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Asuntos metafísicos 44: digresión en torno al tema de la prioridad de la filosofía.

Por 8 de abril de 2014 diciembre 23rd, 2020 Sin comentarios

Víctor Gómez Pin

Javier Aguirre,  traductor de la Metafísica de Aristóteles en lengua vasca,[1] inicia un libro reciente [2]recordando una anécdota de Diógenes Laercio según la cual, disponiéndose Platón a presentar una tragedia propia a un certamen, inducido por Sócrates hecha a la hoguera sus textos,  pidiendo protección a Hefesto para no desfallecer en defensa de la verdadera causa del espíritu,  que  no sería otra que la filosofía. Tema ciertamente manido  y que de alguna manera tendría posterior superación en la tesis kantiana de la tripartición de la razón humana: la modalidad de la razón que aspira a conocer se completaría con la modalidad de la razón regida por el imperativo de no reducir a instrumento a los seres de lenguaje,  y la modalidad de la razón que rige en los juicios que denominamos estéticos. No habiendo relación jerárquica entre las tres modalidades, carecería de sentido la guerra declarada por Platón contra la disposición poética  y en general la motivación subjetiva del artista.

Muchas  veces, en este mismo foro me he empeñado en glosar la siguiente  frase de Marcel Proust: "El arte, lo auténticamente real. La escuela más sobria de vida y el verdadero juicio final".   Y sin embargo…

Con independencia de los objetivos, y hasta de los resultados,  algo distingue la disposición subjetiva que conduce a la filosofía de la que conduce a la obra de arte. El arte responde  sin duda  a la exigencia de actualizar las  potencialidades de la condición humana, pero sin  duda debe mucho a la fuga temerosa ante lo que nos determina. Por el contrario la filosofía es, al menos en principio, incompatible con cualquier disposición pusilánime. Tiene en su arranque  comunidad  con la ciencia en cuanto a  la exigencia  de inteligibilidad, pero no se detiene ahí: tal como se ha intentado poner de relieve en estas notas, la filosofía  intenta sondear los cimientos mismos de la inteligibilidad, los principios rectores tanto del orden natural como de los lazos entre los propios seres de razón; la filosofía se confronta tanto a   la necesidad como a la   ley. Esta radical disposición la  obliga  a vigilar los resquicios por los que la  subjetividad intenta escabullirse. Ahí reside quizás la base de la jerarquía establecida por Platón en favor de la filosofía. Admirable paradoja es sin embargo que, para servir a la filosofía, Platón utilice con absoluto dominio los recursos mismos de los grandes del verbo. No será el único: el Discours de la Méthode es una pieza maestra de la literatura francesa, como el Dialogo Supra i due massimi sistemi del  mondo lo es de la  literatura italiana.   

 


[1]    Traducción tanto más de agradecer cuanto que aun imperaban  (caso de que no sigan imperando) los prejuicios  según los cuales lenguas  no-indoeuropeas como el Euskera o indoeuropeas pero "locales" como el Catalán o el Gallego se hallarían incapacitadas para recoger las matizaciones de la ciencia y por supuesto las determinaciones filosófico- conceptuales.  Prejuicios  hechos explícitos  en un día poco afortunado por un alto responsable del estado (por otra parte persona digna de todo respeto), que  de hecho tenían raíz filosofica,  aunque sirvieran de coartada para una intencionalidad política.  Que todo ello  encontrara  sostén en ciertos textos de Heidegger  e incluso en el Fichte del Discursos a la nación alemana de 1807, no los hace menos dañinos sino precisamente todo lo contrario. Aprovecharé para indicar que al Euskera están hoy vertidos algunos de los textos fundamentales  de la historia del pensamiento y que por lo que se refiere a Aristóteles, hay por ejemplo dos versiones del Libro de las Categorías, una debida a J. L. Alvarez y otra a G. Arrizabalaga.      

[2]    Tendré ocasión de volver en este y otros foros sobre la pertinencia de la problemática  del libro de Javier Aguirre  (Platón y la Poesía Plaza y Valdés 2013)

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Víctor Gómez Pin

Victor Gómez Pin se trasladó muy joven a París, iniciando en la Sorbona  estudios de Filosofía hasta el grado de  Doctor de Estado, con una tesis sobre el orden aristotélico.  Tras años de docencia en la universidad  de Dijon,  la Universidad del País Vasco (UPV- EHU) le  confió la cátedra de Filosofía.  Desde 1993 es Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), actualmente con estatuto de Emérito. Autor de más de treinta  libros y multiplicidad de artículos, intenta desde hace largos años replantear los viejos problemas ontológicos de los pensadores griegos a la luz del pensamiento actual, interrogándose en concreto  sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Esta preocupación le llevó a promover la creación del International Ontology Congress, en cuyo comité científico figuran, junto a filósofos, eminentes científicos y cuyas ediciones bienales han venido realizándose, desde hace un cuarto de siglo, bajo el Patrocinio de la UNESCO. Ha sido Visiting Professor, investigador  y conferenciante en diferentes universidades, entre otras la Venice International University, la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la ENS de París, la Université Paris-Diderot, el Queen's College de la CUNY o la Universidad de Santiago. Ha recibido los premios Anagrama y Espasa de Ensayo  y  en 2009 el "Premio Internazionale Per Venezia" del Istituto Veneto di Scienze, Lettere ed Arti. Es miembro numerario de Jakiunde (Academia  de  las Ciencias, de las Artes y de las Letras). En junio de 2015 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad del País Vasco.

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