Skip to main content
Escrito por

Lluís Bassets

Lluís Bassets (Barcelona 1950) es periodista y ha ejercido la mayor parte de su vida profesional en el diario El País. Trabajó también en periódicos barceloneses, como Tele/eXpres y Diario de Barcelona, y en el semanario en lengua catalana El Món, que fundó y dirigió. Ha sido corresponsal en París y Bruselas y director de la edición catalana de El País. Actualmente es director adjunto al cargo de las páginas de Opinión de la misma publicación. Escribe una columna semanal en las páginas de Internacional y diariamente en el blog que mantiene abierto en el portal digital elpais.com.  

Blogs de autor

Sopa de ajo iraní

Hillary Clinton ha descubierto la sopa de ajo: Irán marcha hacia la dictadura militar. Según la secretaria de Estado, el poder se está desplazando en detrimento de los ayatolás, empujados por la Guardia Revolucionaria, hasta el punto de que ha hecho un llamamiento a "los líderes religiosos y políticos para que recuperen la autoridad que deben ejercer en beneficio del pueblo". Todo suena bastante raro. Irán es una dictadura, en la que la disidencia se paga con la cárcel o la ejecución. Se convirtió, además, en una dictadura militar, sobre todo después de la larga guerra con Irak (1980-1988), que significó la promoción de una entera casta guerrera, convertida en la almendra decisiva en todos los órdenes de la sociedad jomeinista, en la misma línea en que lo han sido los partidos comunistas en los regímenes socialistas. ¿A qué viene entonces esta súbita denuncia del peligro de una dictadura donde no había ni más ni menos que una dictadura, militar por supuesto? 

Clinton no es una profesora de ciencia política. Tal como ha señalado un editorial de Le Monde, "no estaba realizando un ejercicio académico de tipología de los regímenes políticos". El general David Petraeus, que tiene a su cargo toda la región donde se halla Irán, ha señalado estos mismos días que el país persa está evolucionando de una teocracia a una cleptocracia, del gobierno de los teólogos al gobierno de los ladrones. Los ladrones son los Guardianes de la Revolución, naturalmente, la casta privilegiada, compuesta por unos 125.000 hombres, cuyos generales constituyen la burguesía del régimen, pues tienen en sus manos desde los resortes económicos hasta el programa de enriquecimiento nuclear que ha disparado todas las alarmas internacionales y, sobre todo, de los países vecinos. El ensayista iraní exiliado Amir Taheri ha recordado a este propósito el esquema clásico del califato: primero alcanza el poder, por una legitimidad que se supone divina, el descendiente o representante del Profeta; y al final queda en manos de los mamelucos, mercenarios detentadores del gobierno efectivo a través de las armas, que sacan provecho material de sus privilegios (La emergente dictadura militar iraní, en The Wall Street Journal, 17 de febrero). Es evidente que el régimen se halla en un momento de cambio, una involución o endurecimiento frente al movimiento de protesta que suscitó el enorme fraude electoral organizado en las elecciones de junio pasado. Lo que más sorprende es la resistencia admirable de la oposición, que no ha amainado todavía a pesar de la durísima represión que está cayendo sobre ella. Una de las claves de todo este asunto es que la zarpa represiva se abate también sobre dirigentes que han ido tomando distancia del régimen y puede golpear incluso a familiares de Jomeini. Nada de lo que sucede es desconocido para quienes se han dedicado a observar todo tipo de dictaduras: no olvidemos la metáfora, acuñada durante el Terror, en plena Revolución Francesa, sobre Saturno que devora a sus hijos. Barack Obama ha empezado seriamente su ofensiva iraní. Pero no abandonará su mano tendida y despreciada por Ahmadineyad. Aunque nunca se excluye del todo, la respuesta militar no está en el horizonte como sucedió con Bush, que impuso como condición previa para cualquier conversación la paralización del programa de enriquecimiento de uranio. La actual ofensiva es sobre todo diplomática: se trata de construir una amplia política de alianzas que aísle al régimen en la región y permita aprobar una cuarta ronda de sanciones en Naciones Unidas. Se trata, además, de dirigirla al mismo interior de la sociedad iraní, de forma que las sanciones no perjudiquen al conjunto de la población y arrinconen a Ahmadineyad. Para ello, nada más eficaz que señalar a quienes son los auténticos enemigos a abatir, los Guardianes de la Revolución, y favorecer en cambio a los reformistas. En Irán, como en España hace 40 años, hay una dictadura con ultras y con evolucionistas. Por eso quienes quieren derrocar la dictadura señalan el peligro redundante de que Irán caiga en una dictadura. Bush no descartaba atacar a Irán. Su mal ejemplo con Irak, atacado con la excusa de las armas de destrucción masiva sin tenerlas, condujo a acelerar el programa de armas de destrucción masiva por parte de Irán para no ser atacado. Obama quiso dialogar y persuadir a Irán de que entrara en la cooperación internacional, obteniendo la respuesta que se ha visto: nada de conversaciones y nuevos desafíos sobre el programa nuclear. Por eso, la noticia ahora es que Washington ha optado directamente por favorecer el cambio de régimen.

