Vicente Verdú
"Lo sorprendente -decía Baudrillard en 1990- es la obesidad de todos los sistemas actuales, la "gordura diabólica" como dice Susan Sontag, del cáncer, de nuestros dispositivos de información, de comunicación, de memoria, de almacenamiento, de producción y de destrucción, tan pletóricos que se sabe de antemano que no pueden ser utilizados."
Pero sí han podido ser utilizados o, sencillamente, valerse de su valor para reventar. Tanto Susan Sontag como Jean Baudrillard murieron con pocos años de diferencia de cáncer y, ahora, tras la plétora de los beneficios bancarios y stock options, la superproducción de los títulos basura ha promovido un colosal problema de residuos en los rincones y avenidas del sistema que como en las calles de Nápoles solo la Mafia se hallaba en condiciones de neutralizar.
Pero la Mafia esperó en la plétora de la mierda napolitana, la explosión de los ciudadanos y la rendición del Estado, esperó de las montañas de excrementos, el vómito de la población y el auxilio de los fondos públicos, creó la Mafia a través del Mal infligido al sistema su particular antisistema: El sistema apto para cumplir sus objetivos puesto que sus metas van en la dirección opuesta al bienestar, la felicidad, la salud, la transparencia, la seguridad y la riqueza de los ciudadanos.