales, son países obsequiosos y agradecidos con el régimen chino. China es un país merecedor de muchos premios Nobel. Ha recibido unos pocos, pero por la puerta de atrás y con gran disgusto de sus autoridades. Este fue el caso del Dalai Lama (Paz en 1989) y del poeta y artista Gao Xingjiang (Literatura en 2000), el primero reconocido como tibetano y el segundo como ciudadano francés. El de Física ha recaído en cuatro ocasiones en científicos chinos pero todos ellos con nacionalidad norteamericana o británica. China no tiene galardonados en las otras disciplinas, como Economía, Medicina y Química, como correspondería a la superpotencia en que se ha convertido. Pero el tiempo resolverá esta cuestión. Mientras tanto, es evidente que las autoridades chinas tienen alguna dificultad a la hora de relacionarse con las instituciones occidentales, tal como demuestra su agarrotamiento con el Nobel para Liu. Su problema es de unos celos soberanos, que conducen al actual régimen chino a rechazar todo análisis crítico y cualquier juicio exterior. Las opiniones o actitudes públicas que pongan en duda su autoridad se convierten inmediatamente en una agresión a la soberanía nacional. Pero la extrema irritabilidad que produce el Nobel a Liu se debe a un factor crucial en la historia reciente, como es la memoria reprimida de los sucesos de Tiananmen de 1989. Liu no es un disidente cualquiera. Además de autor de la Carta 08, manifiesto por la democracia que ya han firmado más de 12.000 ciudadanos, el nuevo Nobel de la Paz es un veterano de la protesta de Tiananmen, que sufrió cárcel por aquellos acontecimientos en los que jugó un papel conciliador y pacificador. Sobre el olvido y la censura de Tiananmen se fraguó una especie de pacto implícito entre las élites chinas y las clases medias en ascenso por el que las primeras conservaban el monopolio del poder comunista y las segundas recibían a cambio los beneficios de la prosperidad capitalista. Este pacto fundamenta un nuevo modelo de desarrollo, inventado de hecho en Singapur, que ha fraguado en la nueva superpotencia China y está encontrando imitadores en todo el mundo, tal como cuenta el periodista británico John Kampfner en su libro 'Libertad en venta. Cómo hacemos dinero y perdemos nuestra libertad'. Premiar a Liu es premiar a los resistentes de Tiananmen que no han tirado la toalla y a quienes no han aceptado la entrega de la libertad a cambio de la prosperidad. Es un insulto a la inteligencia y a la dignidad de los ciudadanos presentar, como hacen las autoridades chinas y algunos amigos occidentales, las libertades políticas y la democracia como obstáculos para sacar de la pobreza a los cientos de millones de chinos que todavía tienen rentas muy bajas y condiciones de vida precarias. Los maravillosos resultados cosechados por el sistema educativo de la región de Shanghái en el informe PISA, en cabeza del mundo en todos los capítulos del aprendizaje (lectura, matemáticas y ciencias), no deben leerse como un éxito del modelo chino de desarrollo sin libertad sino al contrario, como una demostración de la madurez educativa y cultural de China para acceder a los beneficios del pluralismo y de las libertades. Detrás de los celos soberanos hay una miopía imperial, propia de la Ciudad Prohibida y no de la gran superpotencia emergente del siglo XXI.

Leer más
profile avatar
9 de diciembre de 2010
Blogs de autor

El desafío y la cacería

Hay que cortar sus fuentes de financiación. Bloquear sus cuentas corrientes. Impedir el acceso a su página de Internet. Detenerlo y encarcelarlo, buscar cualquier pretexto para quitarle la libertad y dejarle fuera de circulación cuanto más tiempo mejor. Es preciso si se tercia liquidarlo como ciudadano activo para escarmiento de cuantos hayan pensado en seguir su ejemplo y como mínimo dejarlo encerrado en una mazmorra de por vida o acaso atender incluso los llamamientos de algunos a quitársela. Hay que cazarlo y mostrarlo encadenado al mundo para asustar a quienes le secundan y ayudan. Y si se tercia pillar también a alguno de quienes le han ayudado y catapultado a la fama universal y a las portadas de los periódicos.

