Sergio Ramírez
El licenciado Madrazo perdió la carrera presidencial, situado en un lejano tercer lugar, pero si entonces no tuvo la posibilidad de aplicar sus consagradas dotes de viveza, un experto en la materia según su amplio récord político en México, sí lo hizo en el recién celebrado Maratón de Berlín. Otra clase de carrera.
A sus 55 años el licenciado Madrazo es maratonista, y en Berlín fue parte de los 40.000 atletas que se inscribieron para correr la distancia de 42 kilómetros, llegando en el puesto 146, con un tiempo admirable de 2 horas, 40 minutos y 57 segundos, en franca competencia con el mítico corredor etíope Haile Gebreselassie, quien entró de primero.
Lo que hizo el licenciado Madrazo, paradigma de los vivos, fue desaparecer prudentemente de entre los pelotones de corredores al llegar al kilómetro 25 de la ruta asignada, y reaparecer, fresco y lozano, 10 kilómetros después, para unirse de nuevo a la carrera en el último tramo.
Una proeza de imaginación, sangre fría y cara dura, cualidades esenciales e imprescindibles de los vivos, necesarias lo mismo para firmar un vale de duración eterna a un cantinero, que para meterle votos falsos a una urna electoral.