Víctor Gómez Pin
Recordemos: Si dos regiones R1, R2 están espacialmente separadas, entonces ningún evento A que acontece en la primera puede tener directa influencia sobre un evento B que acontece en la segunda, y viceversa(1).
El concepto de localidad así definido tiene vertiente en el muy vecino de separabilidad. Si el primero se enuncia más bien en términos restrictivos de exclusión de influencia directa, la separabilidad enfatiza más bien el hecho positivo de que el evento B constituye un estado físico bien determinado ( representado como un vector en el espacio de Hilbert) cuya subsistencia o desaparición es independiente del evento B. De tal manera el concepto de separabilidad (en los términos en que ha sido presentado), se halla estrechamente vinculado al concepto de individuación,
Nótese que, de entrada, cabe afirmar el principio de localidad sin comprometerse con la separabilidad, ni por consiguiente con la individuación. Pues decir que nada de lo que ocurre en la región A puede tener un efecto sobre lo que ocurre en la región B no obliga a decir que lo que se da en B se halla en un estado concreto y bien determinado, es decir, constituye un individuo en acto (en realidad esta posibilidad de localidad sin separación individual es objeto de discusiones técnicas).
En cualquier caso el hecho de que sin separabilidad (enmarcada o no en la localidad) no quepa hablar propiamente de individuos, hace que la mecánica cuántica (experimentalmente confrontada a múltiples casos en los que afirmar la separabilidad se hace imposible) nos obligue a interrogarnos sobre el concepto mismo de individuación, nos obligue en suma a replantear la temática fundamental que desde Aristóteles no ha dejado de obsesionar a la historia de la metafísica y que concretamente hace de Leibniz, con su principio de individuación, un invitado indispensable en estos asuntos cuánticos.
(1) Recordemos asimismo que si entre ambos eventos se constata alguna correlación, ésta debe ser atribuida a una causa común con origen en una región que constituye la intersección de sus conos de luz incidentes. Desde tal región R3, el intervalo temporal es suficiente para que una partícula a velocidad inferior o igual a la de la luz pueda cubrir el espacio que separa tanto de la región R1 como de la región R2.