Así piensan quienes están azuzando a los perros. Esto es una auténtica cacería, de la que solo conocemos las estampas más visibles, los destellos de los dientes brillantes de los canes o el color de la sangre de la víctima. Pero hay ejércitos enteros de agentes secretos, militares, abogados, mercenarios, comunicadores, informáticos y propagandistas dedicados a librar esta batalla, en la que se diría que se juega el poder y el destino del mundo. Llevan más de una semana moviendo sus resortes, lanzando sus sabuesos, recogiendo las trampas que sembraron meses antes de que el desafío de este hombre a abatir se elevara a órdago a la mayor, al imperio por él desafiado y burlado. Si alguien estaba esperando la llegada de las nuevas guerras, misteriosas contiendas digitales y mediáticas, sólo aparentemente incruentas, habrá que observar con detenimiento esta cacería no fuera caso que ya estuviéramos metidos todos en ellas sin saberlo, jugando un papel importante en el combate sin conocer los partidos que se enfrentan, por qué lo hacen, hasta dónde quieren llegar, quienes nos está dando órdenes y empujando a la lucha y cuáles son las reglas de enfrentamiento. Sabemos pocas cosas, pero una de las que sabemos es que este enfrentamiento desigual entre la primera superpotencia y un individuo que se presenta como un héroe misterioso, solitario y mitómano, corresponde a un nuevo reparto de cartas en la mesa del poder mundial. Y en esta timba del poder que estamos estrenando, Estados Unidos sigue siendo el jugador más poderoso, pero ya no es el único capaz de llevarse todas las apuestas, sino que de vez en cuando le desafía y le vence alguna de los nuevos poderes emergentes. Los jugadores no son los de siempre. Hay unos nuevos que llegan con los reflejos de los viejos. Son esos países emergentes, celosos de su soberanía y preparados para desafiar discretamente a los más instalados, pero también habituados a las antiguas reglas de juego. Pero los que mayor desazón producen en la mesa son esos jugadores no estatales, excéntricos, nuevos en todo, incluida su informalidad y su identidad imprecisa, así como las reglas de juego que improvisan y cambian al albur de los tiempos y sobre todo de la tecnología. En esta cacería el objetivo es acabar con uno de estos jugadores, que ha pretendido poner contra las cuerdas al imperio, emitiendo así un mensaje de desafío que no puede quedar sin respuesta. Si gana la mano el héroe de la transparencia y de la libre circulación de información en el mundo, cundirá todavía más el ejemplo y quedará debilitada la superpotencia hasta un extremo inadmisible. Con la globalización y la tecnología de su lado, será entonces verdad la transformación de las relaciones internacionales que su fundador predica. Pero si pierde, quedarán de nuevo cerradas puertas y ventanas, al menos por un tiempo, y demostrado quién manda en el mundo, en un intento de desmentido práctico de las teorías sobre la decadencia imperial.

Leer más
profile avatar
8 de diciembre de 2010
Blogs de autor

Diplomáticos excelentes

Los periodistas nos sentamos con harta frecuencia a charlar con diplomáticos. La megafiltración de Wikileaks nos obliga a pararnos un momento y a pensar un poco sobre la información que manejamos y lo que les habremos contado a los diplomáticos a lo largo de nuestras vidas profesionales. Los mejores de este oficio se alimentan directamente de una buena lectura de los periódicos, pero es evidente que las personas bien informadas prefieren hacer ellas mismas su indagación. De ahí el afán del embajador o del primer consejero de tal o cual embajada por sentar en sus mesas a los más destacados columnistas y tertulianos.

