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«Formas postreras y poco envidiables…»

Por 27 de mayo de 2008 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Si la pintura negra de Goya muestra la vejez exclusivamente bajo el aspecto de la postración, si la luz sólo revela, paradójicamente, el aspecto sombrío del cambio, la porosidad de las capas del cuerpo y la enajenación de los espíritus… ¿por qué entonces los humanos se anclan a la subsistencia? Pregunta sin respuesta propiamente dicha, al menos en el registro de lo verificable u objetivizable, pero tan imposible de obviar como esas otras preguntas calificadas de metafísicas, a las que Kant se refiere en su Crítica de la Razón Pura, obra dedicada en gran parte a mostrar la imposibilidad de darles respuesta.

Y es que si las representaciones de la vejez no dejan resquicio a la ilusión, basta cambiar de sala en ese mismo recinto del Prado para apercibirse de que no son menos abrumadoras las representaciones de la muerte. Y digo representaciones refiriéndome a la muerte misma ya que no otra cosa que representación cabe de la que lo es cabalmente, a saber la muerte propia. Como la muerte misma no se da, la pre-visión es importantísima y todo sería fácil si tal figuración pudiera ser asociada a imágenes de reposo. La conciencia quizás lo consigue, pero la conciencia y la voluntad valen lo que valen y tienen el peso que tienen. Y se introduce la sospecha de que la postrera representación, sometida más bien a la construcción inconsciente, exponga un panorama en el que el reposo poco papel juega. /upload/fotos/blogs_entradas/el_jardin_de_las_delicias_med.bmpSe introduce la sospecha de que las imágenes mutiladas del Triunfo de la Muerte y las apocalípticas de los márgenes superiores de El jardín de las delicias sean las que cieguen nuestro espíritu, en una situación que ni siquiera cabe llamar temporal (y por ende pasajera) precisamente por su carácter postrero.

Así, pese a su intrínseca complicidad, las imágenes del instante postrero neutralizan en nosotros lo brutal de las imágenes del cambio corruptor, hasta el punto de que decidimos perdurar aun a costa de -literalmente- encarnarlas, aun a costa de darles paupérrima vida:

"Tales son las formas postreras y poco envidiables de la supervivencia" sentencia que aquí me ha servido para describir la condición de seres humanos -aun- vivos, pero que el Narrador aplica a nuestra manera de hacer perdurar, con la finalidad de instrumentalizarlos, a los muertos:

"Y es que largo tiempo después de que los pobres muertos hayan salido de nuestros corazones, su ceniza indiferente sigue aun mezclándose, sigue sirviendo de argamasa para las circunstancias del pasado .Y así, ya sin amarlos, ocurre que en una habitación, una alameda, un camino, dónde un momento estuvieron presentes, a fin de que el lugar que ocupaban deje de estar vacío, nos sintamos obligados a evocarlos, sin siquiera echarles de menos, incluso sin nombrarlos, y hasta tolerando que no se les identifique… tales son las formas postreras y poco envidiables de la supervivencia."

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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