Skip to main content
Blogs de autor

Dificultades para contar cuentos

Por 1 de septiembre de 2008 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Félix de Azúa

Como sus fanáticos lectores saben de sobra, Henry James fue un novelista de aristócratas perversos e ingenuas millonarias. Figuraban, cada cual, a la vieja Europa y los juveniles EEUU como dos órdenes morales adversos. Las cándidas millonarias de Boston ignoraban las fosas de corrupción que daban lustre a un conde italiano o a un lord inglés y caían en sus simas como corderillas. Esto explica el éxito de películas como La copa de oro o Las alas de la paloma, adaptadas de sus novelas más herméticas.

/upload/fotos/blogs_entradas/la_princesa_casamassima_med.jpgSin embargo, James también escribió un novelón, titulado La princesa Casamassima, sobre un asunto entonces tempestivo: el terrorismo nihilista. Dada la escasa familiaridad de James con el socialismo asesino, los terroristas de su novela son estupendos: una bellísima princesa siciliana y el hijo bastardo del mayor título de la cámara de los Lores. Algo así como escribir una novela de toreros con protagonista japonés.

Me maravilla la desvergüenza de los grandes clásicos, su seguridad, su aplomo. Hay novelas de Baroja en las que un grupo de haraganes que se reúne todos los días en una tasca madrileña decide irse a Rusia para cambiar de aires. El siguiente capítulo comienza con los mismos discutiendo de política en un café de Moscú. Baroja le da un toque realista poniéndolos a todos en camiseta de felpa, jersey de nudos y gorrilla de lana.

Ese desparpajo sería hoy imposible. Sin un conocimiento de primera mano de los escenarios y los personajes, no hay quien coloque una línea. La gente se sabe el íntegro registro psicológico y hasta los más recónditos rincones del globo, de Mogadiscio a Ulan Bator, gracias a la tele y a los seriales de enfermeras. Ya no se puede dar gato por liebre.

De ahí que para narrar algo imaginativo y turbador haya que recurrir a los tiranosaurios, el código de la Magdala, los brujos impúberes, las pitonisas caldeas, o las momias. El espacio está ya tan domesticado como un colosal Benidorm. Sólo en el tiempo, esa jungla inacabable, quedan pozas salvajes en donde la fantasía puede retozar y darse un chombo.

Artículo publicado en: El Periódico, 30 de agosto de 2008.

profile avatar

Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Obras asociadas
Close Menu
El Boomeran(g)
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.