Los diplomáticos no hacen nada que no hagamos nosotros mismos, los periodistas. Acudir al zoco donde se trafica con buena información es la tarea primera y elemental para cualquier periodista. Esto se hace teléfono en mano, acudiendo a reuniones y encuentros privados e intercambiando informaciones entre nosotros mismos y entre nosotros y los políticos o los diplomáticos. La promiscuidad informativa es imprescindible, pero requiere precauciones, naturalmente. Todavía no ha salido ningún periodista mal parado de los 250.000 cables, como ha sucedido con jueces, fiscales y políticos. Pero no puede excluirse que no suceda. Un buen diplomático debe hacer valer la excelencia de su información, en realidad, la mejor información de que pueda disponer para su Gobierno. Cuanta más y mejor información, mayor es el poder de quien la posee o de quien la transmite como cosa propia. Eso es lo que demuestran los cables de Wikileaks. No hay duda de que los diplomáticos estadounidenses son lo mejor que hay en el mundo en este oficio. Lo mismo sucede con los periodistas. Y no es extraño, porque las virtudes que se exigen a unos y a otros a la hora de realizar estas tareas son exactamente las mismas. La única diferencia es que uno trabaja pensando en un público extenso, lo más amplio posible, mientras que los otros lo hacen pensando exclusivamente en el público restringido al que se dirigen y especialmente a la secretaria de Estado y al presidente. Los primeros para sacar valor de la información dándola a conocer, y los segundos manteniéndola secreta o al menos reservada a unos pocos ojos privilegiados. El mejor diplomático debe tener la mejor información. Probablemente no basta y deberá tener más cosas, pero esta es esencial. Supongo que el objetivo mayor para un buen diplomático es hacerse leer en el despacho Oval e incluso conseguir que el despacho en cuestión se convierta en un modelo. Así sucedió con el llamado ?telegrama largo?, escrito por George Kennan desde la embajada de Moscú y publicado en una versión adaptada en la revista Foreign Affairs bajo la firma de Míster X: orientó la entera Guerra Fría. Algo similar, aunque menos trascendente, está sucediendo ya con el documento escrito por William Burns, ex embajador en Rusia de 2005 a 2008, ahora subsecretario de Estado de Asuntos Políticos y el diplomático de mayor rango de Estados Unidos, que trata sobre una boda mafiosa en Dagestán. Es el mejor despacho y ya el más famoso de todos los 250.000; está clasificado por su tema como ?una boda en el Caucaso?, digno título para un relato corto; y ha salido de la mano del mejor diplomático. Todo un acto de justicia y un homenaje a la excelencia. De toda la filtración los únicos que salen bien librados, finalmente, son los diplomáticos norteamericanos. (Enlace con ?Una boda en el Caúcaso? en Wikileaks: http://wikileaks.ch/cable/2006/08/06MOSCOW9533.html)

Leer más
profile avatar
7 de diciembre de 2010
Blogs de autor

Victorias y derrotas

Las noches electorales contemplan una curiosa y previsible migración, que se explica por la atracción de los insectos por la luz. La victoria es luminosa, y por eso se acumulan los recién llegados que se abren paso a codazos para acercarse al aura del vencedor. La derrota es oscura y solitaria, y a muy pocos atrae: un puñado de fotógrafos y periodistas que levantan acta del hundimiento y otro puñado de dirigentes que se sienten solidarios y también responsables junto a su monarca destronado; nadie más acude a prestar su calor.

Las estampas de la noche electoral son lecciones excelentes sobre la vida política. Sirven para orientarse en el futuro y comprender el pasado. De la victoria rotunda sólo hay un consejo que cabe deducir para el ganador: cala pronto a los aduladores y guárdate muy bien de ellos, porque llevan en sus puños cerrados la semilla de las futuras derrotas. Piensa que besan la mano que no pueden morder. Bonaparte, que algo sabía de todo esto, consideraba que los mejores aduladores son también quienes mejor calumnian. Ahora ya es tarde, pero mejor les habrían ido las cosas a los derrotados de caer a tiempo en ello. Uno les ve tan entusiasmados en la plaza, desbordantes de emoción y de vítores, entre el tintineo de copas de la celebración; o en la otra punta de la ciudad, tan circunspectos y serios, noqueados por la derrota. Todos ellos, vencedores y derrotados, envueltos cada uno en sus correspondientes siglas, banderas e ideologías, y también enfrentados juntos a sus respectivos destinos políticos. Y entonces, sin embargo, es el momento en que tanta cohesión en los éxitos y en los fracasos induce a la sospecha y conduce a evocar aquella excelente clasificación de autoría imprecisa (¿Winston Churchill?, ¿Giulio Andreotti?, ¿Pío Cabanillas?) pero de gradación bien clara, sobre la intensidad de la enemistad en política: adversarios, enemigos y compañeros de partido. Lo peor que le puede suceder a quien le corresponde la máxima responsabilidad es que no sea él quien gobierne sino los compañeros de partido. También es malo tener el enemigo en casa, como sucede con frecuencia en los gobiernos de coalición. Y siempre deberá rezar, en cualquiera de los casos, para tener la fortuna de que le rodeen unos buenos y leales adversarios, que competirán por el poder cuando corresponda pero atenderán a su autoridad cuando quien preside sabe ganársela y ejercerla. Para hacerse con una buena compañía hay que merecerla. Y la primera regla de oro es ser uno mismo y asumir uno solo la responsabilidad que a uno solo le corresponde. Pero la segunda y quizás tan importante es rodearse de verdad de los mejores, que siempre será gente mejor preparada que uno mismo, y por tanto temibles adversarios si acaso se presenta la oportunidad. La tercera regla dorada, por supuesto, es saber utilizar el estímulo de estos adversarios potenciales para conseguir ser siempre mejor que todos ellos, manteniendo así la autoridad y el poder fuera de su alcance.

