
Sergio Ramírez
La represión contra Carlos Fernando Chamorro no termina con el allanamiento violento y el secuestro de los archivos y computadoras de la Fundación Cinco. No hay duda que en la Fiscalía General se está preparando ya la acusación criminal en contra suya, sino es que está ya redactada y lista para ser presentada a los jueces penales, en su inmensa mayoría fieles a los mandatos de Ortega, tan fieles como los fiscales.
No importa que no haya bases jurídicas, no importa que se violenten las leyes, no importa que no se respeten las garantías procesales. El objetivo es convertir a Carlos Fernando en rehén, para buscar como acallar el ejercicio de su periodismo crítico con la amenaza de la cárcel, o meterlo en la cárcel para escarmiento suyo y de los demás que se atrevan a denunciar la corrupción y la ilegalidad.
Asunto que tampoco termina allí. Ya que Ortega pretende quedarse en el poder, reformando la Constitución Política que prohíbe la reelección, necesita silencio y sumisión, y las voces que disienten y critican, resultan contrarias a su proyecto de control, que no se extiende sólo a las instituciones públicas, control que ya tiene, sino también a las entidades de la sociedad civil, empezando por los medios independientes de comunicación.
Pronto veremos a toda Nicaragua rodeada por la cinta amarilla en la que se leerá escena del crimen.