Leer más
profile avatar
19 de febrero de 2010
Blogs de autor

Tiempos interesantes, periodismo ininteresante

No trataba de analizar sus posiciones o acusaciones, la verdad o la falsedad de sus demandas, o incluso la naturaleza de las emociones a las que apelaba. Estaba juzgando una actuación e incluso puntuándola, utilizando la terminología familiar del periodismo político. Esta ha sido una característica de la cobertura política desde hace tanto tiempo que ya no produce extrañeza y nadie puede imaginar que se haga de otra forma. La estructura de las frases y de los artículos pone el acento exclusivamente en la táctica y en la actuación. Este tipo de prosa se degrada imperceptiblemente y con la misma facilidad que un insípido vaso de agua con gas. Los lectores interesados en la política beben litros cada día sin aumentar peso. Y estos periodistas están en lo más alto de este juego. 

Este párrafo que acaban de leer es una versión libre del texto publicado en uno de los blogs de New Yorker. He eliminado nombres y detalles que pudieran despistar al lector español. Quizás pueda servir para describir el trabajo realizado por muchos periodistas políticos en una campaña electoral. O en un debate parlamentario como el de ayer mismo, sin ir más lejos, ustedes verán. Para que quede clara mi posición al respecto, he preparado este texto a ciegas, el miércoles por la tarde, antes de leer la prensa del jueves. El blog de donde parte la versión libre se titula Tiempos Interesantes. El periodismo que se critica es tan ininteresante como el agua con gas que se ha quedado sin burbujas.  (Enlace con Interesting times de George Packer).

Leer más
profile avatar
17 de febrero de 2010
Blogs de autor

Presidencia en la sombra

Después del desplante de Obama la presidencia española, es obligada la pregunta sobre el futuro de las relaciones trasatlánticas. Estados Unidos tuvo un papel fundamental en el impulso a la construcción europea al terminar la Segunda Guerra Mundial y lo ha vuelto a tener en la reunificación del continente. Puede ser que a partir de ahora ya no sea así y que este viaje frustrado no sea más que el primer signo de la nueva época. La respuesta a esta pregunta tiene que ver directamente con la capacidad europea para jugar en la escena internacional. Sobre esta cuestión escribí en noviembre, cuando nada se sabía pero algo se intuía sobre la patada de Obama al hormiguero europeo, en un texto el que ya intentaba analizar algunos de estos problemas. Me lo pidió la revista Foreign Policy en español para la iniciativa conjunta con dos think tanks, uno español, Fride, y otro europeo, el European Council on Foreign Relations, de lanzar un blog titulado Presidencia en la sombra, abierto con motivo del semestre español. Hoy doy aquí mi artículo y lo aprovecho también para recomendar vivamente la lectura de este blog, especialmente recomendable para quienes se interesan por la peripecias de Zapatero y su Gobierno en su semestre presidencial europeo.

DEBILIDADES TRASATLÁNTICAS Las relaciones entre Estados Unidos y Europa han marcado el entero siglo XX, pero es muy dudoso que puedan seguir pesando en la configuración de las relaciones internacionales en los próximos años, ya en pleno siglo XXI. Hay profundas y motivadas razones para el escepticismo. Desaparecida la causa que había conducido al compromiso de Washington con sus aliados europeos en dos guerras mundiales y en los 40 años de la denominada guerra fría, nada permite pensar que deban persistir durante mucho más tiempo unas actitudes e incluso unas instituciones que actúan como estricta continuación y como actos reflejo de lo que habían sido las relaciones transatlánticas. De una parte, es evidente el desplazamiento del eje económico y geoestratégico del mundo hacia el Pacífico, algo que se venía anunciando desde hace décadas pero que no ha empezado a materializarse hasta la aparición de Chimérica, la simbiosis entre Estados Unidos y China descrita por Nial Ferguson, en la que una superpotencia aporta la mano de obra barata y el ahorro mientras la otra hace lo propio con la tecnología y la capacidad de consumo. De la otra, también es evidente la incapacidad demostrada hasta ahora por Europa para constituirse en agente global y por tanto en interlocutor válido para mantener las relaciones con Estados Unidos en el nivel de exigencia que requiere la deriva multipolar actual. El mundo está preparado para la instalación de un triángulo de superpotencias, si se quiere todavía escaleno, es decir, con tres lados desiguales, pero la debilidad europea está conduciendo a una cierta bipolaridad, ese G2 formado por China y Estados Unidos, que ni siquiera constituye un triángulo isósceles con dos lados iguales y uno más pequeño. Jeremy Shapiro y Mick Witney han señalado en su brillante ?paper? acerca de las relaciones transtlánticas (Towards a Post-American Europe: a Power audit. Of EU-US Relations, European Council on Foerign Relations) la anomalía de la relaciones especiales que buena parte de los 27 socios europeos quieren mantener con Estados Unidos. Esta fragmentación en la propia concepción de la relación transtlántica constituye un obstáculo mayor e insalvable, que sólo podría empezar a sustituir la aparición de una política exterior y de defensa propiamente europea de los 27, en la que se insertara como pieza clave la relación bilateral con Washington. El actual formato institucional de la relación UE-USA, tal como señalan los autores del trabajo, además de escasamente práctico y profundamente burocratizado, desalienta al socio norteamericano y constituye el mayor obstáculo. El único terreno de juego donde la relación sigue funcionando, a pesar de su progresivo debilitamiento, es el de la Alianza Atlántica. Su preservación, y a través de ella la de la relación con Washington, es el principal motivo del compromiso en Afganistán por parte de los socios europeos. En el caso de los socios más veteranos de la Europa occidental es, además, una forma de reforzar su ?relación especial? bilateral; pero en el caso de los países del Este ex comunista, el principal móvil es la preservación de la cobertura defensiva del artículo quinto de la Alianza, por el que el ataque a un país miembro será considerado a efectos de respuesta militar como un ataque a la entera alianza. Es evidente, pues, que la almendra ideológica de la Alianza se halla seriamente desfasada. Ni a los Estados Unidos de Obama ni a los socios más occidentales de la OTAN les interesa una Alianza que persista en un papel de disuasión, ni siquiera política, frente a Rusia. Sólo a los países del antiguo glacis soviético les conviene este planteamiento, que no encuentra ya en Washington el apoyo que tuvo en la anterior administración. El papel que está jugando ahora la Alianza, como auxilio de la acción militar norteamericana, no deja de ser la continuación de la función que quería asignarle la administración Bush como policía antiterrorista mundial, aunque con la salvedad actual de que nada se hace sin la cobertura de Naciones Unidas. Pero ni uno ni otro, ni el de contención frente a Rusia, ni el de gendarme antiterrorista, sirven ya a estas horas para dar sentido a una Alianza de estas características. Hay en Europa, sin embargo, una evidente voluntad de preservación e incluso potenciación de las relaciones con Estados Unidos, que choca con la deriva en que se halla la Alianza, la ausencia de política exterior y el empeño bilateralista de casi todos los países socios. La nueva arquitectura institucional europea, y sobre todo la creación del servicio exterior a las órdenes del Alto Representante, serán una oportunidad para que Europa se reafirme como actor global e intente avanzar hacia la configuración de una política exterior. Aunque probablemente no baste, porque parte de los problemas de los países europeos respecto a la Alianza tienen que ver con la debilidad del proyecto europeo de defensa y el mínimo gasto y atención que merece en los presupuestos de Defensa de la mayoría de los países socios. Si este próximo paso también fracasa y desaparece del horizonte la posibilidad de que la UE tenga algún día no muy lejano algo parecido a una política de exterior y de defensa, nada se podrá hacer ya respecto a la relación transatlántica. Es de temer que el horizonte vaya virando en la medida en que Rusia adquiera autoridad y perfil como el actor europeo más influyente. En cambio, si la UE consigue avanzar en su actual aplicación del Tratado de Lisboa, entonces quizás será posible una reformulación de las relaciones entre Washington y Bruselas que sin duda dará mayor fuerza tanto a la superpotencia americana como a esa dudosa superpotencia europea que no sabe ni siquiera si quiere serlo. Si en un tiempo la debilidad de Europa reforzaba la necesidad de la relación trasatlántica ahora ocurre exactamente lo contrario. Sin una Europa fuerte no puede haber relación fuerte con Washington.