Leer más
profile avatar
6 de diciembre de 2010
Blogs de autor

Cumbres desastrosas

Hugo Chávez no merece pasar a la historia por sus gestas, pero sí por una frase: ?Andamos saltando de cumbre en cumbre, pero tristemente la gran mayoría de nuestros pueblos andan gimiendo de abismo en abismo?. La pronunció hace diez años en Nueva York, en Naciones Unidas, uno de sus escenarios favoritos, donde ha tenido actuaciones tan sonadas como la de 2006, cuando habló después de Bush y soltó su célebre ?aquí huele a azufre?.

El presidente bolivariano descalificó las cumbres durante una cumbre, la del Milenio, que reunió en septiembre de 2000 a jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo para hacer lo que todo el mundo sabe: fijar unos objetivos que jamás se cumplen. Los del Milenio eran ocho a quince años vista y no es ahora el momento de evaluar hasta dónde hemos llegado en cada uno de ellos para no desviar el hilo orográfico de esta columna; pero basta con recordar el estado de ruina en que se encuentran las negociaciones sobre reducción de emisiones a la atmósfera, que afectan directamente al séptimo de los objetivos, el que pretendía contar con un medio ambiente sostenible para 2015. Lo que sucede con las cumbres de Naciones Unidas sucede con casi todas las cumbres. Si alguien quiere obtener buenas fotos de grupo y a la vez garantizar un fracaso sonoro, no tiene más que convocar una de esas reuniones multitudinarias en las que los mandatarios se dan abrazos, pronuncian frases incomprensibles en inglés de Assimil y no paran de enseñarnos la enorme cantidad de dientes que acumulan entre todos. Al ritmo de éxitos que lleva la gobernanza mundial, pronto los ciudadanos buscaremos refugios antiaéreos como los que tuvieron que utilizar nuestros padres o abuelos cada vez que nos anuncien la próxima celebración de una cumbre. La casuística de las cumbres desastrosas es infinita, pero cabe clasificarlas en tres apartados para ordenar un poco la cabeza del estudioso. En primer lugar, las más desastrosas, que son las europeas, pioneras en el negocio porque son las únicas obligadas sin remisión a obtener conclusiones, sean buenas o malas: si no lo hacen, al lunes siguiente se caen las Bolsas, las deudas y el euro. En segundo lugar, el grueso de las cumbres, inanes en su mayoría, sobre todo las latinoamericanas, que solo ocupan las primeras páginas cuando alguien tropieza o pronuncia una frase afortunada: ?¿Por qué no te callas??, por ejemplo, dirigida precisamente a Chávez. En tercer y último lugar, pero no el menos importante, las mejores de todas las cumbres: las que se suspenden, como ha ocurrido con la cumbre euromediterránea de Barcelona, que debió reunirse primero el 7 de junio y luego el 21 de noviembre. Se aplazó en ambas ocasiones para evitar un fracaso, y esto ya ha sido todo un éxito a la vista de cómo va el mundo.

Leer más
profile avatar
5 de diciembre de 2010
Blogs de autor

Gran Hermano se resquebraja

¡Vaya pedrada le ha dado en la frente el pequeño David que es Wikileaks al Gran Hermano que todo lo sabe y controla! Se entiende que el Gobierno de Estados Unidos intente minimizar los daños. También que le sigan otros Gobiernos amigos, así como alguno de los medios que no han podido acceder al torrente documental aportado por la organización de Julian Assange. Pero cuantas más noticias vayan surgiendo de esta mina de información más difícil será ocultar el interés público de sus contenidos, así como el parte de abolladuras y averías que produce la revelación de unos secretos celosamente guardados.

