Vicente Verdú
Hemos celebrado mucho el don de ciertas parejas que, estando a nuestro lado, nos entienden tan bien que intuyen nuestros pensamientos, anticipan nuestras reacciones y previenen atinadamente nuestras respuestas. Estas parejas, en realidad, no existen. Se trata de psicólogos, médicos del alma y profesionales esotéricos, unidos a la mítica de la unidad (dos en la misma carne, en la misma sangre, en la vida y en la muerte…).
La pareja se ama y traba mejor, brinda más y mayores gratificaciones sucesivas cuando la relación se construye a través de la conversación, la descodificación, el conocimiento detallado de las razones de la queja o del soprprendente bienestar que en ocasiones procuramos. De la expresividad de cada cual se obtiene un saber que, como los grandes saberes, produce un jubiloso beneficio al alma. Del buen saber del otro a través no por instinto sino por entendimiento se genera gradualmente una plataforma de comprensión y convivencia donde los malentendidos pueden ser desanudados con tanto entrenamiento que hasta se transforman menos en dolor que en entretenimiento. La base de una vigorosa relación se halla invariablemente en la ligazón de la confianza mutua. En ese ámbito de confiado es posible esperar sin impaciencia que la extrañeza de una acción se deshaga más tarde en un plus de entrañamiento.
Pero, además, interpretarse recíprocamente significa respetarse también en los papeles singulares. Contra la pretensión de disfrutar una relación donde la coincidencia neutralice el conflicto, se impone el aura de la interpretación del otro en cuya tarea emerge como un ser respetado y diferente. No opuesto sino distinto, no impropio sino propiamente dicho. La cuantiosa provisión de gozo que se niegan las parejas empeñadas en ver del mismo modo casi cualquier cosa y con la consecuencia de distanciarse por la comprobación de sus perspectivas inalienadas, sólo es comparable a la triste ofuscación de los fanáticos que en su delirio por la verdad absoluta se conforman con un único y estricto perfil del mundo.