Leer más
profile avatar
17 de febrero de 2010
Blogs de autor

Dime quien te odia

Y te diré quien eres, o mejor, qué piensas. Puede ser parte de la combustión interna de las ideologías hasta su práctica degradación. Pero también del magnetismo que ejerce esa condición contemporánea tan atractiva, que Rafael Sánchez Ferlosio ha definido como el victimato. En todo caso es curioso comprobar como la definición de las propias ideas se produce con creciente frecuencia mediante la construcción de un enemigo total y exterminador. Es la condición de víctima de una ideología adversa y destructiva, rayana en el crimen y el genocidio, la que define las posiciones políticas e ideológicas de muchos políticos y polemistas en el mundo de hoy. Será quizás que sin amenaza, sin proyecto demoledor, sin una sombra que gravite sobre nuestras débiles ideas y nuestras inconsistentes convicciones, no es posible articular unos argumentos, organizar políticamente nuestras cabezas. Si así fuera, habrá que agradecer estos favores al amable adversario que se presta a realizar esta función maniquea tan gratificante y necesaria.

El ejemplo es de ayer y voy a dar éste sólo, porque creo que basta. ?Episodios de cristofobia? se titula el artículo que publica Juan Manuel de Prada en el diario madrileño Abc, en el que denuncia la nueva ?vorágine cristofóbica?, de la que es un ejemplo la Ley de la Memoria Histórica, utilizada por los ?cristófobos de hogaño?. De atender al desgarrado lenguaje utilizado, se diría que en las calles y plazas españolas se destruyen las imágenes de Cristo y las cruces y que los cristianos son perseguidos y obligados a practicar en la clandestinidad de las catacumbas. Para extender el ejemplo basta con apelar a las derivaciones de las fobias ideológicas en nuestra actualidad: islamofobia, judeofobia, catalanofobia, hispanofobia, eurofobia, americanofobia, rusofobia, sinofobia? No estamos ya ante la clásica elección del enemigo, sino que queremos elegir el tipo de odio del que queremos ser objeto. Se trata de la construcción del adversario, y según unos parámetros de absoluta polarización. No nos basta un enemigo que nos impugne parcialmente. Queremos que desee nuestra destrucción total. Sentirnos confortados por la idea de que merecemos un odio absoluto por parte del mal en su grado máximo. Quizás no seamos buenos del todo, pero al someternos al aliento pestilente de un odio total sobre nosotros conseguimos adquirir algo de las víctimas e incluso de los mártires. Toda ideología que se precie quiere un Hitler sólo para su uso simbólico exclusivo. Hay un genocidio, un exterminio, osaremos decir incluso un holocausto, que se prepara contra mí y los míos. Situarse en su ángulo de tiro se convierte así en una forma de santidad y en un excelente reclamo propagandístico.

