Víctor Gómez Pin
"…Pues los hombres empiezan y empezaron siempre a filosofar movidos por el estupor. Al principio su estupor es relativo a cosas muy sencillas, mas poco a poco el estupor se extiende a más importantes asuntos, como fenómenos relacionados con la luna y otros que conciernen al sol y las estrellas y también al origen del universo. Y el hombre que experimenta estupefacción se considera a sí mismo ignorante (de ahí que incluso el amor de los mitos sea en cierto sentido amor de la sabiduría, pues el mito está trabado con cosas que dejan al que escucha estupefacto)" (Aristóteles)
Para hacer directamente perceptible el enorme interés filosófico de algunas de las constataciones de la Mecánica Cuántica, a las que últimamente vengo aquí refiriéndome, el auténtico envite que suponen para nuestra razón, hasta qué punto chocan con las ideas que tenemos sobre los mecanismos que rigen la naturaleza y, en consecuencia, subvierten el concepto que nos hacemos de ella, utilizaré un apólogo inspirándome de un texto aun inédito de un grupo de investigación dirigido por el profesor de física de la Universidad de Oviedo Miguel Ferrero:
Supongamos que a dos amigos que se encuentran respectivamente en Santiago de Compostela y Barcelona se les solicita lanzar cien veces una moneda al aire y encontrarse después en San Sebastian para que el observador pueda verificar en cuales de las tiradas habían coincidido en el resultado "cara" o en el resultado "cruz". Lo que cabe esperar es que cada uno de ellos haya extraído más o menos cincuenta por ciento de cara y cincuenta por ciento de cruz. Respecto a las veces en que hay coincidencia, cabe esperar que se trate de veinticinco por ciento de las tiradas. Supongamos sin embargo que al confrontar los resultados el observador constata que han coincidido absolutamente en todas las tiradas. A menos de atribuirlo a una pura casualidad, buscaremos alguna causa clásica. Lo más inmediato será aventurar que ambos tienen algún truco que les permite extraer cara o cruz a voluntad, y que además:
a) O bien se pusieron de acuerdo antes de la prueba respecto al orden en que iban a sacar cara o cruz
b) O bien uno de ellos, el que está en Santiago por ejemplo, tiene algún procedimiento oculto, procedimiento que al observador se le escapa, para comunicar al otro el resultado que sucesivamente ha elegido.
En definitiva, o hay acuerdo en el pasado o hay comunicación oculta. Pues bien: en la mecánica cuántica se dan fenómenos de correlación con las características del expuesto y que no se explican por ninguna de las dos razones clásicas; fenómenos que violan todos los principios en los que se funda nuestra concepción sobre la naturaleza y nos permiten una previsión sobre los fenómenos que en ella se despliegan. Y es necesario enfatizar que no se trata de aspectos contingentes de la disciplina: se trata de aspectos que se halla, en la base de la información cuántica y, por ejemplo, revolucionan el concepto de criptografía, todo ello con enormes implicaciones prácticas en sociedades dónde la información es (para bien o para mal) una variable importantísima. Desde luego, alimento esencial para la Filosofía, de ser cierto que "los hombres empiezan y empezaron siempre a filosofar movidos por el estupor".