De entrada, hay que señalar que la diplomacia norteamericana sale dañada de este envite, tal como explicaba ayer Robert Baer, un ex agente de la CIA, en las páginas del Financial Times. Baer centra su evaluación de desperfectos en los canales de comunicación especiales que muchos jefes de Estado, sobre todo de países árabes, establecen con el presidente de EE UU, normalmente una persona de confianza del mandatario extranjero. Assange ha pulsado el botón reset y ahora Washington tendrá que empezar desde cero en este capítulo. Quien más sabe de estos asuntos en nuestro país, que es Javier Solana, ya ha indicado que esta filtración obligará a los diplomáticos a cambiar de métodos y hábitos de trabajo, algo que afecta también a numerosos ciudadanos, empresarios, periodistas, jueces o políticos, que deberán aprender una nueva cultura de la cautela en sus contactos con diplomáticos de todos los países. En la observación de Solana hay una crítica implícita a usos que no corresponden a la época en que vivimos. No se trata solo de una mala utilización de las comunicaciones y de un pésimo blindaje por parte de una superpotencia que imparte lecciones sobre las ciberguerras del futuro; sino del estilo periclitado e impropio del nuevo mundo globalizado y multipolar con que todavía se mueven algunos diplomáticos. De momento, la publicación simultánea de las primeras noticias surgidas del archivo de Wikileaks ha forzado a todo el Departamento de Estado a movilizar todos sus recursos para amortiguar el impacto y prepararse para las revelaciones sucesivas. Este es el cuarto cañonazo dirigido hacia EE UU, en un bombardeo que va aumentando en intensidad: el primero fue el vídeo Asesinatos colaterales, con voz e imágenes del ametrallamiento en Irak de un grupo de civiles desde un helicóptero militar estadounidense; el segundo y el tercero fueron 90.000 y 400.000 documentos de las guerras de Afganistán e Irak, respectivamente. Advertidos con varios días de antelación de la envergadura del cuarto disparo, las embajadas y consulados en todo el mundo realizaron una acción de amortiguación preventiva mediante contactos a todos los niveles con los amigos y socios afectados por las revelaciones. Una vez se abrió la espita por donde fluyen las noticias se han producido simultáneamente dos reacciones contradictorias: una minimizadora y otra amenazadora. Pero la reacción más importante, que será discreta e incluso desconocida por el gran público, será la reparación del vehículo diplomático dañado. Hay todavía una avería política mayor de reparación más difícil, y es la que afecta al desplazamiento del poder en el mundo, así como al futuro de la superpotencia americana. El caudal de credibilidad y de prestigio internacionales que EE UU había recuperado gracias a Obama y que formaba parte del capital político más apreciado de esta presidencia, está escapando a ojos vista por la vía de agua abierta por Wikileaks. Vuelven los peores estereotipos, cultivados durante la guerra fría y recrudecidos con la presidencia de Bush, a través de esta brecha informativa que nos ilustra sobre la mentalidad, las formas de presión e incluso las sonrojantes expresiones de arrogancia de algunos diplomáticos norteamericanos, así como la deferente actitud de sus contrapartes de los distintos países, españoles incluidos. El Gran Hermano, en crecimiento constante en EE UU y Europa, tiene una versión mucho peor y más fiel al modelo totalitario de la guerra fría que inspiró a George Orwell, el creador del personaje literario. Está en países como China, donde el hipercontrol cibernético y audiovisual del ciudadano se suma a los controles policial y militar tradicionales en una dictadura clásica. Que la grieta no alcance todavía a esta versión aún más tenebrosa y totalitaria no es argumento para descalificar las revelaciones sobre EE UU ni significa que no deban llegar hasta China algún día. La tecnología y la globalización pondrán también de su parte, esperemos que pronto. También lo harán, sin duda, los nuevos poderes o contrapoderes emergentes no estatales, surgidos de la sociedad civil global y tecnológica, de los que Wikileaks es solo el primer y más espectacular ejemplar.