Leer más
profile avatar
16 de febrero de 2010
Blogs de autor

La presidencia evanescente

Ya no viene Obama. El rescate de Grecia se hizo sin Zapatero en la foto. Y el nuevo presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha tomado las riendas de la recuperación económica, uno de los ejes de la presidencia española de la UE. Se diría que el semestre presidencial de Zapatero ya ha terminado. Que todo lo que quepa esperar a partir de ahora sea el normal desarrollo de esos estupendos consejos extraordinarios en los marcos incomparables de las ciudades de donde son originarios los titulares de cada una de las carteras. Con el aditamento de unas rimbombantes declaraciones destinadas a la gloria del olvido: la Declaración de Donostia sobre ciencia y tecnología, la de Cádiz sobre la igualdad de género, y las que seguirán. Nadie anulará estas reuniones ni cancelará tan solemnes manifiestos, como hizo Obama con la Cumbre Transatlántica, la renovación de la Agenda Transatlántica y la Declaración de Interdependencia entre EE UU y Europa que se pretendía pasar a la firma.

La difuminación de la presidencia española tiene dos causas. Una objetiva: la entrada en vigor del Tratado de Lisboa resta protagonismo al presidente del Gobierno que tiene a su cargo el semestre de turno. A pesar de ello, Zapatero hubiera podido aprovechar la transición para tener todavía algún papel, puesto que Van Rompuy acaba de aterrizar y hubiera sido del todo lógico acompañarle en sus primeros pasos en una especie de copresidencia. Si este papel cae en manos de Sarkozy, no hay duda de que el 'petit belge' las hubiera pasado canutas. La segunda causa de la presidencia evanescente es endógena y responsabilidad de Zapatero: el plan de trabajo es una mezcla de sueños de grandeza en los grandes eventos y falta de ideas políticas en todo lo otro. La realidad es que, en ausencia de una fuerte y pragmática ambición política, la presidencia española ha quedado ahora sin pulso ni impulso. Aunque no hay muchas razones para la euforia, todavía queda algún margen. Zapatero ha conseguido salir del escenario de los malos alumnos en el que se metió en Davos, cuando compareció con los presidentes de Grecia y Letonia, para sufrir el examen del presidente del Banco Central, Jean Claude Trichet. Después de las tormentas bursátiles, ha quedado claro que el problema está en Atenas, aunque no haya quedado despejada del todo la incertidumbre sobre el peligroso nivel de endeudamiento español, principalmente el privado. También ha avanzado la idea del gobierno económico del euro, bien interesante para España, aunque no por la capacidad de persuasión de nuestros gobernantes sino por la fuerza de los hechos. Una vez ha quedado claro el rumbo mediocre del semestre español, ahora sólo quedan dos cumbres a mano para que Zapatero levante un poco esta presidencia. La primera cita será en mayo, en Madrid, con la VI Cumbre UE-América Latina y Caribe, una reunión bianual de la que difícilmente saldrá el acuerdo de asociación con Mercosur que sería de desear. La segunda será en junio, en Barcelona, con la II Cumbre Euromediterrránea, que deberá coincidir con la puesta en marcha de la Secretaría Euromediterránea en el Palacio de Pedralbes. No ayudarán a la primera ni el populismo boliviariano ni el desplazamiento de protagonismos que propulsa a Brasil al tiempo que hunde a la declinante UE. Para la segunda cita no falta la ambición, suministrada sobre todo por el empeño de Sarkozy para que fructifique un proyecto que salió del Elíseo; pero tampoco las ganas por parte de las autoridades locales: ésta es una excelente oportunidad para que Barcelona siga consolidándose como la capital del Mediterráneo. Harán bien, pues, las instituciones en arrimar el hombro, aunque sólo sea por egoísmo y estén los catalanes en época de tocar a rebato electoral, para que luzca un poco más la presidencia española al menos a partir de esta cumbre. Si los 27 fueran además capaces de sustanciar algún avance en el proceso de paz entre israelíes y palestinos, entonces el semestre quedaría plenamente salvado y justificado. Si no, habrá quedado en otra oportunidad perdida, difuminada por la crisis y la indolencia.

Leer más
profile avatar
15 de febrero de 2010
Blogs de autor

El maestro ciruela

(Doy hoy aquí el artículo que me encargaron los amigos del New York Times para el suplemento semanal que publican en una treintena de países, en el que recogen una amplia selección de reportajes y análisis así como algunos comentarios adicionales encargados ex profeso. Ayer jueves El País publicó dicho suplemento bajo la cabecera conjunta con el periódico neoyorquino con mi artículo, que escribí pensando en el público variado e internacional que accede a dichas páginas).  El niño prodigio se ha convertido en el maestro ciruela. Esta es una figura popular del refranero español, que expresa la contradicción de quien quiere dar lecciones sin saberse la asignatura: el maestro ciruela no sabía leer y puso escuela, según el dicho popular. Hasta 2007 ninguna otra economía europea había crecido tanto, creado tantos puestos de trabajo, ni absorbido mayor número de inmigrantes como la española: éste es el niño prodigio. Ahora, con la crisis financiera y el estallido de la burbuja inmobiliaria, no hay tampoco ningún otro país que haya destruido más empleo entre las grandes economías europeas. Pero además, el azar ha querido que este mes de enero le tocara a España la presidencia rotatoria de la Unión Europea, un momento políticamente relevante por cuanto el gobierno que preside los consejos de ministros semestrales debe determinar las prioridades que ocuparán la coordinación de políticas de los 27 socios; y Rodríguez Zapatero, con sus pésimas cifras de paro, no ha tenido más remedio que señalar la creación de empleo como prioridad y disponerse a pedir a los países socios la fijación de objetivos e incluso exigencias respecto a su cumplimiento: ahí tenemos al maestro ciruela.

