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Lo que asombra en las cosas

Por 6 de diciembre de 2012 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Supongamos pues que efectivamente las cuestiones de subsistencia no son ya una preocupación de los humanos. Supongamos asimismo que cada uno de nosotros tiene garantizado un entorno decente para proseguir su vida: un entorno salubre mas también un entorno armonioso, un entorno que responde a la exigencia de ornato inscrita en nuestra condición natural. Se hallaría así en situación de pensar… libremente, es decir, no sometiendo al pensamiento a otras obediencias y finalidades que las que impone el propio pensamiento. El pensamiento es sin duda tensión, pero en el individuo humano no domesticado o reducido se trata de una tensión natural. Piénsese en que también para el águila es tensión el volar sin que por ello renuncie a hacerlo…salvo obviamente cuando las fuerzas le abandonan.
El niño, señalaba, plantea sorprendentes interrogaciones sobre aquello que le llama la atención, es decir que le deja estupefacto el niño responde así a una exigencia que hace de él un filósofo, de atenernos a lo que Aristóteles describe como situación de arranque de la filosofía. Tal situación de estupefacción o asombro conduce a interrogaciones muy diversas, algunas relativas a la moralidad y las costumbres, otras relativas a números o entidades abstractas como las figuras geométricas, mas también, y quizás en primer lugar, a preguntas relativas a lo denominado por los griegos physis, que nosotros vertemos por naturaleza, cuestiones vinculadas a los grandes fenómenos, astrales por ejemplo, y la regularidad que presentan.
En este registro del interés por la physis se empieza por intentar superar la insatisfacción cognoscitiva concomitante al asombro, haciendo descripciones detalladas de lo que se observa, y tras ello se busca en la diversidad de lo así descrito, rasgos invariantes o elementales, rasgos mínimos que quepa erigir en criterio para situar una frontera entre lo que puede o no ser designado como físico o natural. Así (ejemplo no aleatorio) Aristóteles sitúa a las entidades físicas entre aquellas que son susceptibles de hallarse en movimiento o de hallarse en reposo, cosa que no ocurre por ejemplo con las entidades matemáticas. Habrá otros predicados que jugarán un papel análogo al que juegan movimiento y reposo y servirán también de criterio a la hora de discriminar lo que es físico de lo que no lo es. Sabemos ya por ejemplo que al igual que no son físicas las cosas matemáticas, tampoco son físicas las ideas asociadas a las palabras. Mas entonces, considerando el conjunto de los mismos, el observador humano procede a una segunda operación.
Descubrimos en el mundo físico una alteridad, una resistencia a lo que nosotros sentimos y pensamos, una necesidad o constricción que nada tiene que ver con la que se da entre los hombres cuando por ejemplo nos vemos impedidos de disponer a discreción de los bienes que se hallan en el entorno. Descubrimos, en suma, que la naturaleza está regulada según principios no coincidentes con las leyes que encuadran la sociedad, pero que no son menos irreductibles a nuestros pensamientos y deseos. Sentimos también que nuestra propia adaptación a la naturaleza pasa por la interiorización de tales principios y la subsiguiente obediencia a los mismos. La vida entonces prosigue, sin que la interrogación respecto a todo esto que hemos interiorizado vuelva a resurgir, a menos que …la disposición filosófica restaure el interés en su día confundido con el asombro.

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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