Sergio Ramírez
Estamos en Tegucigalpa, en octubre de 2011. Los policías son cuatro, asignados a la Quinta Estación de La Granja. El Yara se detiene frente a la iglesia Santa Teresa de Jesús, y entre insultos exigen a los muchachos que bajen. El conductor no puede, tiene partida la columna, pero lo esposan, lo cargan, y lo lanzan a la tina de la camioneta pick up que les sirve de patrulla. Es la patrulla M1-92. Uno de los policías conduce ahora el Yara y el otro muchacho no para de decirles, llorando, que lleven al herido al hospital, que el herido es hijo de la rectora de la Universidad Nacional. "¿Cuál rectora, hijo de puta?", le responden.