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Infectos Artefactos / III

Por 23 de julio de 2008 Sin comentarios

Xavier Velasco

III. El estigma de Billy Windows.

Luego de tantos años de adelantos puntualmente ordeñados, todavía disfruto, presa de cierto revanchismo enfermizo, del Año Nuevo de Wim Wenders y Solveig Dommartin en Australia, cuando de acuerdo al guión de Hasta el fin del mundo se creían colapsadas todas las computadoras del planeta y de pronto no había tesoro más preciado que una mugrienta máquina de escribir…

     Qué actitud detestable, by the way. Desquito mis complejos anal-lógicos en un teclado de aluminio con Bluetooth, al cual mantengo paranoicamente lejos de cualquier vaso lleno de lo que sea, no sea que se me moje y me lance de vuelta a la prehistoria alámbrica. La misma pose de esos progres europeos que encuentran muy romántico el terrorismo, sólo que al otro lado del océano. Y todo porque ayer el Treo se agarró de las trenzas con la MacBook y entre los dos me hicieron el favor de borrarme decenas de teléfonos y direcciones, no sé cuántos ni cuáles. Por supuesto, la culpa es del teléfono. ¿Qué se puede decir de un artefacto circa 2005 cuyos nuevos modelos han trocado el sistema operativo Palm por otro marca Windows? Gaznápiro teléfono obsoleto: qué bien se ve que ignora lo poquito que valen las cosas, comenzando por él. Debo reconocerlo: soy un usuario que respeta los estigmas.

     Una prueba fehaciente de que hoy por hoy ya nada vale nada está en que el último de los James Bond tiene el descaro de usar una Vaio. ¡El 007 con PC! A este paso, no dudo que en futuras misiones Mr. Bond traiga una Acer con procesador Celeron; y ya entonces a nadie extrañará que consiga salvarle el pellejo a Su Majestad abordo de algún Chevy prototipo. Francamente, me lo había imaginado manejando una Silicon Graphics con sistema Unix y todavía más teras dentro del disco duro que pixeles poblando el monitor. Pero insisto, ya no quedan valores que no estén condenados a la obsolescencia. Sabía de sobra el Treo majadero que veía yo al Blackberry como un triste grillete corporativo. Aún se cree irreemplazable, el ingenuazo. Con la jeta de jubilado que se le está poniendo…

 

Mañana: IV. Manzana mecánica.

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Xavier Velasco

Xavier Velasco entiende la novela como un juego inocente llevado por placer hasta sus más atroces consecuencias. Sintomáticamente, dedica las mañanas a meterse en problemas por escrito y las tardes a intentar resolverlos brujuleando entre calles y avenidas de la siempre auspiciosa ciudad de México. Disfruta especialmente de la amistad perruna, el olor de la tinta y el alquiler de scooters en ciudades psicóticas. Obtuvo en 2003 el Premio Alfaguara de Novela por Diablo Guardián y es autor de Cecilia (novela), Luna llena en las rocas (crónicas de antronautas y licántropos, Alfaguara, 2005), El materialismo histérico (fábulas cutrefactas de avidez y revancha, Alfaguara, 2004) y la novela de infancia Este que ves (Alfaguara, 2007). En su blog literario La leonina faena (www.xaviervelasco.com) afirma: "Nadie puede decir que una novela es suya si antes no se le ha dado por entero".

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