Leer más
profile avatar
2 de diciembre de 2010
Blogs de autor

La reconstrucción de Dios

Aquel ser que está en todas partes, e incluso nos escucha y nos ve permanentemente, hasta escrutar nuestros deseos y nuestros pensamientos, está regresando al mundo real después de un largo eclipse. El impulso que le exilió de nuestras vidas, las ciencias positivas, es el mismo que ahora está convirtiendo su reconstrucción en una utopía que empieza a adquirir visos de realidad. Tras la Muerte de Dios, fruto de la Ilustración, llega la reconstrucción de dios, pero de la mano del hombre, en forma de Gran Hermano global.

Las videocámaras que proliferan como los virus, las intercepciones telefónicas, el control informático y la fragilidad de los mensajes y documentos que utilizan empresas, instituciones e individuos nos sitúan de nuevo en la posición del niño asustado ante la divinidad omnisciente, predispuesto a investirse con el complejo de culpa para toda la vida. Todo lo que hagas y digas podrá ser revelado y tenido en cuenta en tu contra en algún momento. Afortunadamente no hay todavía tecnología que permita un acceso directo a los cerebros ajenos y permita penetrar también en pensamientos y deseos de quienes prefieren reservárselos para ellos mismos. Pero hay que tener en cuenta que son muchos, millones, los que los vuelcan sin rebozo, junto a sus imágenes privadas e íntimas, en las redes sociales (facebook, twitter?), sin tener en cuenta que alguien, algún día, los convertirá en la lista de sus pecados. Esto afecta especialmente a algunos oficios: diplomáticos, políticos, militares, funcionarios, periodistas también. Es obligada en todas estas profesiones una nueva cultura de la discreción, para evitar que nos triture este ser omnisciente que estamos creando y que escapa a nuestro dominio. Quienes le rendimos culto como el dios liberal de la transparencia no debemos olvidar en ningún momento que también puede convertirse en el Gran Hermano, el dios totalitario del control permanente sobre los ciudadanos. Pero, sobre todo, no debemos confundir a este dios que cada vez sabe más sobre todos nosotros con las grietas por las que se filtran las informaciones que guarda. El escándalo no son las filtraciones de Wikileaks, sino que todo lo que digamos o escribamos pueda ser comunicado, repertoriado, guardado y, claro está, finalmente filtrado y publicado.

Leer más
profile avatar
1 de diciembre de 2010
Blogs de autor

Dientes largos

Que la nueva filtración de Wikileaks tiene relevancia y valor político e histórico es algo que está fuera de toda duda. Lo que no sabemos todavía y habrá que ir calibrando, sobre todo con la ayuda de historiadores y diplomáticos, es el tamaño, la envergadura y medida de la revelación, es decir, hasta dónde llegan su relevancia y su valor para las relaciones internacionales: si se trata realmente de un momento crucial en la historia del universo como Wikileaks asegura en sus mensajes, si es una formidable acumulación de ?gossip? de altura sobre los principales actores de la política internacional o si incluso queremos interpretarla con Hillary Clinton como un ataque a la comunidad internacional.

Lo que en cambio no ofrece duda alguna es su valor periodístico. Habrá quien prefiera acogerse a sus prejuicios o intereses y también quien quiera fingir o disimular, pero cualquiera que se reconozca a sí mismo como periodista desearía acceder en exclusiva a esta mina documental como lo ha podido hacer EL PAIS. Puedo asegurar, además, y de primera mano, que bucear en estos papeles es uno de los ejercicios más fascinantes y atractivos para quien sienta este oficio, equivalente a dejar a un goloso solo en una pastelería. Si leen alguna observación crítica sobre la publicación de estas historias salidas de Wikileaks deben saber únicamente que son periodistas con los dientes largos, razonable y justificadamente envidiosos: como la zorra de la fábula, cuando no alcanzan las uvas dicen que son verdes. Desde aquí leemos estas críticas como si fueran mensajes de enhorabuena.