Cuando todo empezó, en el verano de 2007, Zapatero podía presumir de la economía más dinámica y creadora de empleo de Europa. En la primavera de aquel año España superaba los 20 millones de personas ocupadas, una cifra apenas creíble para un país al que se le consideraba condenado a mantener su población activa en torno a los 12 millones de personas. Más de una cuarta parte de los puestos de trabajo de reciente creación en toda Europa eran españoles. Era una España irreconocible. Históricamente ha sido un país de emigración, es decir, que no creaba suficientes puestos de trabajo ni siquiera para sus propios hijos. En los últimos diez años ha integrado a cinco millones de extranjeros, que significan el 12 por ciento de su población. Un enorme jarro de agua fría ha caído ahora sobre Zapatero, que se resistió a creer en la existencia de la crisis y tardó demasiado tiempo en reaccionar. En los dos últimos años, los datos se han invertido: si nadie ha creado más empleo en Europa en el período milagroso entre 1994 hasta 2007, lo mismo ha sucedido con la destrucción de puestos de trabajo en los dos últimos años. Casi el 60 por ciento de los empleos destruidos son españoles. El nivel de paro se acerca al 19 por ciento, cifra que revela, más que esconde, el peso de la economía sumergida, en la que se emplean de forma informal numerosas personas que constan como desempleados e incluso parte de quienes reciben subsidios. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha reconocido que la economía sumergida puede alcanzar el 20 por ciento del PIB, estimación oficiosa que da plausibilidad a quienes la sitúan en una cifra alrededor del 25 por ciento. Un hacker irrumpió en enero en el site oficial de la presidencia española de la UE y sustituyó el rostro del presidente Zapatero por el del actor Rowan Atkinson como Mister Bean. La estupefacción y la incapacidad de Zapatero para abordar con credibilidad europea la crisis encontró así su imagen, que fue aprovechada por la prensa nacional, pero lo que es peor para el presidente, por prestigiosas cabeceras anglosajonas. Exponerse en el escaparte de la moda internacional tiene sus desventajas: España, adulada por su democracia recuperada o sus brillantes deportistas, cineastas y cocineros, se encuentra ahora con que los más airados le apedrean las cristaleras.

Leer más
profile avatar
12 de febrero de 2010
Blogs de autor

Europa en transición

Los cambios de Gobierno y las transiciones políticas suelen ser momentos de vacío de poder, en los que se incrementan los niveles de riesgo y de inestabilidad. Está estudiado el caso de las transiciones presidenciales norteamericanas, ocasión que aprovechan los adversarios y a veces incluso los aliados para tomar iniciativas que en otras ocasiones están prohibidas. Las transiciones son particularmente complejas en los países que son grandes espacios, hasta el punto de que llegan a confundirse con cambios de régimen, como ha sucedido en Rusia, o son objeto de lentos y oscuros procedimientos autoritarios para amortiguar las tensiones, como es el caso en China.

