Sergio Ramírez
En una entrevista que concedió el comandante y vicepresidente Salvador Sánchez Cerén al periódico electrónico El Faro, expresa criterios que alientan las esperanzas de que la razón política podrá prevalecer, y que en lugar de que se de una pugna de poder entre Funes y el partido guerrillero que lo llevó a la presidencia, podrá consolidarse el planteamiento racional de "una izquierda moderna y democrática" que el propio Funes le propuso al país. Mejor quiero citar al comandante:
"Mi posición no va ser la de un defensor de la ideología, esos parámetros pertenecen al pasado, eso nosotros lo superamos. Nosotros nos identificamos con los intereses de los sectores más empobrecidos, excluidos, pero eso no niega que tengamos una visión de país, de nación. Y el gobierno que queremos llevar adelante y hemos conquistado es eso, la voluntad del pueblo ha sido una nación unida para enfrentar los grandes retos que tiene. Mi respuesta concreta: yo voy a trabajar y colaborar con Mauricio Funes para llevar adelante el proyecto de cambio que nos hemos planteado, desde una visión, un pensamiento abierto, amplio…."
Si eso es así, el joven presidente Mauricio Funes tiene el camino abierto, lejos de antagonismos gratuitos, del populismo sin frutos, y de los fantasmas perturbadores del pasado.