Rafael Argullol
Partisteis para regresar,
como trofeo de guerra,
con la verdad,
con la magnífica verdad de los inocentes,
y habéis retornado, ufanos,
con tristes conjeturas,
con mentiras disfrazadas de medias verdades,
con vanos alardes de suficiencia.
Habéis desperdiciado vuestro primer envite.
Ahora partiréis de nuevo en busca de la inocencia,
y, ya en la batalla,
consumiréis vuestras energías,
pondréis el alma a los pies de la verdad,
con todo el ímpetu,
con toda la inteligencia
porque, eso lo sabéis,
ya no habrá otra oportunidad para vosotros.