La UE anda con un tratado de retraso; Lisboa queda corto para lo que se nos viene encima La Unión Europea, sin ser un Estado ni una unidad política, no iba a ser una excepción. Si el relevo de presidentes o de ejecutivos -y la Comisión Europea lo es en alguna medida- produce un interregno que facilita los accidentes, todavía es más amplio y profundo el socavón cuando el cambio de titulares coincide también con un cambio en las reglas de juego, en nuestro caso con un cambio de Tratados, el de Niza vigente hasta el primero de diciembre y el de Lisboa que entró entonces en vigor y deberá irse aplicando paulatinamente. A la doble transición de dirigentes y de tratados se suma otra transición que ha aflorado a plena luz en idénticos días, desde el mundo unipolar en el que Estados Unidos quería ordenar la marcha de los negocios globales hasta el mundo multipolar, en el que nada puede hacer Washington sin contar con China, India y Brasil. Esta última transición es la que ha revelado en toda su crudeza la mala posición y la escasa vocación de la UE para jugar como ese agente global que exige la nueva geometría mundial del poder. Parece como si Europa siempre anduviera con un tratado de retraso. El de Lisboa era magnífico para la ampliación a 27, pero casi seguro que queda corto para el mundo que se nos viene encima. La avaricia de los jefes de Gobierno y de Estado de los 27, que han preferido situar a dirigentes de bajo perfil a la cabeza de las instituciones europeas, ha hecho el resto. Así es como estamos esta semana en una triple transición, en la que no ha faltado una gran crisis, la de la deuda griega, para poner a prueba los pies de barro del gigante. La UE se ha construido de crisis en crisis, según doctrina aceptada del europeísmo. Si atendemos el esquema, esta crisis debe servir para avanzar hacia el gobierno económico europeo. El hundimiento de las finanzas públicas griegas se ha producido, precisamente, por graves defectos de gobernanza económica. En primer lugar, estadísticos: la falsificación de sus cifras de déficit y de endeudamiento. En segundo lugar, estructurales: la eurozona no está económicamente integrada, de forma que los socios han perdido la soberanía monetaria, pero no pueden ajustar sus desequilibrios mediante la movilidad laboral o una verdadera solidaridad federal. Pudiera ser, sin embargo, que ésta no fuera una crisis como las anteriores. Si hasta ahora todas las crisis han sido aprovechadas de forma que la bicicleta europea ha seguido rodando, es evidente que ahora los enemigos de esa "unión cada vez más estrecha entre los pueblos de Europa" cuentan con una excelente ocasión para convertir el euro en un episodio que sólo ocupe la primera década del siglo XXI. En las distintas fórmulas para acudir en auxilio de Grecia pueden observarse todas las posiciones. En primer lugar, hay voces que piden la salida de Grecia de la eurozona y su regreso a una moneda nacional: así la eurozona regresaría a su origen, la zona marco que Alemania entregó a cambio de la unificación. En segundo lugar, hay una fórmula aparentemente menos drástica, pero más efectiva para la destrucción del euro: encargar al FMI la salvación de la moneda europea; dejar que sea Washington y no Bruselas quien gobierne la economía griega en estado de excepción; renunciar así a que la UE ocupe algún día, quizás cercano, el sillón de representación de los 16 de la eurozona y de los 27 del mercado único en el FMI. En tercer lugar, está la fórmula más viable a pesar del pesimismo ambiental, que es la de la salvación estrictamente europea, en los medios a utilizar y en las instituciones a movilizar; una fórmula que también deberá implicar una reforma preventiva para evitar que la situación se repita. No es la suspensión de la cumbre con Obama lo que debe preocuparnos a los europeos sino la capacidad de gobernarnos a nosotros mismos, especialmente quienes formamos parte de una misma área monetaria. No está en juego el peso de Europa en el mundo, sino el propio peso de Europa en Europa. Que Europa no quiera ser un agente global, pase. Pero ahora se trata de otra cosa: si quiere sencillamente ser. Si quiere mantenerse a través de la UE y del euro como la mayor zona de paz, prosperidad y estabilidad del mundo. Pero sin gobierno y sin un cierto umbral de unidad política y de solidaridad no habrá moneda, no habrá economía y no habrá Europa.

Leer más
profile avatar
11 de febrero de 2010
Blogs de autor

La caja de Pandora

Hay coincidencias que sólo lo son en apariencia. Dos periodistas del New York Times nos hablan de la Caja de Pandora el mismo día desde Berlín y desde Tokio a propósito de hechos relacionados con la Guerra Fría. Judy Dempsey nos cuenta la historia de las armas nucleares que todavía hay en Alemania, no se sabe muy bien si desplegadas o almacenadas, y cita el informe que ha realizado el ex secretario general de la OTAN, George Robertson, en el que se critica severamente las pretensiones del gobierno de Angela Merkel, que quiere el desmantelamiento de esas últimas armas atómicas en suelo alemán. Martin Fackler, por su parte, explica los propósitos de otro gobierno, el japonés, que quiere desvelar ante la opinión pública el contenido de cuatro tratados secretos firmados entre Tokio y Washington, que obligaban al Estado nipón a sufragar parte del coste de las bases norteamericanas y permitían la entrada de barcos cargados con armas nucleares en los puertos del archipiélago.

Podríamos tomar otro camino en el razonamiento. Con una cita de Faulkner por ejemplo: ?The past is not dead. In fact, it's not even past.? El pasado no ha muerto y de hecho ni siquiera es pasado. A veinte años del episodio que clausuró la Guerra Fría, aquel pasado sigue todavía vivo y ni siquiera como pasado, sino como presente, en hechos y en argumentos. En los territorios de la antigua Europa occidental hay todavía 200 armas nucleares que, según Robertson, forman parte del paraguas defensivo que protege a los alemanes. En cuanto a Japón, quien quiere reavivar el pasado es el periodista Takichi Nishiyama, que en 1972 desveló la existencia de estos pactos y en razón de ello fue condenado por revelación de secretos de Estado y tuvo que abandonar el oficio de periodista, en un caso de paralelismo casi perfecto con el Watergate y los papeles del Pentágono aunque con resultados adversos para la prensa y favorables al mantenimiento del secreto de Estado. En ambos casos nos encontramos con sendos gobiernos atípicos. En Alemania, los liberales han regresado al poder después de once años de ausencia, de la mano de Guido Wersterwelle, con la reivindicación innovadora contra las armas nucleares que la socialdemocracia no creyó necesaria durante sus 13 años de gobierno y que la canciller Angela Merkel ha adoptado en el programa de su coalición. En Japón, hay por primera vez un gobierno, el del primer ministro Yukio Hatoyama, que no pertenece al partido demócrata liberal que ha gobernado durante 50 años y pretende tomar distancias respecto a Estados Unidos, reducir su presencia militar y sus bases y centrar su política exterior en Asia. El documento de Robertson tiene un curioso título: ?Alemania abre la caja de Pandora?. Uno de los expertos consultado por el periodista norteamericano en Tokio asegura también que ?el gobierno japonés podría estar abriendo con este debate la caja de Pandora?. A veinte años de aquel 1989 glorioso, todavía quedan mucho tabúes y secretos sobre la Guerra Fría, que a veces confluyen como en una extraña constelación en dos informaciones paralelas que aparecen en el mismo diario el mismo día. La coincidencia me lleva a una meditación final sobre el periodismo y una definición conclusiva, una más, de lo que es una noticia: Pandora tiene una caja y contar lo que hay dentro es lo que deben hacer los periodistas. (Enlaces: con las informaciones de Judy Dempsey y Martin Fackler; con los archivos sobre el Watergate y los Papeles del Pentágono y los sites del WP y del NYT, respectivamente sobre estos dos temas).

