Vicente Verdú
Hace más de un siglo, el 25 de septiembre de 1889, escribía Jules Renard: "Leo novela tras novela, me atiborro, me empacho, me indigesto, a fin de asquearme de sus trivialidades, de sus repeticiones, de sus artificios, de sus convencionalismos, y poder hacer algo diferente".
Y soltaba antes (13 de septiembre de 1887): "Lo propio del artista no será consagrarse a una gran obra, como por ejemplo la fabricación de una novela, en que todo el talento debe someterse a las exigencias de un tema absorbente que él se ha impuesto; lo propio del artista será escribir a salto de mata sobre cien temas que surjan de improviso; desmigar, por así decirlo, el pensamiento. Así, nada es forzado. Todo tiene el encanto de lo involuntario, de lo natural. No se provoca: se espera."
En suma ¿puede decirse algo más positivo y estimulante respecto al blog? Y, de paso, no faltaba más, contra el mostrenco viviente que es en el siglo XXI la (canónica) novela.