Víctor Gómez Pin
El verbo encierra la potencialidad de encadenarse siguiendo una necesidad estricta, en la que vicisitud alguna del hombre que sirve de apoyatura cuente realmente. En esto consiste precisamente la inmolación en y a través de la obra de arte. No se trata de sentimiento de trascendencia. Se trata de que el objetivo ser social, el fruto a veces exhaustivo de una telaraña de prejuicios, precisamente se aburra; se aburra al sentir que, en el trabajo efectivo de labrar palabras, sus propios intereses ya no cuentan y en consecuencia nada hay para él de interesante. Menos presente se halla el escriba y más verídico es el testimonio, más cercano a la palabra y a la sonoridad prístinas.
En su Jean Santeuil Proust señala que aunque escribir una novela no es lo mismo que vivirla, sin embargo "nuestra vida no es separable de nuestras obras". El autor de la Recherche ha dado muchas pruebas de que efectivamente en él la obra trababa la vida y hasta tenía más peso que ésta. Pero la cosa trasciende la problemática de la obra para convertirse en una problemática del lenguaje, del lazo mismo que tenemos con el lenguaje.