Leer más
profile avatar
10 de febrero de 2010
Blogs de autor

Comunitarismo republicano

No es un debate inútil. Es un debate perjudicial. Que parte de preguntas mal planteadas y de premisas falsas y sólo puede conducir a conclusiones absurdas o contraproducentes. Lo mejor que puede suceder con este debate es que fracase, como han fracasado otras ocurrencias geniales del hiperpresidente. Pero aunque fracase, el mal está ya hecho. Mientras el mundo cambia e interpela a Europa para que se adapte a los cambios, proliferan aquí y allí las reacciones defensivas y patológicas, repliegues identitarios y finalmente una forma de comunitarismo, aparentemente republicano, pero amarrado al cristianismo como seña cultural frente a los inmigrantes y tentado por la xenofobia, la exclusión del otro y el rechazo de la sociedad plural. Sarkozy y su debate sobre la identidad francesa son el epítome de estos enfoques enfermizos, que cuentan con sus expresiones más crudas y rechazables en las leyes italianos contra la inmigración, pero surgen en forma de sarpullidos populistas en toda Europa.

Para hacerse una idea de la catástrofe ideológica que yace detrás de este debate basta con leer el libro del encargado de promoverlo y sostenerlo, el ex socialista Eric Besson, ahora ministro de Sarkozy al cargo de la cartera de ?sentémonos antes de empezar a enunciar el nombre del ministerio- la Inmigración, de la Integración, de la Identidad Nacional y del Desarrollo Solidario. Se titula ?Pour la Nation?, que debería traducirse como ?A favor de la Nación?, y constituye un auténtico manual de un comunitarismo esencialista, que no se reconoce a sí mismo como tal y se disfraza de los oropeles republicanos, puesto que constituye una tipo de nacionalismo y de soberanismo antieuropeo y bonapartista. Por economía de escritura prefiero aportar los argumentos a través del texto. Antología, rápidamente traducida del francés: ?Hablar de la Nación, es decir, de lo que une a los hombres, y de los valores que les reúnen, afecta a lo más profundo y sensible que hay en cada uno de nosotros?. ?Aunque la dominación del imperio franco rehace temporalmente la unidad de occidente, una vez esta unidad definitivamente desaparecida a mitad del siglo IX, es el Tratado de Verdún el que conduce a Francia, Alemania, Inglaterra, España, Italia, a su plena existencia?. [En 843 los hijos de Carlomagno, Carlos el Calvo, Lotario y Luis el Germánico, se reparten su imperio en Verdún; dejo a la consideración del lector el valor del anacronismo, de viejo manual escolar francés, que efectúa el señor ministro]. ?Cuando se intenta comprender porque nuestra Nación está tan impregnada de unitarismo y rechazo del comunitarismo no es inútil convocar su historia y sus orígenes. Francia no es una Nación que se haya dotado progresivamente de un Estado, como pueden ser Inglaterra, Alemania, Italia o España. (?) Francia es una Nación creada por el Estado?. ?Nuestro territorio es uno de los elementos fundamentales de la unidad nacional (?) Este territorio, porque no es un lugar de estacionamiento sino de paso y migración, sólo puede ser gobernado por un poder central fuerte (?) Nuestra Nación sólo puede ser construida por un poder centralizador. (?) Pero instaura sobre todo una lengua oficial imponiendo la redacción de todos los actos administrativos y notariales en francés y nunca más en lenguas regionales como el occitano o en latín?. ?La búsqueda de una consciencia y unos valores comunes es probablemente más imperiosa en una Nación cuyos orígenes son tan plurales como los nuestros.Este llamamiento a la superación de los orígenes y la reunión alrededor de valores comunes constituye, desde su primer aliento, y mucho antes de la Ilustración, el universalismo de nuestra Nación?. ?En el siglo X todos los habitantes de Francia con franceses, pues la Nación no es todavía plenamente consciente de ella misma. Esta consciencia nacional está vinculada a las política centralizadoras, sobre todo en el terreno militar y fiscal?. ?La Nación es una herencia de glorias y de reproches compartidos, pero también un proyecto a realizar?. ?A la exaltación de la Nación, los posnacionalistas responden con su negación. (?) Desarrollan incluso el concepto de ?ciudadano del mundo?. (Para ellos) los derechos del hombre podrían existir y ser respetados sin necesidad de una Nación para expresar su poder soberano?. ?Pues no existen derechos del hombre que no sean derechos del ciudadano. (?) La Nación republicana constituye el cuadro de ejercicio de las libertades. Los derechos del hombre no serían más que un sueño, si no hubiera ciudadanos para ejercerlos?. ?La Nación es un conjunto de hombres y de mujeres que disponen de una historia, una cultura, una lengua, valores comunes y se comprometen en un proyecto común?. ?Los intentos de instauración en Francia de un régimen parlamentario, siguiendo el modelo británico (?) han conducido todos a la inestabilidad. (?) Esto es lo que ha conducido a instaurar la elección del Presidente de la República por sufragio universal desde 1962. (?) Esta presidencialización me parece conforme a la identidad misma de nuestra Nación. (?) La elección presidencial se ha convertido en catalizador de nuestra ciudadanía. (?) La presidencialización de nuestra República no es un hecho nuevo, que estaría vinculado a la personalidad de Nicolas Sarkozy, sino un hecho ya inscrito, deseado y deseable". ?La presidencialización, porque permite superar las polarizaciones partidistas y asegurar una mejor representación del poder ejecutivo, responde a las aspiraciones de una nación que se ha construido alrededor de un poder central fuerte y de una soberanía nacional perteneciente al pueblo todo entero?. (Eric Besson. Pour la Nation. Grasset.)