Leer más
profile avatar
30 de noviembre de 2010
Blogs de autor

Citas con la historia

Uno tras otro, unos han bajado y otros han ido subiendo todos los peldaños. No había espacio para la sorpresa. Como si siguieran una hoja de ruta. Los pasos estaban trazados. Inexorablemente. Siguiendo una ley gravitatoria que eleva a unos y hunde a los otros. La lista es larga. Cada una de las causas era suficiente para explicar una derrota, sobre todo cuando se venía de unos márgenes de votos y de diputados estrechos, como ha sido el caso en la última década. Veamos: la dureza de la crisis económica, el vendaval sobre el euro, el retroceso generalizado de la socialdemocracia en toda Europa, la devastadora sentencia del Estatuto, un balance del Gobierno de coalición indefendible incluso para quienes lo han organizado y una campaña sin pulso e ideológicamente errónea. La actuación simultánea de todos estos elementos ha conducido al hundimiento de la izquierda catalana en su conjunto y particularmente del PSC, su componente mayoritaria, en porcentaje y en votos.

Llegamos así a la causa de las causas. Los políticos, sus partidos, como todos nosotros, somos hojas caídas movidas por el viento. Ha empezado un cambio, que no será únicamente en la mayoría del Gobierno y en la presidencia de la Generalitat. Estos resultados electorales son de cambio de época. El centro del mapa parlamentario queda ocupado por CiU, de nuevo una especie de partido país, que ahora duplica o casi a los socialistas en votos, porcentaje y escaños en todas las circunscripciones. El PSC, que hasta ayer era uno de los dos grandes en un sistema de bipartidismo mitigado, se convierte en el más grande de los medianos. Su comportamiento está en sintonía con los resultados que ha cosechado la socialdemocracia en la mayor parte de los comicios europeos recientes. Acompañado de una nueva polarización entre nacionalismos catalán y español. Y de una fragmentación del espacio político, impulsado por pulsiones populistas: el número de formaciones que entran en el Parlament es el mayor de toda su historia. A la vez, se ha producido un brutal desplazamiento hacia la derecha, que se expresa meridianamente en la victoria de CiU en todas las comarcas y en los buenos resultados cosechados por el PP, los mejores en cualquier votación autonómica, preñados de buenas promesas para Rajoy. El cambio ha empezado. Si es de época significa que veremos más cambios. Los resultados señalan como una flecha al Ayuntamiento de Barcelona. Y luego, La Moncloa. La pulsión transformadora también afectará a los partidos, sobre todo a los perdedores. El socialismo catalán tiene ante sí una tarea ingente si quiere frenar la dinámica perdedora. Si no es fácil encajar las derrotas y sacar lecciones rápidamente, más difícil es hacerlo en mitad de una crisis que es quizás existencial para la izquierda. Parte de estas reflexiones también valen para Esquerra, un partido que paga su incapacidad para asumir responsabilidades de gobierno sin abandonar los reflejos de la oposición. Su amargo regreso al rincón es también una oportunidad para madurar. Algo sabe Artur Mas de las ventajas del desierto, sobre todo una vez que se ha conseguido alcanzar la tierra prometida. Las causas del cambio no quedan atrás. Siguen inscritas en la agenda de las tareas del Gobierno. Y de la oposición. La crisis económica y la gestión del Estatuto enmendado por el Constitucional seguirán ahí. Cuando ya no existan esas causas habrá terminado el cambio. Pero el día en que Cataluña empieza a cambiar, histórico para el catalanismo, queda oculto en la maraña de noticias que nos proporciona un mundo agitado. Corea se halla al borde de reanudar la guerra interrumpida en 1953. Los ministros de Economía europeos aprueban la salvación de las finanzas irlandesas, tras una semana de vértigo para el euro y para la Unión Europea. Wikileaks proclama que su nueva filtración de documentos reservados del Departamento de Estado de EE UU significa "la aparición de un nuevo mundo, en el que la historia global quedará redefinida". Incluso un espectáculo deportivo regularmente pautado como es el Barça-Madrid de esta noche activará una vez más nuestras conexiones con la historia, esta señora voluble y caprichosa a la que evocamos con mayor frecuencia y abuso de lo que se merece. Habrá que ver el lugar que ocuparán las elecciones catalanas en los medios de comunicación internacionales: aunque queden arrinconadas por la plétora noticiosa de estos días de noviembre, es fácil deducir la sincronía exacta entre los cambios del mundo y la mutación electoral catalana.

Leer más
profile avatar
29 de noviembre de 2010
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.