Leer más
profile avatar
9 de febrero de 2010
Blogs de autor

Relevo en la timba mundial

Europa se levanta de la mesa de juego, justo en el momento en que China se sienta, cartas en mano, de forma tan tranquila como ostensible. Lo vimos en la Cumbre del Clima en Copenhague y en el Foro Económico Mundial de Davos, y lo hemos visto ahora en Munich, en la Conferencia de Seguridad que anualmente reúne a la élite mundial en cuestiones de defensa. La Unión Europea cuenta con su flamante Tratado de Lisboa y sus nuevos altos cargos, pero le falta lo más importante para jugar en esta nueva escena que se abre tras los cambios en la Casa Blanca y la feroz crisis económica que está transformando el mundo. Nos lo dicen incluso los nuevos jugadores. China e India quisieran que Europa jugara como un agente global con voz propia. Los Estados Unidos de Obama también lo quieren. Sólo los europeos estamos demostrando, con tenaz empecinamiento, que no queremos que la UE sea un agente global con voz propia. Quizás tenemos los instrumentos, pero nos falta la voluntad.

No son interpretaciones. Basta con escuchar los discursos o tomar nota de los asistentes a las grandes citas. (Y de las ausencias, claro: sobre todo de los europeos; de nuestra lady Ashton, la nueva alta representante para Política Exterior, acostumbrada a la semana inglesa y los horarios cortos, a evitar la pelea para salir en la foto y el juego de codos: todo lo contrario de Javier Solana, devorador de kilómetros aéreos y tozudo participante de todos los grupos de negociación en los conflictos internacionales). En el seminario que organiza cada año en enero el Cidob en Barcelona, una semana antes de Davos, dedicado en esta ocasión a la guerra y la paz en el mundo global, tanto el ministro indio de Relaciones Internacionales, Shashi Tharoor, como el número dos de la fábrica oficial de ideas china, Qi Qiyang, dejaron las cosas bien claras: las nuevas potencias emergentes preferirían una mesa de juego en la que Europa se sentara con personalidad y voz propia. También lo ha repetido este fin de semana Yang Jiechi, el ministro de Exteriores chino en Munich. Ha dicho más cosas, claro está, todas ellas destinadas a subrayar la vocación global china. Pekín está decidido a participar y jugar fuerte: cree que su voz debe ser decisiva en los conflictos sobre el armamento nuclear con Corea del Norte e Irán, en la estabilización de Afganistán y en la negociación sobre cambio climático. Y lo hace sin complejo alguno, situando su interés nacional por delante de forma casi siempre descarnada. Por una parte accede a dibujar un directorio mundial o G2 con Washington, con mayor perfil que el G8 por supuesto e incluso que el emergente G20 donde se agrupan todas las nuevas potencias globales. Pero a la vez lo hace tensando la cuerda en todos los campos y haciéndose el ofendido como forma sistemática de defensa: por la presión para que devalúe el reminbi, por las amabilidades americanas con el Dalai Lama, por la idea de derechos humanos occidental, por la venta de armas norteamericanas a Taiwán o por la actitud de Google ante los ataque y los controles informáticos sobre el buscador. Mahmud Ahmadinejad se sube ahora a la parra nuclear con la seguridad de que Pekín está por una vía diplomática de infinita paciencia en vez de endurecer las sanciones; y no hablemos ya de la eventualidad de un ataque militar contra las instalaciones, que los chinos rechazarían con contundencia. Otro discurso, el del viceprimer ministro chino, Li Keqiang, en el Foro de Davos hace algo más de una semana, fue la tarjeta de visita para la nueva timba global. El señor Li es una de las dos piezas de la quinta generación, designada ya para tomar las riendas del Estado en 2012, cuando se jubilen el actual presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao. Hay que esforzarse por retener su nombre, así como el de Xi Jinping, actualmente vicepresidente del país, pues el primero será el primer ministro y este último el presidente. Los amigos chinos celebran a partir de este fin de semana el nuevo año: termina el del búfalo, animal tenaz y trabajador, y empieza el del tigre, viajero y orgulloso. Antes de los festivales del nuevo año los dirigentes chinos han lanzado una ofensiva diplomática por las capitales europeas. Los 27 les hemos recibido atenazados por la crisis, todavía cansados por la larga aprobación del Tratado de Lisboa y desganados para emprender aventuras por el mundo. (Enlaces: con los resúmenes del seminario del Cidob y de la intervención de Li Keqiang en Davos, y con el discurso de Yang Jiechi en Munich).

Leer más
profile avatar
8 de febrero de 2010
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.